INMODIARIO
Otro
descarrilamiento de un banco público
Que si Dios o el Caos no lo remedian la Banca Pública no
resucitará en España, es algo que está cantado. Terminaba yo de escribir mi anterior artículo en el que comentaba la
iniciativa de un diputado comunista andaluz sobre la Banca Pública en
Andalucía, cuando aparecieron noticias abundantes de la inminente
“desamortización” de otro de los restos
de las numerosas Cajas Públicas que hace unos años funcionaban en toda España.
Finalmente, ese banco ha pasado de manos públicas (el
FROP) a manos privadas, (al Banco BBVA), “… por 1.187 millones de euros, aunque
el coste final de la operación será de 600 millones, según fuentes cercanas a
la operación. Esta diferencia es fruto de descontar los créditos fiscales de
los que se beneficiará BBVA y las nuevas garantías con las que contará para
adjudicarse Catalunya Banc. En concreto, BBVA tendrá cubiertos los riesgos por
posibles litigios de preferentes, swaps y cláusulas suelo y por una eventual
ruptura del acuerdo de Bancaseguros con Mapfre.”
Ha habido pues -recuperando un cierto tipo de lenguaje
rapaz inmobiliario antiguo, dos pases. El primero, de las diferentes cajas
públicas al Gobierno (FROP), cuando este las rescató. Y el segundo pase, cuando
saneada con fondos públicos ha pasado a manos privadas.
Si el primer pase resulta acongojante: ¿Por qué no se le
dejó quebrar, dado que sí lo estaba? ¿No sobraban Cajas en España?... (con ello
usted, yo y casi todos los españoles hubiésemos perdido poco), pero el segundo,
lo es aún más. Se renuncia, una vez saneada esa entidad y por tanto en
condiciones de generar beneficios, a su
constitución como banca pública, y se entrega, por el puñado de euros que se
indica más arriba, a quienes lo harán florecer de nuevo. Y todo eso con la
pérdida irrecuperable de unos 12.000 millones de euros, que usted, yo y casi
todos los españoles, tendremos que pagar de una u otra forma.
Que se produjese su rescate y no su quiebra, que no se
haya sabido reflotarla adecuadamente salvo por la vía de más y más capitales
entregados para su salvación; que sea el rescate más ruinoso ocurrido hasta la
fecha en España; que se haya entregado a particulares un negocio que generará
beneficios importantes a corto plazo; que todo eso parezca no quitarle el sueño
a los responsables de este desastre consecutivo de decisiones; que la ya
anunciada reducción de costes de Catalunya Banc, vaya a mandar más gente al
paro y oficinas al Banco malo; todo eso,
no es lo más importante.
Lo más agrio es la RENUNCIA a constituir un contrapoder competitivo
frente a la Banca Privada. Como se siga desmantelando -y parece que esa es la
idea- los restos de Banca Pública que quedan, una vez saneada a costillas de
los contribuyentes, solo van a quedar unos pocos bancos en nuestro país.
Y lo más atroz de todo esto es que el banco ya saneado, generará en pocos
años -¿meses?, fuertes plusvalías -los beneficios bancarios no dejan de crecer-
que irán, como Dios manda, a sus propietarios, que mira por dónde no seremos ni
usted, ni yo, ni la mayoría de los españoles. Por si le cabe duda acerca de
esto piense en el Banco de Galicia o en el Banco de Valencia -otros pases
sorprendentes de lo público (habían sido intervenidos) a lo privado- que fueron vendidos a 1 euro, y
que sus compradores, los Bancos vencedores, los han hecho ya fructificar
enormemente, apenas pasados algunos meses desde su peculiar compra.
Ya hace tiempo que sé en manos de quienes estamos (véase
el Libro del Éxodo, 32) pero cosas como
la que acabo de contarle me dice, además, que con los plutócratas, los de a pie
NO PODEMOS.
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