miércoles, 3 de mayo de 2017

Camino al abismo: las pensiones (y III) (MCRC Roberto Centeno)

Camino al abismo: las pensiones (y III)




Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional –MCRC
DIARIO ESPAÑOL De la República Constitucional

Dentro del océano de mentiras y ocultaciones con que el régimen político y mediático mantiene anestesiado al ingenuo e iletrado pueblo español, hay una que causa particular asombro por su gravedad: la indiferencia ante la quiebra del sistema de pensiones. Los jubilados actuales, 8,5 millones, podrían sufrir recortes de hasta el 20% en cuanto se agote la ‘hucha’ de las pensiones, lo que ocurrirá a finales del año que viene, mientras que los jubilados futuros, unos 250.000 anuales, verán recortadas sus pensiones en un 40% a partir de 2019, de acuerdo con los nuevos sistemas de cálculo ya aprobados por ley. Se trata de un hecho directamente criminal, el mayor robo a la clase media y trabajadora de la historia de España y de Europa, cuyas cuotas a la Seguridad Social fueron utilizadas desde 1984 para financiar gasto corriente del Estado y CCAA.
Y este hecho crucial que representará la miseria para millones no parece preocupar a nadie -solo un 2,7% de españoles dice preocuparle, según el CIS-. La propuesta del PSOE, gran culpable del expolio, de crear un impuesto para las pensiones, subir patrimonio e impuestos medioambientales, resulta escandalosa. Aplastar más aún con impuestos a los españoles y en particular a los 5,5 millones de contribuyentes con rentas superiores a 24.000 euros -que tendrían que pagar una media de 4.000 euros año adicionales para cubrir la totalidad del agujero-, mientras se niegan a reducir el despilfarro político cuando solo las duplicidades entre AAPP nos cuestan 36.000 millones de euros. Pero antes de entrar en el análisis del tema, debo resaltar mi asombro ante la capacidad del régimen político y mediático de mantener dormida a la opinión pública.
Un caso que ilustra bien la connivencia entre poder político y poder mediático es el de Carlos Herrera, un gran profesional a quien escuchan millones y para quien “Rajoy es el político más injustamente infravalorado, y también podría decir lo mismo de Zapatero”. Es decir, que estas dos auténticas plagas bíblicas que han endeudado a España en más de un billón de euros arruinando el futuro de las próximas generaciones, que han llevado el paro a más de cinco millones, que han elevado los impuestos al mayor nivel de nuestra historia, que han empobrecido al 91% de los españoles reduciendo la renta disponible de las familias en un 20%, la caída más alta de Europa, que han llevado la desigualdad al mayor nivel de la OCDE y reducido la clase media en 3,5 millones de personas, están infravalorados.
Y es que hasta la Conferencia Episcopal, la Iglesia, pone sus medios, COPE y 13TV, al servicio de la ocultación y de la mentira. El último gran engaño a los españoles han sido las declaraciones de Rajoy al ‘Financial Times’, según las cuales, “la recaudación de impuestos está yendo tan bien que vamos a bajar impuestos”, algo que nadie parece haber contrastado, porque la evolución de los ingresos tributarios homogéneos el 1T16, según la Agencia Tributaria, muestra justo lo contrario, un desplome brutal de los ingresos, el -0,1%, que compara con un +4,4% del 1T15. ¿Pero cómo un jefe de Gobierno europeo puede ser tan increíblemente mentiroso? Y, sin embargo, lo que aparece en todos los medios es que Rajoy piensa bajar impuestos, nadie dice que ha mentido como un bellaco.

Un caso de emergencia nacional

La Autoridad Fiscal Independiente (AIReF) prevé que el déficit de la Seguridad Social en 2016 será del orden del 2% del PIBun agujero de más de 20.000 millones de euros. Según las cifras del Sistema de Información Contable de la Seguridad Social, sus cuentas presentaron un déficit de 16.707 millones de euros al cierre provisional de 2015, frente a la cifra falsa que el Gobierno envió a Bruselas de 13.570 millones. Pero si la despreocupación de los pensionistas ante lo que se les viene encima resulta inaudita, lo que no tiene pase es la nula reacción de Bruselas ante la falsedad de las cifras de déficit público del Gobierno, dado que este es como mínimo del 5,4% frente al 5,1% oficial.
Y este año es peor aún, la estimación de déficit es del 5,8% (2,8%, Estado; 2%, Seguridad Social, y 1%, CCAA). ¿De dónde saca Bruselas que tenemos que recortar solo 8.000 millones en dos años? La diferencia con el nuevo déficit del 3,7% son 22.000 millones y solo en un año. Todos hablan como gansos de los mayores ingresos fiscales por el crecimiento; no sabemos cuánto estamos creciendo, pero lo que sí sabemos es que hasta marzo los ingresos han crecido cero, entre otras razones por el empobrecimiento de la mayoría. Según los datos fiscales de 2015, cuatro millones de contribuyentes viven con menos de 17 euros diarios, 3,9 millones disponen de entre 17 y 34 euros, 3,8 millones, de entre 34 y 50 euros, y 5,5 millones, 66 euros o más, a quienes el PSOE quiere cargar el agujero de las pensiones.
Por esta razón, la sostenibilidad de las pensiones es una auténtica emergencia nacional, y no solo para los pensionistas. Para una mayoría de ellos, la pensión constituye la única fuente de ingresos, porque con un 46% de paro juvenil, la pensión es el único ingreso tanto para los jubilados como para sus hijos y parientes cercanos, y trasladar el problema a los contribuyentes no soluciona nada. La solución solo puede venir por el recorte drástico del despilfarro público, que asciende a casi 100.000 millones anuales entre duplicidades entre AAPP, miles de empresas inútiles, cientos de miles de enchufados públicos -los salarios públicos suponen el 24,8% del gasto público, frente al 22,9% de la media de la OCDE- o el desmadre en educación y sanidad, cuyos costos han subido exponencialmente y su calidad empeorado desde que Aznar las transfirió a las CCAA.
De todas maneras, lo que ahora está ocurriendo es un ‘déjà vu’. Ocurrió exactamente lo mismo en 2007 con la burbuja inmobiliaria. Dio igual que los inspectores del BdE alertaran en 2006 en un informe de que la irresponsabilidad de bancos y cajas nos iba a llevar al desastre; dio igual que todas la cifras demostraran que había una burbuja insostenible, o que algunos nos desgañitáramos explicando lo que iba a pasar. Los españoles cerraron ojos y oídos y prefirieron creer al contubernio de Gobierno, bancos y constructoras, según el cual no había ninguna burbuja y solo se iba a producir en “aterrizaje suave”. Solbes afirmaría, coreado por todos los medios, “cuanto más se endeuden para comprar pisos, más ricos serán, porque las viviendas nunca pueden bajar de precio”. En un Estado de derecho, hubiera ido directamente a la cárcel. Aquí, anda suelto y forrado.
Banco de España. (EFE)
Y el Gobierno actual está en la misma onda. ¿Se pueden creer que Rajoy ‘apuesta’ por mejorar pensiones y servicios públicos, bajando impuestos y manteniendo el cumplimiento de los objetivos de déficit? O sea, por el milagro de los panes y los peces, cuando jamás ha cumplido los objetivos de déficit, ha subido los impuestos al mayor nivel de nuestra historia, ha deteriorado los servicios públicos y la pensión media ha bajado un 3,6%. Rajoy nos toma por imbéciles. Dice que esto se arregla creando dos millones de empleos. En 2014 se crearon 417.000 y el déficit de la Seguridad Social subió hasta 11.000 millones, en 2015 se crearon 525.000 empleos y el déficit creció hasta los 17.000. Y en 2016, en que el incremento de los gastos hasta marzo multiplica por cuatro a los ingresos, no es de extrañar que Oxford Economics, una de las entidades mundiales más prestigiosas de previsión, afirme que “el sistema español de pensiones ha entrado en rumbo de colisión”.

La mayor estafa al pueblo español

Existen dos tipos de pensiones, las contributivas, que representan el grueso de las mismas con 113.000 millones (y de las que existen cinco clases -invalidez, jubilación, viudedad, orfandad y en favor familias-), y las no contributivas, constituidas por aquellas percibidas por personas que, encontrándose en situación de extrema necesidad, no hayan cotizado el tiempo suficiente o nunca, y que representan 11.500 millones. En total, 124.500 millones o el 11,6% del PIB oficial. El Fondo de Reserva de la Seguridad Social creado en el año 2000 no dejaría de crecer hasta 2011, año en el que totalizaba 66.815 millones de euros, desde entonces no ha dejado de caer, hasta los 34.221 millones actuales.
Para empezar, las pensiones no contributivas tienen que financiarse con cargo a impuestos, pero el núcleo del problema es que los excedentes de las cuotas de la Seguridad Social, en lugar de mantenerse en una caja separada para financiar las pensiones de quienes las habían aportado a su jubilación, se han utilizado para financiar el gasto corriente del Estado. Entre 1984 y 1996, el PSOE utilizaría decenas de miles de millones de euros equivalentes para financiar el gasto corriente y el despilfarro autonómico, e inversiones como el AVE a Sevilla o el desmantelamiento industrial. En el año 2000, se crea la caja de las pensiones para conservar esos excedentes, pero ni siquiera eso evitaría el saqueo de las cuotas. En 2010, Zapatero rompería la caja para traspasar al País Vasco las políticas activas de empleo, y utilizaría hasta 15.000 millones de euros de las cotizaciones sociales para “maquillar otras políticas”, en acusación de Fátima Báñez.
Por supuesto, están los problemas de base, demográficos, paro y de los nuevos empleos basura, que hacen que los gastos superen de largo a los ingresos creando un déficit creciente, y que llevarían a la quiebra antes o después. Pero esa no es la situación hoy, el problema es el saqueo a que se han visto sometidas las cuotas de la Seguridad Social desde 1984. Imaginen las decenas de miles de millones de euros equivalentes colocados a interés compuesto en bonos del Tesoro, más todo lo que se ha sacado después. Ese dinero sería suficiente para mantener las pensiones 10/15 años más, y tiene que ser devuelto a los pensionistas actuales, a quienes se les robó de sus cuotas, algo difícil porque en España no existe una ley de responsabilidad política por gestionar mal el dinero público como en otros países, y no hablamos de los países serios, de los que estamos a años luz, hablamos de Argentina y Brasil, donde Kirchner y Rousseff van a ser procesadas por ello. Aquí, la clase política goza de una impunidad absoluta.
El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. (EFE)
En todo caso, lo que no pueden hacer partidos que han robado, mentido y cometido mil tropelías es tratar de solucionar un problema generado por su incompetencia, aplastando más aún a impuestos a la clase media y trabajadora, cuya presión fiscal por familia es ya la cuarta de la OCDE y con los nuevos impuestos pasaría a ser la primera. La única manera es recortar el despilfarro político. He explicado que el modelo autonómico supone un despilfarro de unos 100.000 millones de euros respecto a un Estado descentralizado, pero cojamos solo una parte: las duplicidades entre AAPP, 36.000 millones de euros anuales. Solo eso serviría para mantener el sistema de pensiones 10 años más. ¿O acaso es preferible llevar a la miseria a millones antes de tocarles el negocio a los compadres? Por supuesto que sí, y es que para estas “ratas de alcantarilla”, en feliz denominación de Arturo Pérez Reverte, como diría en su día Rajoy, “eso ni se toca”.
En todo caso, la situación es ya totalmente insostenible, ¡y todos los partidos proponen incrementar aún más el número de nóminas públicas! -hay 14,7 millones públicas frente a 14,3 millones privadas-. Estamos en manos de la clase política más ignorante, apátrida y sectaria de Occidente, que carece de proyecto político o económico alguno. Sus propuestas son a cual más delirante: más gasto y más impuestos (PSOE y Podemos/IU); seguir ocultando el problema como desde 2012 a la espera de un milagro (PP), y “contrato único, mejorar el sistema educativo, impulsar en el Pacto de Toledo un modelo de financiación” (C´s), con un par. ¿Y no sería mejor escribir una carta a los Reyes Magos? Como afirma la Ley de Murphy: “Toda situación por mala que sea es susceptible de empeorar”. Este es el desenlace seguro del 26-J, hasta que el BCE y/o los mercados aguanten.