sábado, 16 de julio de 2016

EL EMPECINADO, por Mañueco

EL EMPECINADO, por Mañueco

I EL HOMBRE DE CASTRILLO (Los empecinados)

Era un hombre Juan Martín
que llaman Empecinado
tan terco y tan obstinado
desde el comienzo hasta el fin,

que al ir a ser ahorcado
no admitió muerte tan ruin
y se obstinó Juan Martín
que no iba a morir colgado.

En la villa de Castrillo
de Duero, en Valladolid,
fue a nacer tal nuevo cid
de hogar labriego y sencillo.

Quien fue en Castilla adalid
y tomó tanto castillo
en sus calles fue chiquillo
y venció al francés en lid.

Reclutado fue a la guerra
por Godoy primera vez
vio allí que la rapidez
contra ejércitos de tierra

unida a la intrepidez
de una partida de guerra
puede hacer perder la tierra
a fuerza en mayor rigidez.

Es la guerra de guerrillas
la que viera Juan Martín
que desde uno a otro confín
puede poner de rodillas

a un ejército sin fin
causándole pesadillas
cabalgando de puntillas
siendo el triunfo su botín.

Es la guerra de guerrillas
la que viera Juan Martín

Y luego que era obstinado
llegó a ser Empecinado
y quiso a serlo hasta el fin.
¡Y así lo fue Juan Martín!

Después de ser licenciado
y que a su pueblo volvió
al terruño él regresó
del cual se había apartado.

II. La Guerra contra el francés

Mas el francés regresó
sin saber que había hollado,
la patria de Empecinado
y contra ellos él se alzó.

Gente de Cuéllar y Aranda
de Peñafiel y del Duero
siguieron al guerrillero
que pronto a decenas manda.

Tirador y caballero
no es gente armada ni banda,
sino una partida que anda
contra ejército extranjero.

Espoz y Mina en guerrilla
por Navarra, si Merino
el cura por Burgos, sino
fue que por toda Castilla

anduviera su camino
Juan Martín, el que más brilla
de entre toda la guerrilla.
Empecinado destino.

III. Guerrillero por Castilla

Era un hombre Juan Martín
que llaman Empecinado
tan terco y tan obstinado
desde el comienzo hasta el fin,

que al ir a ser ahorcado
no admitió muerte tan ruin
y se obstinó Juan Martín
que no iba a morir colgado.

Tierras de Valladolid
de Ávila y Salamanca
de Burgos, Guadalajara,
Cuenca y Alcalá y Madrid

Y de Segovia y de hasta
Zamora lidió en gran lid
de independencia adalid.
Y al generalato escala.

IV. Alcanza el Generalato

La España más liberal
la de la Constitución
le eleva a tal condición
de ascenderle a general.

Coordinando su acción
de una manera oficial
con la milicia real
adquiere tal condición.

V: Desterrado por Fernando VII

Pero al regresar Fernando
el rey que fue el Deseado,
retorna todo al pasado.
El rey sea único mando.

Ser libre había jurado
y no cambiarse de bando,
que en tal cosa no era blando,
Juan Martín, Empecinado.

Por eso sufre destierro,
Valladolid confinado,
Juan Martín, Empecinado,
le dará aún peor hierro.

Valladolid confinado
que allí sufre destierro.
¡Le dará aún peor hierro
a Martín, Empecinado!

VI. Capitán General de Castilla.

En el trienio liberal
Juan, ya rehabilitado
llega a obtener el grado
de capitán general.

Juan Martín, Empecinado,
aún no ha cruzado umbral
del que será su final
adonde será llamado.

Es tiempo de comuneros
que memora en Villalar,
que empieza a conmemorar
los liberales senderos

que quisieron implantar,
aquellos que cual pioneros
y que de ellos herederos
se comienzan a llamar.

VII. El erróneo color morado

“O Constitución o muerte”
llevaba en franja morada
alguna logia llamada
que absolutismo subvierte,

Morada enseña colgada
en que su siglo convierte
el rojo color que oferte
la oriflama que ondeada

fue pendón de comuneros.
En boga el romanticismo
confundió su historicismo
los colores verdaderos

con aquel anacronismo.
Liberales comuneros
-rojos de sangre regueros-
fuese así su pendón mismo.

“O Constitución o muerte”
dicho había el general.
El héroe nacional,
con el rey, una concierte.

VIII. Apresado y exhibido en una jaula

Pero siendo derrocado
el sistema liberal,
Juan Martín fue encarcelado
de un modo, si insospechado,
ignominioso e inmoral.

Dos años está apresado
en Roa quien general
fue, en los días de mercado
exhibido y enjaulado
para escarnio universal.

Después a ser ahorcado
le condena el rey felón.
Pero aún Empecinado
a esa nueva humillación
responderá como osado,
en una y última acción.

IX. Juan no aceptará ser ahorcado

“¿Ni una bala le ha quedado
a la española nación,
para matar a un soldado
que por ella ha peleado
y hecho la revolución?”

Juan Martín se ha empecinado
que no sea su morir,
si es que a la muerte ha de ir
el que no muera colgado.

Era un hombre Juan Martín
que llaman Empecinado
tan terco y tan obstinado
desde el comienzo hasta el fin,

que al ir a ser ahorcado
no admitió muerte tan ruin
y se obstinó Juan Martín
que no iba a morir colgado.

X. Su última acción guerrillera

“¿Ni una bala le ha quedado
a la española nación,
para matar a un soldado
que por ella ha peleado
y hecho la revolución?”

Dijo. Y rompió sus grilletes
abordando a sus guardianes
los cuales con los machetes
de sus bayonetas
hicieron los ademanes
que acabaron con el Empecinado.

Después de morir sí que fue ahorcado,
pero ya no era Juan Martín Díez, el Empecinado,
que en la leyenda sutil
por su forma de vivir
y su forma de morir
en leyenda había entrado…

EPÍLOGO. Su recuerdo

Hoy la canción dice así:

“Era un hombre Juan Martín
que llaman Empecinado
tan terco y tan obstinado
desde el comienzo hasta el fin,

que al ir a ser ahorcado
no admitió muerte tan ruin
y se obstinó Juan Martín
que no iba a morir colgado”.

Juan Pablo Mañueco.

http://www.aache.com/alcarrians/manueco.htm