lunes, 12 de agosto de 2013
Dinero, democracia, control y
corrupción.
Excelente artículo que demuestra
brevemente la corrupción del sistema moderno democrático.
[Syllabus–
10-08-2013]
Puede decirse, sin temor a exagerar ni
de equivocarse, que la “corrupción” es generada por el mismo “Sistema
democrático” y que ella obra como una especie de “aceite” que
lubrica y mantiene en funcionamiento las piezas del Sistema. En su esencia
misma se encuentra el origen o germen de esta enfermedad moral, particularmente
en todo lo relacionado con el “dinero” o con el “poder del dinero”,
conforme al siguiente razonamiento:
-En la sociedad política moderna el Poder
Político se fundamenta en la voluntad general del pueblo, que
resulta de la suma indiferenciada de las voluntades individuales (mayoría) y
cuyas decisiones se caracterizan por ser ilimitadas, inapelables e infalibles
(omnipotencia del número). Sólo el número, la cantidad anónima e impersonal,
decide –como supuesto soberano- sobre lo bueno y lo malo, lo justo y lo
injusto, etc., además de elegir a los que lo representan y gobernarán. De
esta forma se consagra la primacía de la cantidad sobre la calidad.
-En términos prácticos, la expresión de
la voluntad general requiere –para los políticos que se proponen ser
elegidos- contar con la opinión favorable de las multitudes. La
formación de una opinión favorable, en la sociedad moderna, se realiza a través
de los medios de comunicación (radio, TV, Internet, diarios y revistas,
libros, propaganda callejera, etc.). El elemento indispensable para poder
acceder a los medios de comunicación es el dinero. Sin dinero no hay
medios de comunicación ni propaganda. A su vez, sin medios de
comunicación ni propaganda no hay opinión. Sin opinión no hay electores
o votos favorables.
-Por otro lado, la opinión favorable
se estimula, muy frecuentemente, mediante la adulación a la multitud y
la demagogia, la que se transforma–y se comprueba en todas las
civilizaciones y épocas históricas- en materia dispuesta para ser conducida por
aquel que más la corrompa y prometa.
-En consecuencia, el dinero es el
generador “en las sombras” de todo poder elegido en la sociedad moderna, de
todo poder fundado en la voluntad general y de todo poder mantenido en
dependencia de la opinión.
Conforme al razonamiento expuesto, se
deduce por simple lógica que los políticos y la partidocracia tienen una
necesidad vital respecto del “dinero”, primero para ser elegidos y luego
para mantenerse en el poder mediante una nueva reelección. Y esta “necesidad
vital de dinero” o “caja” se ha ido incrementando con el avance de
la modernidad y de los desarrollos tecnológicos y el aumento de la complejidad
social, la cual sólo puede ser satisfecha si el “dinero” es obtenido por
alguna de estas tres fuentes:
-De su riqueza personal, lograda
previamente a ser elegido.
-De alguien (empresa, amigo,
prestamista, etc.) que se lo dona, regala o se lo presta bajo determinadas “condicionalidades”
que deberán cumplirse desde el puesto alcanzado en la función pública.
-Del robo en el ejercicio de la función
pública (malversaciones, coimas, comisiones, participación en la propiedad,
etc. a través de los procesos licitatorios o de concesiones, etc.); o del robo
o asalto usando la violencia física (camiones de caudales, bancos, comercios,
particulares, etc.).
Fuera de estas tres alternativas y
alguna eventual variante, los políticos y la partidocracia no tienen otras
opciones para obtener lo que es la “materia prima” para la obtención de un
cargo o puesto electivo, en cualquiera de los niveles del Estado.
En consecuencia, si nos preguntamos ¿Cuál
es la relación entre el Poder Político y el Poder del Dinero? Se concluye
lo siguiente: mientras que el Poder Político predomina en términos ideales y
teóricos sobre el Poder del Dinero, en la práctica y de la observación de la
realidad histórica, surge que el Poder Político es sirviente y subordinado del
Poder del Dinero, porque está mediatizado por éste último
(…)
Ahora bien, esta situación de
servidumbre y subordinación del Poder Político respecto al Poder del
Dinero, se continúa en el ejercicio del poder. La razón es simple y
responde a la ambición humana: los que están en el poder, quieren mantenerse en
él durante todo el tiempo que puedan, para lo cual deben ser reelegidos.
Llegados en este punto, se ven nuevamente obligados a reiniciar el círculo
perverso descripto anteriormente. De esta manera, necesariamente, estarán
subordinados al “Poder del Dinero” durante el ejercicio de su mandato
–porque éste es la fuente de su poder y el que tiene capacidad para
confirmarlas en cada elección-y, por lo tanto, deberán ser dóciles a sus
sugerencias u órdenes.
(…)
Los que aman y mueren por la
“democracia”, inexorablemente deben acostumbrarse a convivir con la “corrupción”.
Basta de simulación e hipocresía barata.
Santiago Roque Alonso, Patria Argentina Nº 299, junio de 2013
(fragmento).
Publicado porSTAT VERITAS en14:56