El discurso de Esperanz Aguirre en Cataluña : Me parece bueno en casi todo... El nacionalismo además de ser cateto obnubila las mentes...
 
 
> Señoras y señores, queridos amigos,
>
> Hoy hace justo un año y dos días que dimití de mi cargo de Presidenta
> de la Comunidad de Madrid.
>
> Aquella decisión supuso mi abandono de la primera fila de la política.
>
> Otra cosa es que yo haya abandonado la política. Como he repetido
> muchas veces desde entonces, la política ha sido mi vida durante los
> últimos treinta años y no pienso nunca dejar de estar, de una u otra
> manera, en política.
>
> Por ejemplo, con intervenciones como ésta en el Ecuestre, a donde me
> ha invitado generosamente el Presidente del Club. Y al que quiero
> empezar por mostrar mi agradecimiento.
>
> Para mí Cataluña no es algo ni lejano ni ajeno: lazos familiares,
> muchos amigos… Trabajo en una empresa catalana”
>
> Hace ocho años, en mayo de 2005, también tuve el honor de ocupar esta
> tribuna. En aquella ocasión, les hablé de Madrid, como Presidenta que
> era de su Comunidad.
>
> Esta vez, la generosa invitación del Ecuestre me da la magnífica
> oportunidad de expresar, ante un auditorio barcelonés especialmente
> sensibilizado, mis opiniones y mis puntos de vista sobre un asunto que
> hoy nos ocupa y preocupa a todos los españoles conscientes: Cataluña.
>
> He querido titular esta charla “Mi visión de Cataluña” porque la he
> preparado y escrito desde una posición afectiva de cercanía y de
> simpatía hacia Cataluña y todo lo catalán, empezando por su lengua,
> que me gustaría conocer mejor y que estoy segura de que acabaré por
> manejar con soltura.
>
> Creo que muchos conocen los lazos familiares que me unen a Cataluña.
> Un hermano de mi abuelo Gil de Biedma echó raíces en Barcelona y aquí
> han vivido y viven muchos parientes de esa rama de mi familia. Y, por
> el otro lado, mi abuela Esperanza –de la que heredé el nombre- era
> Borrell de apellido, hija y nieta de ampurdaneses que fueron a Madrid
> como boticarios y tuvieron farmacia en la mismísima Puerta del Sol.
>
> Además de los lazos de sangre, y más importantes todavía, son los
> innumerables amigos catalanes que tengo.
>
> Trabajo desde hace nueve meses en una empresa catalana.
>
> Y mis primeras vacaciones de verdad desde que, hace treinta años,
> entré en política, las de este verano, he querido pasarlas en la
> Cerdaña con mis hijos y nietos.
>
> Este pequeño preámbulo sólo quiere demostrar que para mí Cataluña no
> es algo ni lejano ni ajeno. Y que, puestos a buscar cromosomas
> catalanes no seré yo la que tenga menos.
>
> Y ya voy a entrar en materia, para lo que empezaré con unas preguntas
> que no paro de hacerme en los últimos tiempos:
>
> ¿Qué ha pasado para que los partidos políticos exclusivamente
> catalanes, como CiU y ERC, propugnen abiertamente la secesión de
> Cataluña de España?
>
> ¿Y qué ha pasado para que la sección catalana de los partidos de
> origen marxista (que, por definición, deberían ser más
> internacionalistas que otra cosa) como el PSC e Iniciativa apoyen la
> celebración de un referéndum que sólo tiene un objetivo: la misma
> secesión que propugnan ERC y CiU?
>
> ¿Cómo puede cambiar tanto el panorama político en lo que a una materia
> tan esencial se refiere en sólo 35 años?”
>
> Dicho de otra manera, ¿qué ha pasado para que los partidos políticos
> catalanes, que tuvieron dos destacados representantes en la Ponencia
> Constitucional (Jordi Solé-Tura, que representaba entonces a los
> comunistas pero que podría ser considerado un representante de lo que
> ahora es la suma del PSC e ICV, y Miquel Roca, representante del
> nacionalismo más genuino) hayan pasado de apoyar con entusiasmo el
> texto y el espíritu de la Constitución (que consagra la unidad
> indisoluble de la Nación Española y que deja claro que el sujeto de la
> soberanía es el pueblo español en su conjunto) a propugnar su ruptura
> y la independencia de Cataluña?
>
> Creo que es bueno recordar que en el referéndum constitucional del 6
> de diciembre de 1978 los catalanes votaron sí a la Constitución con
> más entusiasmo que la media de los españoles.
>
> Como ejemplo les diré que en Madrid el sí obtuvo un 86,14% de los
> votos y el no, el 10,11%. Mientras que en Cataluña el sí obtuvo el
> 90,46%, y el no, sólo el 4,61%. Y este es un dato especialmente
> significativo porque ERC, bien que entonces aún no legalizada
> totalmente, propugnó el no.
>
> ¿Qué ha pasado para que ERC haya pasado de ese resultado minúsculo en
> 1978 a ser hoy, según las últimas encuestas, el partido preferido de
> los catalanes?
>
> ¿Cómo puede cambiar tanto el panorama político en lo que a una materia
> tan esencial se refiere en sólo 35 años?
> Porque lo que está en el debate político actual ya no es si a Cataluña
> se le dan tales o cuales competencias, sino si Cataluña se separa de
> España.
>
> ¿Por qué, a pesar del aumento constante de la autonomía catalana,
> hasta unos niveles que nunca pudieron soñar ni Prat de la Riva, ni
> Macià, ni Companys, ni Tarradellas, ni el Pujol de los años sesenta,
> setenta u ochenta, los políticos catalanes de hoy ya no quieren más
> autonomía, sino la ruptura con el resto de España?
>
> La verdad es que todas estas preguntas me parecen de difícil contestación.
>
> Y la trascendencia de esa ruptura anunciada nos obliga a todos a
> reflexionar en profundidad y a intentar encontrar las causas. Para,
> después, buscar las mejores soluciones que eviten esa traumática
> ruptura, que, en mi opinión, tendría efectos imprevisibles y, desde
> luego, muy negativos para todos, en lo económico, en lo
> geoestratégico, en lo político y, sobre todo y ante todo, en lo
> afectivo.
>
> Por eso, he querido empezar por poner sobre la mesa mis preguntas.
>
> Y ahora voy a esbozarles algunas de las posibles respuestas que yo me
> he dado a esas cuestiones candentes.
>
> En el sistema educativo catalán ha habido un constante adoctrinamiento”
>
> -Primera respuesta: La educación
>
> Sin entrar en muchos detalles acerca del sistema educativo catalán en
> estos 35 años, me atrevo a aventurar que, en las aulas, ha habido un
> constante adoctrinamiento en el sentido de contar una Historia de
> España y de Cataluña de acuerdo con un canon exclusivamente
> nacionalista.
>
> Creo que el canon histórico nacionalista es demasiado simple y
> sectario, aunque, a lo mejor, ha sido útil para ahormar las
> conciencias de los escolares catalanes durante estos 35 años. Y claro,
> 35 años son ya más de dos generaciones de ciudadanos que sólo han
> escuchado esa interpretación de la Historia.
>
> Ese canon habla de una Cataluña eterna, víctima de una Castilla y de
> una España que la invaden y sojuzgan sin cesar. Habla de una lengua y
> una cultura milenarias que han sobrevivido gracias al heroísmo de los
> catalanes frente a los ataques de pérfidos castellanos. De una
> Cataluña grande, capaz de dominar el Mediterráneo en la Baja Edad
> Media, que se ve asfixiada por los decadentes castellanos que no la
> dejan recuperar su grandeza.
>
> En mi opinión este canon se olvida de muchas cosas. Este canon se
> olvida de la historia de la Hispania Romana, en la que la Tarraconense
> era una provincia del Imperio, absolutamente unida al resto de la
> Península.
>
> Se olvida del protagonismo de los nobles y de los reyes de Aragón de
> origen catalán en la empresa común de la Reconquista (baste recordar
> que el rey Pedro II de Aragón, padre de Jaime I el Conquistador,
> participó en persona en la Batalla de las Navas de Tolosa).
>
> Este canon no explica la Guerra de Sucesión a la Corona de España como
> lo que fue –una protoguerra mundial por la hegemonía en Europa-, sino
> como una invasión sangrienta de España contra Cataluña.
>
> Se olvida de la unanimidad con que los catalanes se unieron al resto
> de los españoles en su lucha contra Napoleón.
>
> Agustina de Aragón, que era de Barcelona, el heroico Tambor del Bruch,
> o la aún más heroica defensa de Gerona, son sólo unos ejemplos de cómo
> los catalanes unieron su destino al del resto de los españoles).
>
> Tengo mis dudas de que se les explique a los alumnos catalanes el
> papel esencial de personalidades políticas catalanas en los convulsos
> años del sexenio revolucionario que se extiende desde la caída de
> Isabel II hasta la Restauración de la monarquía en la persona de
> Alfonso XII.
>
> Como el general Prim, o como Figueras y Pi y Margall, Presidentes de
> la I República Española.
>
> Como también tengo mis dudas de que se explique en las aulas que el
> General Primo de Rivera dio su golpe de Estado de 1923 desde
> Barcelona, empujado por la burguesía catalana que no soportaba el
> grado de anarquía a que había llegado la vida laboral en Cataluña.
>
> No explica que Companys dio un golpe de estado contra la II República
> en octubre de 1934.
>
> A los escolares catalanes se les cuenta la Guerra Civil sin mencionar
> el papel fundamental que para el triunfo de Franco tuvieron los
> catalanes:
>
> Cambó en la financiación, Pla en sus servicios secretos, los catalanes
> de Burgos en el aparato de propaganda –no olvidemos que la revista y
> editorial Destino, que sigue viva, deben su nombre a la definición de
> España como “unidad de destino en lo universal”-, y, lo más
> importante, miles de voluntarios catalanes dando su vida “por Dios y
> por España” en el Tercio de Montserrat –al que Franco concedió la
> Laureada colectiva que está depositada a los pies de la Moreneta-.
>
> Hoy mismo se están celebrando las exequias del gran filólogo catalán
> Martín de Riquer, voluntario y mutilado en ese Tercio.
>
> Nadie parece querer recordar el entusiasmo con que Franco fue recibido
> en Cataluña en enero del 39.
> En fin, ¿para qué seguir? Bastan estos ejemplos para demostrar que la
> Historia es mucho más compleja que lo que dicta el canon nacionalista.
>
> Ahora bien, de la importancia que los nacionalistas otorgan a que se
> afirme su versión de la Historia da testimonio la convocatoria para el
> próximo diciembre del Simposio “Espanya contra Catalunya: una mirada
> històrica (1714-2014)”, organizado por el Centre d´Història
> Contemporània de Catalunya del Departament de la Presidència de la
> Generalitat, y la Societat Catalana d´Estudis Històrics del Institut
> d´Estudis Catalans.
>
> No hay que ser muy receloso para suponer qué es lo que se pretende, ya
> desde el título: cultivar una interpretación de la Historia que
> justifique el enfrentamiento con el resto de España, la ruptura y la
> secesión.
>
> En Cataluña no existe una prensa capaz de sostener la menor crítica al
> pensamiento único nacionalista”.
>
> -Segunda respuesta a la pregunta de qué ha pasado: los medios de comunicación
>
> El 25 de noviembre de 2009 todos los periódicos de Cataluña publicaron
> un editorial conjunto en el que defendían sin fisuras el Estatuto de
> Autonomía que estaba puesto en cuestión por contener conceptos que
> podían chocar con la Constitución.
>
> Aquel editorial conjunto sobre una cuestión claramente discutible es,
> sin duda, la mejor demostración de que en Cataluña no existe una
> prensa capaz de sostener la menor crítica al pensamiento único
> nacionalista.
>
> Estoy completamente convencida de que esa unanimidad de la prensa es
> el síntoma de una situación muy anómala en lo que a libertad de
> expresión y de prensa se refiere.
>
> Tercera respuesta: El papel de los partidos de izquierda.
>
> No tengo ninguna duda de que, si los partidos de izquierda,
> fundamentalmente el comunista (el PSUC –Partido Socialista Unificado
> de Cataluña-) y después el PSC y los restos del comunismo, no hubieran
> abrazado la reivindicación nacionalista, la situación actual sería
> radicalmente distinta.
>
> Es en el último franquismo cuando los comunistas descubren que sus
> propuestas de revolución social (aquello de la abolición de la
> propiedad privada de los medios de producción) ya no mueven a casi
> nadie. Y que, sin embargo, si se ponen a la cabeza de las
> reivindicaciones nacionalistas, todavía podían movilizar a muchos
> contra el régimen de Franco, que es de lo que se trataba.
>
> La izquierda, ante el éxito que obtenía haciéndose nacionalista en
> Cataluña, empezó a ser nacionalista en toda España”
>
> Lo más grave es que la izquierda, ante el éxito que obtenía haciéndose
> nacionalista en Cataluña, empezó a ser nacionalista en toda España.
> Hasta en Andalucía con aquel referéndum de febrero de 1980 que se
> cargó el espíritu de la Constitución, cuando sólo tenía un año de
> vida, y abrió el camino para “el café para todos”, que, aparte de
> habernos conducido a situaciones ridículas (con una España formada por
> 17 estadillos), se llevó por delante el efecto integrador que los
> Estatutos de Autonomía de 1979 tenían sobre Cataluña y el País Vasco.
>
> Porque es muy comprensible el malestar de los políticos catalanes
> cuando ven que en Murcia, Logroño o Santander se copian Instituciones
> que ellos creían que eran exclusivamente suyas.
>
> Cuarta respuesta: El papel de los partidos de centro-derecha y de derecha.
>
> Probablemente si los dirigentes de UCD hubieran sabido lo que había
> sido el Estatuto de Cataluña de 1932 y cuál era su alcance, no habrían
> dudado a la hora de haberlo restaurado tal cual, cuando, después de
> las primeras elecciones democráticas de 1977, regresó el Presidente
> Tarradellas y se restauró, más o menos, la Generalitat en su persona.
>
> Perdida aquella oportunidad, los partidos de derecha han encontrado
> siempre dificultades para ofrecer a los catalanes un proyecto
> ilusionante de carácter liberal (que, en pura lógica, es el más
> adecuado para conectar con la proverbial burguesía emprendedora
> catalana), que integrara a Cataluña como punta de lanza de una España
> fuerte, grande y con proyección internacional.
>
> No hay que olvidar que Prat de la Riva y los primeros regionalistas de
> la Lliga, con Cambó a su cabeza, hablaban de una Cataluña grande en
> una España grande.
>
> Hay que hacer públicas las balanzas fiscales para que los ciudadanos
> contribuyentes de cualquier territorio sepan cuánto se queda en su
> región y cuánto se va a ayudar a los ciudadanos de otras regiones”
>
>
>
> Quinta respuesta. La opacidad de las balanzas fiscales
>
> Aunque sea un eslogan demasiado simple, o quizás por eso mismo, la
> frase “Espanya ens roba” parece que ha calado en algunos sectores de
> la sociedad catalana.
>
> A todos los catalanes, se sientan o no españoles, les duele pensar que
> están pagando muchísimo dinero a la hucha común del Estado y que nadie
> se lo explica ni se lo agradece. Los comprendo perfectamente porque
> creo que en este asunto, como en todos, la transparencia es
> imprescindible.
>
> Por eso creo que las balanzas fiscales hay que hacerlas públicas.
>
> No para provocar agravios entre territorios porque, como pueden
> ustedes imaginar, yo no creo que los territorios tengan capacidad para
> sentirse agraviados, sino para que los ciudadanos contribuyentes de
> cualquier territorio sepan cuánto se queda en su región y cuánto se va
> a ayudar a los ciudadanos de otras regiones.
>
> Claro que si se compara por renta, IVA e impuestos especiales –y no
> cuento el impuesto de sociedades porque siempre se puede argumentar
> que en eso Madrid tiene ventajas- cuánto se recauda y retorna a
> Cataluña y cuánto a la Comunidad de Madrid, lo de “Espanya ens roba”
> sería verdad sobre todo en el caso de Madrid.
>
> Porque de los 66.090 millones de euros que se recaudan en Madrid
> retornan 13.619, mientras que en Cataluña se recaudan 27.148 y
> retornan 23.846. En ambos casos se trata de cifras enormes que
> requieren transparencia y explicaciones.
>
> Los que quieren la secesión de Cataluña hablan del “derecho a
> decidir”. Algo que suena bien en todos los oídos. ¿Cómo no voy a tener
> yo derecho a decidir en los asuntos que me interesan? se preguntan
> algunos.
>
> Pues bien, señoras y señores, éstas son algunas posibles explicaciones
> de por qué se ha llegado a donde se ha llegado: al borde de este
> precipicio, por el que podemos despeñarnos todos.
>
> Si hacemos caso a los políticos nacionalistas catalanes, parece que no
> funciona el encaje de Cataluña en España.
>
> Parece que hay ciudadanos de Cataluña que no se encuentran a gusto en
> España, que no se sienten identificados con el proyecto de vida en
> común que les ofrece España, que les molesta ser identificados en el
> resto del mundo como españoles, que creen que Cataluña no tiene nada
> que ver con el resto de España.
>
> El número de ciudadanos de Cataluña a los que le pasa esto es una
> incógnita pero las encuestas, las manifestaciones en la calle y la
> práctica unanimidad de la intelectualidad catalana en defender esta
> desafección del resto de España hacen sospechar que es bastante
> amplio.
>
> De ahí que los que quieren separarse de España hayan calculado que un
> referéndum ahora les daría una legitimidad política indiscutible para
> emprender la secesión.
>
> Los que quieren la secesión de Cataluña hablan del “derecho a
> decidir”. Algo que suena bien en todos los oídos. ¿Cómo no voy a tener
> yo derecho a decidir en los asuntos que me interesan? se preguntan
> algunos.
>
> Así planteado parece algo natural, maravilloso y completamente inocuo.
>
> Lo que no me parece bien es que se hable de derecho a decidir cuando
> lo que se persigue de verdad es la secesión.
>
> Lo que pasa es que lo que se quiere decidir es la secesión. Y la
> secesión está prohibida por la Ley. Por tanto, no se puede someter a
> referéndum algo que está vedado por la Ley. Aunque, eso sí, lo que no
> está prohibido por la Ley es cambiar la Ley. Y más cuando en la misma
> Ley existen cauces legales para cambiarla.
>
> Por eso, lo que no me parece bien es que se hable de derecho a decidir
> cuando lo que se persigue de verdad es la secesión.
>
> Y no porque me escandalice esa secesión. Puede parecerme un error pero
> creo que en democracia, en libertad y en ausencia de violencia, todo
> se puede plantear. Y cuando digo todo, quiero decir todo.
>
> A mí, como liberal, me parece que todo lo que no está taxativamente
> prohibido es porque está permitido. Pero es que la posibilidad de
> secesión ni está permitida en España ni lo está en ningún país del
> mundo. Y estoy convencida de que, como es lógico, los redactores de la
> futura Constitución de la hipotética República de Cataluña no
> incluirán la posibilidad de convocar referendos de secesión.
>
> Porque sería tanto como reconocer a cualquier territorio de la nueva
> República el derecho a separarse si no está a gusto. Algo que puede
> ocurrir en un pueblo de Gerona o en un barrio de Barcelona.
>
> Aquí algunos pueden hablar del caso de Escocia y el futuro referéndum
> que tendrá lugar el año que viene, como ejemplo de lo que se podría
> hacer en España. Y no me parece mal que se estudie en profundidad.
>
> Hay que saber que Escocia fue reino independiente hasta el Acta de
> Unión de 1707, cuando pasó a formar parte del Reino Unido, y que tuvo
> sus reyes y sus dinastías (por cierto, que uno de esos reyes en el
> siglo XI fue Macbeth, al que luego inmortalizará Shakespeare,
> haciéndolo arquetipo de la ambición de poder y… de la sumisión a una
> malvada mujer).
>
> Los reyes de Escocia tenían tal entidad que a principios del siglo
> XVII el rey de Escocia, Jacobo I Estuardo, heredó el trono de
> Inglaterra. No es evidentemente el caso de Cataluña.
>
> Por tanto, si los políticos catalanes se saltan la Ley, esa Ley que
> todos los ciudadanos españoles nos hemos dado -los catalanes también y
> con un entusiasmo especial- elegirán un camino que lleva a su propio
> desprestigio porque nadie podrá fiarse de un país que no es capaz de
> guardar y hacer guardar las leyes que a sí mismo se ha dado.
>
> Lo honesto y lo limpio por parte de los políticos partidarios de la
> secesión es explicar claramente que están por la independencia y
> explicar cómo sería esa nueva República que nacería en el
> Mediterráneo.
>
> Por mi parte, no quiero pensar en las consecuencias materiales porque
> soy de las que creen que, cuando somos presas de una pasión dominante
> como el amor o el odio, las consecuencias económicas nos importan muy
> poco.
>
> Como decía Popper, es imposible convencer con argumentos racionales a
> nadie que haya llegado a sus conclusiones con argumentos emocionales o
> pasionales.
>
> Es decir, que creo que se equivocan los que, para convencer a los
> independentistas catalanes de su error, utilizan el argumento de que
> les va a ir muy mal en lo económico y en lo material.
>
> Es como decirle a un enamorado que su novia es muy pobre y que, si se
> casan, van a pasar muchas apreturas. No sólo no le convences de que la
> deje, sino que le enciendes mucho más su pasión amorosa.
>
> No, no quiero entrar en el análisis de las consecuencias materiales de
> la secesión de Cataluña. Aunque es evidente que una república
> catalana, en la que la fuerza política hegemónica a la hora de
> redactar su futura Constitución sea, como probablemente sería, ERC, no
> parece la más adecuada para afrontar los actuales retos económicos.
>
> Y que nadie se olvide de los retos militares y geoestratégicos que
> tenemos que hacer frente los países occidentales. La inestabilidad que
> ya existe en el arco que se extiende desde Siria hasta Marruecos exige
> de todos los países de la orilla norte del Mediterráneo un compromiso
> decidido, que incluye, por supuesto, el aspecto militar.
>
> Me parecen mucho más importantes y dramáticas las consecuencias
> afectivas y sentimentales que las económicas y materiales de esa
> secesión”
>
> Y volviendo a las consecuencias de la secesión, me parecen mucho más
> importantes y dramáticas las consecuencias afectivas y sentimentales
> que esa secesión puede traer consigo. Y esto lo digo pensando en toda
> la sangre catalana que corre por mis venas y convencida de que el
> futuro de Cataluña y de los catalanes pasa, sin duda, por justo lo
> contrario de lo que proponen los que ahora quieren ser Simón Bolívar.
>
> ¿Qué hacer?
>
> Y ahora queda lo más importante, ¿qué hacer? Porque ustedes no vienen
> a escuchar a una política sólo para les exponga análisis más o menos
> certeros. Lo que se le pide a un político no es que señale los
> problemas, sino que arbitre y presente soluciones a esos problemas.
>
> Creo que lo que hay que hacer es poner remedio a todos los
> desencuentros sentimentales y reales, que se han ido produciendo en
> estos 35 años de vida constitucional española entre los políticos
> catalanes y los políticos del resto de España.
>
> Porque les diré que ese desencuentro es mayor entre la llamada clase
> política que entre los ciudadanos de a pie.
>
> No hay más que ver la naturalidad con que en todos los rincones de
> España hay peñas barcelonistas y seguidores del Barça, a los que no
> les importa que algunos nacionalistas utilicen a ese gran club como
> estandarte del independentismo. O la naturalidad con que los catalanes
> –salvo una minoría de irredentos- vibran con las Selecciones Españolas
> de todos los deportes.
>
> Y les diré que creo que el primer paso para acabar con esos recelos
> que están en la base de la reivindicación separatista es reconocer que
> España necesita ser catalanizada. Con esto quiero decir que a España y
> al conjunto de los españoles les vendría muy bien conocer y amar más a
> Cataluña y lo catalán.
>
> Empezando por la lengua. Es muy significativo, por cierto, que en
> tiempos de Franco los estudiantes de bachillerato de toda España
> tuvieran que conocer algo –muy poco, es verdad, pero algo- de lengua y
> literatura catalanas (programa de Lengua Española y Literatura de 1º y
> 2º de BUP según la Ley General de Educación de 1970). Y ahora, con
> cada Autonomía obsesionada por lo suyo, los bachilleres españoles
> –salvo los catalanes, claro está- no saben nada de esta lengua y esta
> literatura que todos los españoles deberíamos sentir como propias.
>
> Y siguiendo por la Historia, para saber todo lo que Cataluña y los
> catalanes han hecho en el mundo y en España.
>
> Esa catalanización de España llevaría consigo la transmisión de
> aquellas virtudes proverbiales que se les reconocen a los catalanes en
> el mundo de las iniciativas empresariales.
>
> Claro que, para que eso ocurra, los catalanes de hoy tienen que
> recuperar su proverbial espíritu abierto, independiente y empresarial
> y olvidarse del intervencionismo de sus políticos, que en estos
> últimos años ha crecido mucho más de lo que, a mi juicio, debiera.
>
> En definitiva, igual que el Barça se ha convertido en el líder del
> fútbol español y, sobre todo, ha mostrado al resto de los equipos
> españoles una nueva manera de jugar que ha llevado a la Selección
> Española a ser la mejor del mundo, a mí me gustaría que los
> empresarios y los científicos catalanes se comprometieran a liderar la
> economía y la ciencia españolas.
>
> Al hablar a los catalanes del liderazgo cultural y editorial que está
> perdiendo Cataluña, creo que es bueno recordar que el bilingüismo es
> un tesoro”
>
> Porque Cataluña debe ponerse como objetivo el de volver a ser la
> región líder de España en lo económico, en lo industrial, en lo
> científico y, también y muy importante, en lo cultural.
>
> Y al hablarles del liderazgo cultural y editorial que está perdiendo
> Cataluña, creo que es bueno recordar que el bilingüismo es un tesoro,
> y que es un error que las administraciones catalanas de estos años no
> hayan sabido considerar como propios a los importantes autores
> catalanes que escriben en la otra lengua, como Juan Marsé, los
> Goytisolo, Eduardo Mendoza o Félix de Azúa.
>
> En segundo lugar creo que hay que revisar profundamente el Estado
> Autonómico español. Como antes les he dicho, comprendo perfectamente a
> aquellos catalanes que ven cómo todas las Comunidades Autónomas,
> creadas de la nada, se igualan a la Generalitat en competencias e
> Instituciones. Con ese “café para todos” se puede comprender a los que
> dicen que así no se reconoce la especificidad de Cataluña.
>
> Tengo la sospecha de que los gobiernos nacionalistas pretenden
> gobernar incluso en los sentimientos de los ciudadanos”
>
> Revisar el Estado de las Autonomías a fondo quiere decir también eso,
> a fondo. Para acabar con todas las disfunciones y para dar
> satisfacción a las ambiciones legítimas.
>
> Y, desde luego, lo que más me gustaría a mí es que en Cataluña y en
> España hubiera gobiernos liberales. Esto es, gobiernos que se
> abstuvieran de meterse en la vida de las personas, que las dejaran en
> paz.
>
> Y tengo la sospecha de que los gobiernos nacionalistas pretenden
> gobernar incluso en los sentimientos de los ciudadanos. Me gustaría
> que los gobiernos se fiaran de los ciudadanos y que no se empeñaran en
> decirles lo que tienen que hacer, lo que tienen que pensar o lo que
> tienen que sentir.
>
> Y, por último, creo que otra función de los políticos en estos
> momentos de crisis nacional es la de recuperar el orgullo de ser
> españoles. Y que los catalanes compartan ese orgullo.
>
> No estoy dispuesta a que las crisis en las que ahora estamos inmersos
> nos suman en la melancolía. Las crisis son siempre oportunidades, como
> muy bien nos explica Einstein.
>
> Y esta crisis nacional que ha provocado el afán independentista,
> después de la Diada del año pasado, tiene que ser también la
> oportunidad para afrontar los problemas que el encaje de Cataluña en
> España presenta y para encontrarles las mejores soluciones. Que serán
> las que sean pero, eso sí, dentro de la Ley
>
> Y que nadie me diga que ya es demasiado tarde. Nunca es demasiado
> tarde para intentar resolver los problemas y para encontrar las
> mejores soluciones a las crisis.