sábado, 2 de junio de 2012

Trasladar la quiebra a la banca europea como Felipe II



El culebrón Bankia, su quiebra y el hipotético rescate español que tiene en brete a medio mundo, puede tener una solución más rápida de lo esperadosi preferimos morir matando a vivir arrodillados. La primera clase de la historia de quiebras españolas ya nos la dio Felipe II en 1557 cuando fue capaz de arrasar a la banca alemana y mandar a la bancarrota a la familia Fugger.

Hasta ahora, Alemania considera que no hay ninguna receta factible para el rescate bancario que necesitamos y que no se van a articular préstamos directos a través del fondo de Rescate Europeo y que la opción de emitir más deuda no es viable. No hay solución válida, pero Alemania está cometiendo un error de bulto, obvia la capacidad destructiva de los morosos y ya se la jugamos una vez a sus bancos ¿por qué no lo volvemos a hacer con la banca europea?

En 1557 la banca alemana tuvo que tragarse una pérdida de 4 millones de florines, una quita del 40% y un plan de pagos diseñado por el deudor. En nuestro caso, Felipe II. Ahora, las tornas han cambiado y los planes de pagos los hacen los acreedores sin contar con las capacidades de pago de los deudores, tal y como está pasando en Grecia. Pero el sistema financiero de Grecia no asusta, el español SI.

Ahora, en España tenemos un problema brutal de deuda privada, con una sobreexposición increíble en créditos dudosos y activos incobrables. Las soluciones de los planes de rescate no son válidas y tenemos que hacer una liquidación de entidades como Bankia. En estos procesos de liquidación, los que van a perder dinero son las entidades financieras extranjeras si somos capaces de marcar nuestras condiciones.
Como podemos ver en el gráfico superior, ahora mismo, el sector privado español debe más de 350.000 millones de dólares a los bancos europeos y americanos. ¿Cómo eliminamos nuestros problemas de activos tóxicos? Muy sencillo, trasladamos nuestros créditos incobrables y los activos adjudicados a sus balances y eliminamos los créditos en los procesos de liquidación.

En esta tesitura, Alemania se puede negar, Francia también y por supuesto UK también, dado que ellos quieren dinero y no activos. Pero como es lógico, aquí quién tiene que decidir cómo se liquidan las empresas son sus propietarios y si somos capaces de pagarles las deudas con los activos tóxicos, Alemania se pone de rodillas ante España y no al revés. Una hipotética suspensión de pagos de 700.000.000.000 de dólares sólo al sector financiero extranjero arrasa con la fortaleza de Europa.

La negociación se ha roto y ahora, lo que hay que hacer es depurar nuestros balances. Aquí tenemos un buen comienzo para arrancar como digo. Separamos los activos tóxicos y se los endosamos directos a los acreedores ofreciendo un plan de canje de deuda por acciones. El capitalismo es lo que tiene, si toca perder, hay que aguantarse, no ser rescatado.

Lo que tenemos que hacer es una concentración de riesgos financieros tóxicos en una sola entidad y llevarnos por delante a la banca alemana, francesa e inglesa que son parte activa de la fiesta del crédito que se ha acabado. España puede provocar la quiebra bancaria de media Europa antes que sacrificar a sus ciudadanos y órdago de estas dimensiones en Europa hace rectificar el rumbo político que están tomando los acontecimientos.

Nota: Para los que crean que la suspensión de pagos cierra las puertas a los mercados, que no se equivoquen. Eso nunca sucede porque la avaricia del bankero es insaciable. Véase la historia, Felipe II quebró a la banca alemana y ese mismo año obtuvo préstamos de banca genovesa y judia.