AUTONOMÍA
La capacidad de gobernarse completamente solos (solo). Concepción peligrosa. Concepción peligrosa, porque está en equilibrio inestable entre la centralidad y el abismo, pero en todo caso, fundamental para el que se siente parte de una larga tradición de libertad viril y de política (de Polis). La idea es que el que está equilibrado y, por tanto, es parte de la aristocracia (revolucionaria) o se refiere a ella conscientemente es para el mismo, no cualquier ley, sino La ley que corresponde al Cosmos y al ritual. La ley común , la que uniformiza, la de la institución sociedad que destruye todo a su paso y multiplica los preceptos y las prohibiciones es diferente; esforzándose en reglamentar, ahoga, corta las alas, esteriliza el grano, deseca; y a continuación , impepinablemente, crea privilegios considerables, que, en nombre del código, del Estado o de Dios, destruyen la energía vital.
La autonomía es fundamental para la libertad y para la dignidad, siempre lo ha sido. Para que, contrariamente a casi todas las formas de federalismo y de regionalismo, sea superior al legalismo y al institucionalismo y no sea un factor de atomización y de individualismo, debe tener un sentido agudo de el Imperium.
Es sobre el eje del Imperium que da una ley interior y acarrea automáticamente el reconocimiento de cada comunidad en un mosaico superior, como se desarrolla la concepción clásica , guerrera, y por tanto gibelina, que en el curso de los siglos ha preservado el arte, el espíritu, y la socializad de la uniformización que se aprieta hoy día como un tornillo , aparentemente en completa quietud, con la complicidad de todas las componentes, progresistas y reaccionarias, laicas y religiosas, del panorama cultural, espiritual y político contemporáneo.
Gabriele Adinolfi
Pensées corsaires
Les Editios du Lore. 2008
p.36