Ahed Tamimi es la mujer de moda. Mejor dicho, adolescente de moda. Palestina, saltó a la palestra porque, con tan sólo 16 años era tan valiente que abofeteó a un soldado Israel, lo que le ha costado 8 meses de cárcel.
¿Tan valiente? Pueden ver el vídeo y otros muchos similares y verán como el soldado judío tiene que aguantar los golpes de esta niña estúpida y fanatizada, y aguantarse las ganas de pegarle una patada en el trasero y enviarla de vuelta a Gaza.
Para los árabes la guerra es una cuestión de familia. Pero no debería ser así
 
Ahed no tenía valor, sino insensatez y un lavado de cerebro muy considerable. Sabía que no le ocurriría nada, como a los niños palestinos que sus padres mandan a dar patas a los soldados israelíes y delante de las cámaras: así no van los adultos.
El problema me lo resumía un antiguo amigo de la Embajada israelí en Madrid: “para los árabes, la guerra es una cuestión de familia”. Lo que quiere decir que se utiliza a la familia, mujeres y niños, de forma espuria.
En efecto, los valientes luchadores por la causa palestina (causa que, como todas, tiene sus razones) utilizan a los niños y a las mujeres, actitud que siempre me ha parecido un poco cobarde.
Y el 1 de octubre, los separatistas catalanes hicieron lo propio con sus hijos pequeños
 
En España, lo descubrimos el 1 de octubre de 2017, cuando los separatistas catalanes, utilizaron a sus hijos como barrera ante la Guardia Civil y la Policía Nacional. De esta forma, la policía quedaba como esos señores crueles que pegan a los niños.
Señores, palestinos y señor Puigdemont: la guerra tiene sus leyes. La guerra ideal era la de Edad media. Dos ejércitos que se zurraban en campo abierto, mientras niños, mujeres y ancianos se quedaban en casa. El que ganaba, se lo quedaba todo.
La guerra menos mala era la de Edad Media: los ejércitos peleaban fuera de la ciudad, sin mujeres, niños ni ancianos
 
La guerra moderna inventó el bombardeo de poblaciones civiles y la toma de ciudades urbanas a tiro limpio. Con sus añadidos de milicianos, paramilitares y, finalmente, terrorismo. Ya no se peleaba cara a cara, sino con instrumentos de guerra a distancia y se hacía víctima a todo el mundo.
Ahora, los palestinos utilizan a las adolescentes palestinas para abofetear a soldados judíos. Muy valiente. Tan valiente como Puigdemont y compañía.