domingo, 25 de marzo de 2018

Preparemos la rebelión

Correspondencia (Actuall)
Preparemos la rebelión
Yo no nací para rebelarme, son las circunstancias socio-políticas las que me obligan a hacerlo con absoluta convicción y como exigencia de mis criterios  y del corazón. Me rebelo por supervivencia  y en defensa de muchos (todos) los niños que ven amenazada su infancia y con ella su felicidad de por vida.
Como decía Tierno Galván en su obra ‘Anatomía de la conspiración’: “En estas circunstancias conspirar y vivir son casi lo mismo”. Estamos, sin duda, en esas especialísimas circunstancias. El Parlamento español las ha creado y los partidos conspiran contra los ciudadanos, en especial contra los niños, contra los padres, contra la familia y, por tanto contra la sociedad. No sueño ni exagero, quien no lo ve es porque está ciego o traga con la  ideología de género.
Hablo, naturalmente de la “ley mordaza LGBT” que defiende Podemos en el Parlamento, en nombre y representación del lobby LGTBI con mucho dinero y subvenciones de nuestros impuestos. 
Solo el hecho de abrir el Parlamento a ese bodrio y que muchos de nuestros “lamentables representantes”  se enfrasquen en ello, es ya motivo más que suficiente para una rebelión de la ciudadanía, que será la esclavizada a corto plazo, con sus hijos por delante.
Esa proposición de ley acumula todos los títulos posibles para llamarla abyecta y tiránica por ser mordaza ideológica, sembradora de odio:
  • Anti-naturaleza  (va contra toda ciencia y la experiencia más elementales)
  • Anti-humana (odio y violencia son sus signos de identidad)
  • Anti-democracia (totalitaria y subyugante)
  • Fanática (solo cuentan y valen sus ideas y manejos)
  • Excluyente  (o aceptas o ¡pobre de ti!)
  • Intolerante  (total violencia, si disientes: cárcel y/o multas astronómicas)
  • Patológica (produce fobia enfermiza a sus autores si alguien disiente)
  • Monotemática  (el género condiciona absolutamente todo, fantasma género)
  • Mordaza (solo ellos pueden opinar, no hables, escribas, publiques,…)
  • Disparatada (nada es homogéneo, todo es diverso por ser igual)
  • Anti-educación (educarán quienes ni saben ni entienden)
  • Tiránica  (frente a libertad, dictadura)
  • Maniquea  (unos pocos opresores, todos los demás oprimidos)
  • Anti-familia  (no existe, no se le considera, hay que destruirla)
  • Frágil  (tanta armadura y tanto plomo delatan su gran debilidad)
  • Artificial  (procrear solo por artificio, la naturaleza a la basura)
No hemos agotado sus “virtudes”; con ellas –de ser aprobada esa ley–  inundará España de estupidez adulta y de terrible desequilibrio en los menores, dadas sus  sobresalientes cualidades : sectarismo, dogmatismo, fanatismo,  obsesión,  chulería, posesión, carcundia, verriondez, odio, jibarización, ignorancia, …
Sabemos que donde impera la injusticia es muy peligroso tener razón, pero tampoco existen muros suficientes para encarcelar a la razón y a la verdad. Es mucho más razonable acabar con el pensamiento único dominador que nos tiene en este total oscurantismo. Sólo se necesita razón y ciencia con un poco de sentido común para gobernar; ¿Dónde están?  La rebelión ciudadana, la ciudadanía del sentido común y que quiere libertad, puede parar una dictadura amordazante como la que propone la ley LGTBI llena de odio.
Las ideologías son para filosofar, pero, jamás han servido para dirigir y menos para gobernar de modo surrealista  como pretende nuestro Parlamento. El surrealismo, como muy bien dice la periodista Candela Sande, es una corriente artística, no un modo razonable de gobernar. 
¿Nos van a gobernar con la surrealista ley mordaza?
Yo soy políticamente incorrecto e ideológicamente no tengo género, sí tengo sexo y muy claro desde que nací. Mi rebelión es incondicional contra esa ley que elimina radicalmente el derecho de amparo, la presunción de inocencia, la libertad de expresión, la libertad de educación y el más elemental respeto a los niños. 
Además de otros muchos ataques a la Constitución, a los derechos humanos y, lo más grave, al sentido común.
¿Acaso el Tribunal Constitucional, la justicia, la fiscalía, el Defensor del Pueblo y el Gobierno, no tienen algo que ver con la defensa y la protección de los niños y de los menores en España?  ¿O se alinean todos  ellos con la violencia ideológica desatada para dejarlos indefensos ante la estupidez planteada? Esperamos sus respuestas.
La ciudadanía tiene mucho que decir cuando sus representantes en el Parlamento son abducidos por ideologías inducidas por lobbies foráneos, en vez de estar trabajando por el bien y el servicio del pueblo al que representan y que les paga.  ¿Qué pretenden por el contrario? Buscan unir la política a una ideología (importada) para con ella tiranizar, subyugar, someter y violar a los ciudadanos. Más que justificada la rebelión de todos los padres por la libertad de sus hijos y la suya propia, ellos son los más amenazados en la educación de sus hijos y en sus propias libertades.
¿No conoces la propuesta de ley que se va a debatir en el Parlamento y a la que todos los partidos han dado un más o menos matizado placet? Urge que la leas, que la conozcas; no vas a dar crédito a que algo así pueda siquiera imaginarse. Solo calificable de corrupción mental y esquizofrenia colectiva, muy propia de la partitocracia que nos subyuga.
La corrupción dineraria es muy detestable, pero hay corrupciones mucho peores que las del dinero, eso lo vemos en partidos que nos rodean para los que ni España, ni patria, ni democracia, ni el pueblo, ni el bien común, ni … Solo “el poder”, importa a esos lamentables jefecillos  que encabezan partidos políticos. Eso es hoy España. 
¿Alguien conoce mayor corrupción? La corrupción de las mentes y de las masas es infinitamente peor que la corrupción de los bolsillos. ¿Crees que  a muchos parlamentarios les importa conocer, haber leído, saber lo que se está cociendo en el Parlamento? Hay demasiados que están allí solo por la mamandurria.  
Los ciudadanos de a pie tenemos que rebelarnos por tantas cosas como están sucediendo en este Parlamento circense y teatrero, donde se cuela tanta patraña, tanta basura, ¡tanta mordaza, en este caso!

Drociano