Los franceses Alesia.
Los judíos, Masada.
Los griegos, el Paso de las Termopilas.
Los alemanes, los bosques de Teutoburgo.
Los ingleses, Trafalgar.
Los portugueses,
Aljubarrota.
Los rusos, Stalingrado.
Hasta los zulúes tienen algo... Insaldwana.
Y los españoles, debido a los traidores por un
lado y los cobardes por otro, no
tenemos...
Las Navas de Tolosa,
por insidiosa.
La Batalla del Ebro, por fascista.
Lepanto, por intolerante.
Tenochtitlán, por genocida.
Bailén, por retrógrado.
Amberes, Breda, Northlinghen, por no herir
sensibilidades.
Villaviciosa, por no plural.
¿Sigo?
Y un montón de ineptos, embusteros,
interesados, desgraciados, chusma, incultos, maricomplejines,... traidores y
cobardes (insisto) que han dirigido, dirigen y dirigirán las mentes... de los
que se dejen, de esta gran nación que es España.
Cuando paso cerca de
Despeñaperros (sitio donde se despeñaron miles de perros invasores e
impositores de sus ideas (políticas, religiosas, filosóficas, ... .), siempre
salgo despotricando que no haya nada allí para conmemorar algo tan importante,
tan épico, tan cristiano. He estado en Normandía, y estuvimos cuatro días
viendo museos, cementerios, edificios históricos de la batalla de Normandía, en
Estados Unidos de cualquier escaramuza sin importancia hacen un centro
histórico con museo incluido, y aquí tenemos el 800 aniversario de lo que
considero la batalla más importante de la historia de Europa (o sea del mundo)
y no hacemos nada.
La carga de los
tres reyes.
Por Arturo Pérez Reverte
....Ya ni siquiera se estudia en los colegios,
creo. Moros y cristianos degollándose, nada menos.
Carnicería sangrienta. Ese medioevo fascista, etcétera. Pero es posible
que, gracias a aquello,... mi hija no
lleve hoy velo cuando sale a la calle.
Ocurrió hace casi ocho siglos justos, cuando
tres reyes españoles dieron, hombro con hombro, una carga de caballería que
cambió la historia de Europa. El próximo 16 de julio se cumple el 798 aniversario
de aquel lunes del año 1212 en que el ejército almohade del Miramamolín Al
Nasir, un ultra radical islámico que había jurado plantar la media luna en
Roma, fue destrozado por los cristianos cerca de Despeñaperros. Tras proclamar
la yihad -seguro que el término les suena-
contra los infieles, Al Nasir había cruzado con su ejército el estrecho de
Gibraltar, resuelto a reconquistar para el Islam la España cristiana e invadir
una Europa -también esto les suena, imagino- debilitada e indecisa.
Los paró un rey castellano, Alfonso VIII.
Consciente de que en España al enemigo pocas veces lo tienes enfrente, hizo que
el papa de Roma proclamase aquello cruzada contra los sarracenos, para evitar que,
mientras guerreaba contra el moro, los reyes de Navarra y de León, adversarios
suyos, le jugaran la del chino, atacándolo por la espalda.
Resumiendo mucho la cosa, diremos que Alfonso
de Castilla consiguió reunir en el campo de batalla a unos 27.000 hombres,
entre los que se contaban algunos voluntarios extranjeros, sobre todo
franceses, y los duros monjes soldados de las órdenes militares españolas.
Núcleo principal eran las milicias concejiles castellanas -tropas populares, para
entendernos- y 8.500 catalanes y aragoneses traídos por el rey Pedro II de
Aragón; que, como gentil caballero que era, acudió a socorrer a su vecino y
colega. A última hora, a regañadientes y por no quedar mal, Sancho VII de
Navarra se presentó con una reducida peña de doscientos jinetes -Alfonso IX de
León se quedó en casa-. Por su parte, Al Nasir alineó casi 60.000 guerreros
entre soldados norteafricanos, tropas andalusíes y un nutrido contingente de voluntarios
fanáticos de poco valor militar y escasa disciplina: chusma a la que el rey moro, resuelto a
facilitar su viaje al anhelado paraíso de las huríes, colocó en primera fila
para que se comiera el primer marrón, haciendo allí de carne de lanza.
La escabechina, muy propia de aquel tiempo
feroz, hizo época. En el cerro de los
Olivares, cerca de Santa Elena, los cristianos dieron el asalto ladera arriba bajo una lluvia de
flechas de los temibles arcos almohades,
intentando alcanzar el palenque fortificado donde Al Nasir, que sentado sobre un escudo leía el
Corán, o hacía el paripé de leerlo
-imagino que tendría otras cosas en la cabeza-, había plantado su famosa tienda roja. La
vanguardia cristiana, mandada por el
vasco Diego López de Haro, con jinetes e infantes castellanos, aragoneses y navarros, deshizo la
primera línea enemiga y quedó frenada en
sangriento combate con la segunda. Milicias como la de Madrid fueron casi aniquiladas tras
luchar igual que leones de la Metro
Goldwyn Mayer. Atacó entonces la segunda oleada, con los veteranos caballeros de las órdenes militares
como núcleo duro, sin lograr romper
tampoco la resistencia moruna. La situación empezaba a ser crítica para los nuestros -porque
sintiéndolo mucho, señor presidente,
allí los cristianos eran los nuestros-; que, imposibilitados de maniobrar, ya no peleaban
por la victoria, sino por la vida. Junto
a López de Haro, a quien sólo quedaban cuarenta jinetes de sus quinientos, los caballeros
templarios, calatravos y santiaguistas,
revueltos con amigos y enemigos, se batían como gato panza arriba. Fue entonces cuando Alfonso
VIII, visto el panorama, desenvainó la
espada, hizo ondear su pendón, se puso al frente de la línea de reserva, tragó saliva y volviéndose
al arzobispo Jiménez de Rada gritó:
«Aquí, señor obispo, morimos todos». Luego, picando espuelas, cabalgó hacia el enemigo. Los reyes
de Aragón y de Navarra, viendo a su
colega, hicieron lo mismo. Con vergüenza torera y un par de huevos, ondearon sus pendones y
fueron a la carga espada en mano. El resto es Historia: tres reyes españoles cabalgando juntos por las
lomas de Las Navas, con la exhausta
infantería gritando de entusiasmo mientras abría sus filas para dejarles paso. Y el combate final
en torno al palenque, con la huida de Al
Nasir, el degüello y la victoria. ¿Imaginan la película?... ¿Imaginan ese
material en manos de ingleses, o
norteamericanos?.. Supongo que sí. Pero tengan la certeza de que, en este país imbécil,
acomplejado de sí mismo, gobernado por
políticos aún más imbéciles carentes de toda identidad... no la rodará ninguna televisión,
ni la subvencionará jamás ningún
ministerio de Educación, ni de Cultura, porque aquí no habría despelote ni mariconeo, sino gente real
que por amar a su tierra luchaban a morir.
¡Ojo!
¡Importante!
Tardamos 8 SIGLOS, o sea, ¡¡800 AÑOS!! en echarles de la
península, nuestra tierra! Fue por nuestra desunión, porque España la formaban distintos
reinos y no uno solo. Combatíamos entre nosotros -como ahora con las 17 autonomías
innecesarias- y no tuvimos un solo Rey, una sola nación, un único mando militar
para expulsarles, de eso se aprovecharon durante ¡8 siglos! y ellos, los de la
media luna sí que lo recuerdan, por eso se aprovechan, de nuestra actual
desunión, para una segunda invasión silenciosa... bajo la permisividad de
políticos de bajo perfil, acomplejados, miedosos de llamar las cosas por su nombre...,
nada que ver con aquellos valerosos guerreros cristianos que combatieron y
derramaron su sangre ¡para.... nada!
Ellos recuerdan nuestra desunión, la misma que
tenemos ahora y que muchos políticos
fomentan. Y ellos lo saben... y de paso, se frotan las manos, se ríen y se aprovechan para su
segunda invasión...
Nosotros hemos olvidado la historia, pero
ellos no.... mal asunto. Durante mucho
tiempo fui todo lo que pude... ahora soy todo lo que quiero.