Entrevista al Duque de Braganza
El Español 3-4-2016
¿Considera que Portugal debe salir de la eurozona?
El euro es una cosa que va contra la naturaleza. Es una locura pensar que
la economía portuguesa pueda competir al mismo nivel que la alemana, y sin
embargo ahora mismo operamos con una divisa germana. Yo me manifesté en contra
en su momento, junto a los economistas que auguraron que esto sería un
desastre, pero los políticos insistieron que se trataba de un proyecto político
y se tenía que hacer.
Don Duarte Pío cree en un modelo de confederación como el suizo para la UE.
Enric Vives-Rubio
¿Se considera europeísta?
Absolutamente, pero de otro tipo de Unión Europa. La actual quiere
homogeneizar todo y quitar los elementos nacionales, la cultura propia que
enriquece a los pueblos; no me sorprende que los ingleses se sientan
amenazados. Al igual que mi primo, el fallecido archiduque Otto de Habsburgo,
que fue uno de los padres de la Unión y un eurodiputado durante mucho tiempo.
Yo creo que debemos seguir el modelo de la Confederación Helvética –o sea,
Suiza–. Se tienen que respetar las diferencias, no intentar borrarlas. En
algunos países las monarquías por lo menos suavizan esta situación, porque
aunque se haya perdido mucho ante la Unión, los reyes son la representación
viva de la patria.
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Pero en España la figura del rey no parece sofocar el movimiento
independentista en Cataluña…
El tema se ha manejado mal. La solución al problema catalán es crear un
estatuto de reino unido, tanto para Cataluña como para el País Vasco. Es
evidente que son naciones, y eso se debe reconocer, pero ofreciéndoles un lugar
dentro de un “Reino Unido de España”, como hicieron los británicos y los
holandeses, con sus respectivos Gobiernos, pero con un rey y unas fuerzas
armadas comunes. La separación radical sería traumática, especialmente para los
catalanes.
Hay algunos catalanes que apuntan a la independencia de Portugal como un
ejemplo a seguir.
La Unión Ibérica de Portugal y España sólo duró 60 años, y Cataluña es
parte de España desde hace siglos. La interpenetración es mucho más profunda
que la que tuvimos nosotros, e incluso así la separación de España y Portugal
fue traumática.
Un antepasado de mi mujer era el gobernador de Madeira cuando declaramos la
independencia de España, y él tuvo que elegir entre mantenerse leal a su patria
o tomar el partido por su esposa portuguesa. Ganó el amor –y por eso Madeira es
portuguesa hoy en día– pero fue una decisión traumática igualmente.