Bélgica: el caos de la eutanasia
En países donde se aprobó la eutanasia ya no es la persona la que decide libremente quitarse o que le quiten la vida sino el Estado, representado por los médicos o por los jueces...
Una eutanasia, un crimen contra la vida
El Instituto de Bioética de la Universidad de Gante, en Bélgica, acaba de publicar en The Journal of Medicine and Philosophy, un detallado análisis sobre los coladeros y el descontrol de la eutanasia en este país, después de 18 años y más de 21.000 eutanasias reconocidas (en la realidad pueden ser más de 30.000), recoge Religión en Libertad.
El 'Informe Gante 2021', presidido por Kasper Raus, médico y bioeticista del Hospital Universitario de Gante, señala que probablemente se practican un 30% más eutanasias que las que se notifican, y que no está nada claro que las que se practican cumplan los requisitos legales porque los controles son prácticamente papel mojado.
Eso explica que cada vez se den más casos. De hecho, en pleno siglo XXI, en este país rico con grandes recursos médicos contra el dolor y la enfermedad, la eutanasia se ha triplicado: de 954 casos en el año 2010 a 2.655 en 2019, explica Religión en Libertad.
Entre las conclusiones del Informe Gante 2021 figura que los controles y salvaguardas que supuestamente debían ser rigurosos en la eutanasia belga "no funcionan como tal"
Entre las conclusiones del Informe Gante 2021 figura que los controles y salvaguardas que supuestamente debían ser rigurosos en la eutanasia belga "no funcionan como tal”. Además, la ley que se aprobó para eliminar enfermos de enfermedades graves e incurables, hoy se usa para realizar eutanasias por "cansancio de la vida”.
Por otra parte, la consulta a uno o dos médicos "independientes" no es garantía alguna, su función es limitadísima y lo que digan no es vinculante, como reafirmó el Tribunal Constitucional belga. Al final se hace lo que dice el eutanasiador.
Asimismo, el control "a posteriori" (con el paciente ya eliminado) a cargo de la Comisión es ineficaz: la Comisión es incapaz de comprobar que se cumplen los criterios legales y de hecho se arroga la autoridad de reinterpretar los criterios a su gusto. Debido a su composición, la Comisión no vigila, sino que escuda, a los eutanasiadores, añade Religión en Libertad.
"Expresamos la preocupación de que la FCECE [la Comisión eutanasiadora] de hecho tiene el poder de cambiar la interpretación de la Ley de Eutanasia, sin ser limitada por ningún control parlamentario, judicial o social”, denuncia también el Informe Gante 2021.
Expresamos la preocupación de que la FCECE [la Comisión eutanasiadora] de hecho tiene el poder de cambiar la interpretación de la Ley de Eutanasia, sin ser limitada por ningún control parlamentario, judicial o social
Esta es la situación en Bélgica, con 21.000 eutanasias practicadas (en realidad serían más de 30.000 según diversos indicios) y casi dos décadas de experiencia.
Si hay este descontrol en la supuestamente estricta Bélgica, ¿qué "controles" cabe esperar en España y sus 17 autonomías?, se pregunta, con razón, Religión en Libertad.
Asimismo, Hispanidad viene advirtiendo de la peligrosa pendiente deslizante que supone aprobar la eutanasia.
Esa pendiente deslizante consiste en que en algunos países ya está pasando que no es la persona la que decide libremente quitarse o que le quiten la vida sino el Estado, representado por los médicos o por los jueces...
Por ejemplo, además de en la citada Bélgica, en Holanda los médicos han aplicado la eutanasia a centenares de pacientes sin su consentimiento. En el Reino Unido incluso se la han aplicado a niños contra la voluntad de sus padres.
Y por este peligroso ‘plano inclinado’ nos quiere introducir en España el actual Gobierno social-comunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias… Porque a eso es a lo que quieren llegar en realidad. Lo que pasa es que quieren hacerlo poco a poco, como hicieron con el aborto...