lunes, 15 de agosto de 2016

BASES PSEUDOINTELECTUALES DEL MITO DE LAS TRES CULTURAS - II


BASES PSEUDOINTELECTUALES DEL MITO DE LAS TRES CULTURAS - II

Continuamos ofreciendo, en pequeñas dosis, un ensayo sobre "El mito de la España de las Tres Culturas", de José Luis Martínez Sanz, publicado en la revista HESPÉRIDES que dirigía en su día el escritor y periodista José Javier Esparza. Consideramos que este ensayo ofrece las claves que nos permiten comprender los objetivos últimos que pretende la manipulación histórica basada en la patraña de las Tres Culturas. Que ustedes lo aprovechen y obren en consecuencia.

LOS MALOS Y LOS BUENOS

 Si España fuese el resultado social, cultural e histórico de esas tres culturas, y España fuese cosa de las tres, habría que pensar que una de las tres comunidades cometió la injusticia histórica de expulsar a las otras dos. Adviértase que en este argumento se da un salto cualitativo sustancial: el término "culturas" se empieza a usar aparejado al término "comunidades", y no referido a las autónomas recogidas en la Constitución de 1978: así, desde hace un tiempo se viene hablando de comunidad gitana, comunidad magrebí, comunidad israelita (éstos se llaman así cuando se refieren a sí mismos), comunidad alemana (en Mallorca), etc.



 Curiosamente, en este elenco de comunidades jamás se habla de nosotros, los españoles que habitamos en nuestra tierra, como de una comunidad. ¿Es que quienes hablan de "comunidades" no nos creen comunidad a nosotros, o es que no quieren que tomemos conciencia de que sí somos una comunidad y, además, la práctica totalidad de los habitantes?



 El paso siguiente, en la argumentación del triculturalismo, es más audaz: se sobrevalora a los expulsados por encima de nuestros antepasados, los hispanocristianos que se quedaron en su tierra. En 1992, en una serie de reportajes realizados por la Comisión Nacional Sefarad 92 sobre la expulsión de los judíos en marzo de 1492, se decia que Bayaceto II, sultán de Constantinopla, al llegar allí los judíos expulsados había comentado: "¿Cómo puedo considerar inteligente a Fernando, si empobreció su reino para enriquecer el mío?". La idea dominante que se trató de imponer a la sociedad española en 1992 es que la expulsión de los judíos por los Reyes Católicos en 1492 y la de los moriscos por Felipe III en 1609 habían producido una catástrofe económica en España, que habría quedado económicamente desarbolada. Mientras historiadores prestigiosos (Domínguez Ortiz, por ejemplo) lo mitigaban o rechazaban en esos mismos reportajes, había otros que pretendían imponer con frivolidad la idea de que las dos expulsiones arruinaron a España.

En la argumentación de los defensores de la España de las tres culturas, de aquí se desemboca con toda naturalidad en la Inquisición, que es presentada como un bestial e inhumano medio de practicar la intolerancia: se la expone como el hecho más repudiable de nuestra Historia, un hecho o institución de la que España debería avergonzarse. Con ello se llega al insulto directo a nuestros antepasados de los siglos XV, XVI y XVII. Suele rematarse este argumento diciendo que la Inquisición española persiguió a los judíos y a los musulmanes, lo cual debería constituir una vergüenza para los españoles.



 España -dicen- tiene tal "mestizaje cultural" que, a pesar de haber expulsado a moros y judíos, en la mismísima España del siglo XVI estarían muy presentes las tres culturas. Pero con un notable matiz: mientras que la musulmana tan sólo habría dejado "huellas", la judía estaría presente y operante... tanto que hasta la gran empresa española en América sería también labor de judíos, puesto que ellos también estaban "en América Latina en el período colonial", como dice el historiador Seymour B. Liebman, quien añade que, posteriormente, lucharían contra España: "Los judíos tomaron parte activa en la batalla de los porteños por la independencia de Argentina".



 Toda esta argumentación, basada en esos pasos arriba expuestos, se complementa con una actividad febril para extender esta extraña idea del mestizaje cultural de España, idea que, con el pretexto de abrir horizontes mentales a lo universal o lo foráneo, pretende vaciar de contenidos lo propio y hacernos olvidar o menospreciar nuestra propia cultura.



 Con este espíritu, y basándose en una supuesta teoría globalizadora y sincretista de Américo Castro, se empezó a formular la idea de las "tres culturas de España" en unos problemáticos años en los que España estaba atravesando el difícil y peligroso momento de la famosa transición. Si a pesar del error, que todos reconocían, nadie habló para desmentirlo, fue por una razón de fuerza mayor: en aquellos años lo importante era fundamentar en aquel presente la convivencia de ideologías y actitudes opuestas y contrapuestas, sin que nadie se preocupase entonces de una peregrina teoría sobre el pasado ya olvidado.



 Sin embargo, la falta de oposición dio alas a quienes formularon la idea de la España de las tres culturas y la empezaron a difundir. Para ello escogieron como primer ejemplo emblemático el monumento a Maimónides. Además, como la Constitución de 1978 consagraba la España de las autonomías, Andalucía tomó su hecho diferencial en los restos de la cultura musulmana que aún quedaban en su territorio; apoyándose en esta circunstancia, los amigos de la España de las tres culturas empezaron a mostrarse enemigos de la tradición española, y desde hace tres años [el texto original se fecha en 1997] intentan que la Mezquita de Córdoba deje de ser la Catedral de la ciudad y se torne nuevamente en mezquita. Y en Granada, algunos han llegado a la aberración de pedirle al alcalde Díaz-Berbel que se deje de celebrar la fiesta local del 2 de enero como aniversario de la toma de la ciudad por los Reyes Católicos y del fin de la Reconquista, y que se sustituya por una jornada de "reconciliación de las tres culturas": al negarse el alcalde a tan absurda pretensión hubo periodistas que se le echaron encima con todo tipo de insultos.



VAMOS A CONTAR MENTIRAS, TRALARÁ...



 "Super his quoque vehementi carceris moerore confectus, non minus ex improviso taedium mihi occurrit ex eo die quo me Serenitas vestra praemonuit, ne a glorificatione militum Christi desisterem, ne prima de eis sententiam mea irritam facerem."



 "Además de esto me deprime la pena grande de esta cárcel; no me abandona el tedio desde el día en que vuestra señoría me aconsejó que no desfalleciese a la hora de escribir a favor y por la gloria de los soldados de Cristo, no fuere que se frustrara mi primera determinación".





 (De una Carta de San Eulogio a Álvaro Cordubense, postrimerías de octubre del año 851.)


Venciendo la pesadumbre de la prisión y el desaliento que lo embargaban, San Eulogio de Córdoba superó aquella tribulación, escribió en alabanza de los soldados de Cristo (a glorificatione militum Christi), aquellos -hombres y mujeres- que había confortado con su palabra y animado a perseverar en la fidelidad a Jesucristo... Y recibió, al término de su camino, la corona gloriosa del martirio. Desde las miríadas de mártires que gozan la vida eterna, San Eulogio sigue intercediendo por nosotros, y en estos tiempos de incertidumbre tan parecidos a los que él vivió, se convierte en una autoridad de la Santa Iglesia en la que poner nuestros ojos.

 En ofrenda a los Mártires de Córdoba, pidiendo su poderosa intercesión, ponemos este artículo bajo su poderoso amparo.





TRES CULTURAS TRALARÁ... LARÁ, LARÁ.



Imagínese el lector que esto que viene a continuación es una tertulia entre "amigos":



 Américo Castro: "Sometidos al Islam quedaron grandes masas de cristianos (los "mozárabes"), que continuaron viviendo al amparo de la tolerancia musulmana durante cuatro siglos, hasta que las invasiones de almorávides (1090) y de almohades (1146) -tribus fanáticas de África- terminaron con ellos." ("España en su Historia. Cristianos, moros y judíos", año 1948.)



Álvaro de Córdoba: "Cada día cubiertos de oprobios y mil cúmulos de afrentas, ¿podemos decir que no tenemos persecución? Pues, para callar otras cosas, cuando los mahometanos ven que los cuerpos de los difuntos cristianos son llevados por los sacerdotes del Señor para darles sepultura... ¿no es cierto que gritan: "¡Dios, no te compadezcas de ellos!"? ¿No es cierto que los mahometanos apedrean a los sacerdotes de Cristo, insultando con palabras ignominiosas a los cristianos? ¿No es cierto que los mahometanos arrojan estiércol inmundo sobre el cortejo fúnebre que acompaña al difunto? ¡Ay de nosotros, nuevamente y mil veces, que soportamos esta irrisión de sus burlas y dudamos del tiempo de la persecución del Anticristo!" ("Indículo luminoso", escrito en Córdoba, el año 854.)



 Maestro Gelimer: ¿Ese es el "amparo" y la "tolerancia" de los invasores, antes de que vinieran las tribus fanáticas de África (almorávides y almohades), Castro? Américo Castro, como historiador, tendría que conocer al P. Flórez que da cuenta del "Indículo luminoso", a Menéndez Pelayo... E incluso a Mario Méndez Bejarano, los cuales tratan esta cuestión historiográfica de la apologética mozárabe con sede en la Córdoba afligida durante la aciaga centuria del 800... ¡A cualquier pelagatos le llaman historiador!



AMÉRICO CASTRO MIENTE.

Barack Obama, presidente de los EE.UU.: "El Islam tiene una orgullosa tradición de tolerancia. Lo vemos en la historia de Andalucía y Córdoba." (El Cairo, año 2009.)



Álvaro de Córdoba: "¿Hay, por casualidad, alguno todavía, poseído por la ceguera del error y manchado por la de la iniquidad que niegue que la persecución existe en nuestro tiempo?" (Indículo luminoso, Córdoba, año 854.)



 Maestro Gelimer: Álvaro, Álvaro... Pasa el tiempo y no deja de haber ciegos, por el error y por la iniquidad, aunque se vistan de corderos, lobos que hambrean por devorar a las ovejas de Cristo. Ese inquilino de la Casa Blanca no puede ser disculpado ni siquiera por su incultura afroamericana, adicta al baloncesto y a la comida basura, como a los libros basura. Lo que dijo en El Cairo, lo dijo por vicio demagógico, creyéndose Kennedy o Martin Luther King... Pero en su irresponsabilidad, Obama justificaba las pretensiones del islamismo sobre nuestra patria.



BARACK OBAMA MIENTE.





La Mezquita supra-basílica de Córdoba, escenario principal de la inmolación de los Santos Mártires Milicia de Cristo.







Roger Garaudy: "Entre los años 851 y 857 [San Eulogio de Córdoba] escribe el Memorial de los santos. Documento del martirio y la Apología de los mártires, incitando a la provocación heroica para impedir la propagación del Islam. Algunos exaltados, siguiendo su llamada, entran en los lugares de rezo de los musulmanes e injurian e insultan a su profeta. Conducidos delante de los jueces son condenados a muerte. Un sínodo católico se reúne con el fin de tratar de borrar esta epidemia de suicidas y, tras condenar la teoría de Eulogio sobre el martirio, causante de la crisis, le entrega a las autoridades. Eulogio fue condenado y ejecutado algunos años más tarde y la Iglesia le venera como mártir desde entonces" ("El islam en occidente. Córdoba, capital del pensamiento unitario", escrito en Córdoba, al amparo del gobierno comunista de la Ciudad del Arcángel San Rafael, año1987.)



Maestro Gelimer: Expliquemos la frase de Garaudy que nosotros hemos marcado en negrita:



Abderrahmán II, aterrorizado ante el huracán sagrado de los Soldados de Cristo que confesaban la fe, fortalecidos por el Espíritu Santo a través del verbo ígneo de San Eulogio, decide acabar con la situación. Como podemos ver, la resistencia pacífica no la inventó Gandhi. El emir convoca un Concilio (¡¡¡un musulmán convocando un concilio!!!). Los obispos mozárabes colaboracionistas, encabezados por el metropolitano de Hispalis -Recafredo- se reúnen y condenan el "martirio" de los santos mozárabes. El emir se hace representar en dicho conciliábulo por un tal Gómez, mozárabe que tenía el cometido de cobrar los impuestos a sus compatriotas, en el oficio más rastrero y vil que manifiesta la sumisión. El tal Gómez hizo bien los deberes: pidió, en nombre de su amo y señor que las autoridades eclesiásticas de la Bética ocupada desaprobaran la inmolación martirial, pues este Viento Sagrado era considerado como algo mortífero para la vergonzosa paz que ofrecían los invasores, la morisma que había usurpado el poder en la Península y ocupaba España. Los obispos cobardes así lo hicieron, complaciendo al emir y a su lacayo; y así las cosas, los prelados, meneando el rabo cual perritos falderos, entregaron por 30 monedas, cual Judas Iscariote, al fidelísimo y heroico Eulogio. Gómez, esa miserable alimaña depredadora de tributos, renegaría de la fe cristiana con el correr de los años y se convertiría al Islam. Como bien titulara un libro suyo el obispo emérito de Córdoba, D. José Antonio Infantes Florido: "En Córdoba empezó la Reconquista".



Recapitulemos: Un Concilio congregado a la orden de un musulmán (Abderrahmán II), dirigido por un colaboracionista renegado (el inspector de Hacienda del emir, Gómez) y secundado por una gavilla de obispos cobardes (encabezados por el relajado colaboracionista Recafredo... ¿es un Concilio católico o es una farsa conciliar de la peor especie?)



No vamos a molestarnos en responder a esta pregunta retórica que acabamos de formular. Huelga hacerlo, pues hay que ser deficiente mental o un blandengue pelele o, simplemente, una serpiente sofística para afirmar que eso fuese un "concilio católico". ¿Qué es Garaudy? No creemos que sea ni lo primero ni lo segundo.



EN ESA AFIRMACIÓN QUE GARAUDY HACE Y NOSOTROS HEMOS EXPLICADO:



GARAUDY MIENTE.



Roger Garaudy: "Vamos a tratar de rastrear el itinerario espiritual de la España musulmana, de esta España, país de Europa, en el que tuvo lugar, por la simbiosis del pueblo judío, cristiano y musulmán, el nacimiento de la más alta concepción del hombre y su finalidad última. Y este itinerario lo vamos a realizar siguiendo los esplendorosos jalones, los inigualables monumentos, las maravillosas obras que se crearon en España durante los siglos de período musulmán en la Península (del siglo VIII al siglo XV)" (Op. Cit.).



 Maestro Gelimer: Eso es, Garaudy... Como dice la canción: "Vamos a contar mentiras, tralará lará lará..." Y que las crean los desinformados que se pasean por la Torre de la Calahorra, esa que te cedieron y que tú has decorado a tu gusto... Y, ya puestos, que te lo agradezcan, con sus palmaditas en las espaldas y sus alabanzas los traidores y los renegados. Pero con nosotros, con los Soldados de Cristo, no cuentes.



NOTA: Animamos a todos los lectores contemporáneos a tomar como lectura espiritual la obra de San Eulogio de Córdoba. No es fácil adquirirla, pero iremos ofreciendo los textos para el bien espiritual de nuestros lectores. Esos textos cobran una actualidad inquietante. Hagámonos fuertes en ellos para los acontecimientos futuros que se avecinan. Y si el Viento Sagrado vuelve... No vayamos al martirio sin defendernos.



 San Eulogio, ora pro nobis.



 Publicado por Maestro Gelimer en 23:57 0 comentarios



BASES PSEUDOINTELECTUALES DEL MITO DE LAS TRES CULTURAS I


BASES PSEUDOINTELECTUALES DEL MITO DE LAS TRES CULTURAS I







Iremos presentando por entregas un texto que consideramos fundamental. Su autor es D. José Luis Martínez Sanz y fue publicado en la revista HESPÉRIDES allá por el año 1997. Merece la pena para hacer una primera aproximación a las bases que sostienen el falaz MITO DE LAS TRES CULTURAS. Siguiendo la consigna de Barataria Tradicionalista, queremos contribuir a la tarea propuesta de combatir sin tregua la mentira histórica forjada contra España desde parámetros triculturalistas.





 En nuestros drías están apareciendo por doquier publicaciones, artículos, lugares públicos, conferencias, citas, etcétera, en los que se va imponiendo un neologismo o expresión aparecida recientemente en nuestro país: la "España de las tres culturas". Quienes crearon y mantienen este mito, parten de la idea de que España, como tal e incluso su mismo nombre, surge en la Edad Media y viene a ser el producto o consecuencia de la fecunda unión de tres culturas: la musulmana, la judía y la cristiana. Eso habría creado al pueblo español, que entre sus antepasados tendría necesariamente a judíos y árabes, lo que haría que España fuese el ejemplo internacional de un mestizaje cultural supuestamente modélico.



¿DONDE NACE EL MITO DE LAS "TRES CULTURAS"?



 Para basar en la Historia este hipotético esquema sociocultural, se cita como hecho objetivo y real la presunta existencia de un tiempo idílico en que se habría dado esa convivencia y cuyo mejor exponente era la supuesta Escuela de Traductores de Toledo: sabios y eruditos de las tres culturas se habrían juntado en ella y aportado sus conocimientos y, como fruto de eso y de las traducciones de libros en los que se contenían sus tres culturas, se formó en lengua romance (la del pueblo español) un saber y una cultura que es la base de la cultura actual de España.



 El mejor ejemplo de esta fecunda convivencia sería Maimónides, el judío andalusí cuyo saber -se dice- iluminó a las culturas musulmana y cristiana de España... e incluso de toda Europa. En su ciudad, la Córdoba de los sirios califa Omeya (refugiados o exiliados heterodoxos que subsistían en el extremo occidental de un mundo musulmán dirigido por el califato iraquí de los Abasíes), existía un centro de estudio similar a una universidad actual, que difundía los saberes de Asia y de Grecia por todo Al-Andalus, por los reinos cristianos de España y por el resto de Europa. Por eso, en reconocimiento de esta supuesta labor de mestizaje cultural, los agradecidos ciudadanos cordobeses habrían erigido un monumento a Maimónides.



 De los anteriores argumentos se deduce que España y su cultura serían el producto de esa convivencia entre miembros de las tres culturas, que deberían ser consideradas en paridad e igualdad: las tres habrían formado España, y ésta sería patrimonio de las tres. Tan curiosa idea se basa en los escritos de Américo Castro, en cuyos libros parece fundarse esa formulación sincretista de España como resultado del mestizaje cultural de judíos, moros y cristianos; más en concreto, hay que precisar que tal idea se basa en su obra España en su historia. Cristianos, moros y judíos, escrita por Castro en 1946, durante su estancia en la universidad norteamericana de Princeton. Esta obra, rehecha tras su desafortunada polémica con el gran maestro Claudio Sánchez-Albornoz, se editó en 1954 con el título La realidad histórica de España, que algunos toman como el catecismo del sincretismo cultural de España... Con el mismo fervor con que utilizaban el de Marta Harnecker como catecismo del marxismo.