POLIEDROS
Revista mensual de Sociedad y Cultura
AÑO III * Número 34
DICIEMBRE 2015
Nuestro
Patrimonio
Monasterio de San
José
ÁVILA
MARIANO
AZORES
De la Institución Gran Duque
de Alba
Es Navidad y por tanto decimos adiós a este año
dedicado a conmemorar el medio
milenio del nacimiento de Santa Teresa de
Jesús, Doctora de la Iglesia y que tanto ha
significado para Ávila, como lugar de su
nacimiento y para el orbe cristiano en general.
De ahí que en esta sección, quiera dedicar un
pequeño recuerdo a la primera
fundación que realizó del conjunto de
diecisiete que realizó a lo largo de su vida.
Convento de San José. Ávila
Este cenobio está situado en la plaza de las Madres, a la
espalda de la calle Duque de
Alba y muy cerca también de la plaza dedicada a Santa
Teresa. Este convento tan
emblemático para Ávila, se inauguró en 1562, siendo su
primer capellán, Gaspar
Daza. Allí vivieron en un principio su fundadora, acompañada
por otras cuatro monjas,
comenzando al mismo tiempo la actividad de las carmelitas
descalzas. Este sería el
primer lugar de un largo recorrido fundacional que la
llevaría a otras poblaciones como
Medina del Campo (Valladolid, Malagón (Ciudad Real),
Valladolid, Duruelo (Ávila),
Toledo, Pastrana (Guadalajara) o Salamanca. Así hasta
diecisiete. El convento de
Ávila, no tiene nada que ver con el primitivo, pues a
través de los tiempos ha ido
ampliándose,
gracias a adquisiciones de las casas que la conformaron primitivamente.
Debido a que es un templo de clausura, solo se puede ver la
iglesia de este convento,
así como el museo de las Carmelitas. En el interior de la
iglesia, podemos contemplar
la ventana que daba al coro de las monjas y un bello y rico
artesonado de estilo
mudéjar. La iglesia es de estilo renacentista, obra del
arquitecto Francisco de Mora, y
contiene trazos de estilo herreriano y está considerada
como el prototipo de las
construcciones de la Orden Carmelita. En el exterior,
podemos contemplar, un pórtico
triple rematado
en un frontón clásico, con la imagen de el Niño y San José.
Pasamos ahora al interior del templo, en el que podemos admirar
una sola nave con
capillas a ambos lados de la misma, en la que aparecen estatuas
de nobles caballeros
abulenses, entre los que se encuentra, Lorenzo de Cepeda,hermano
de Santa Teresa. A ambos lados de la capilla central, aparecen tres capillas a ambos
lados. La primera de la derecha da acceso a la cripta, donde están los restos
de Bernardino de Melgar y Abreu, marqués de Benavites, y miembro de la
Real Academia de la Historia.
primer capellán de este convento y está dedicada a San Juan
de la Cruz. También está enterrado Julián de Ávila, persona muy
venerada en esta ciudad. En la tercera capilla, están Lorenzo y Pedro de Cepeda,
ambos hermanos de la santa. En esta misma capilla, también están enterrados, Francisco
Álvarez de Cepeda, María de Ahumada y Joaquín Ponce de León,Duque de
Arco.
El retablo de la capilla mayor es de estilo neoclásico y es
obra de
José Ferreras. Contiene dos esculturas muy valiosas y
representa a San José y al
Niño Jesús. En la parte derecha, está el sepulcro
del que fue obispo de Ávila en la
época de este convento, Álvaro de Mendoza y que
tanto avaló la creación del mismo.
En el lado izquierdo aparece la capilla de la familia Guillama.
También en ese mismo
espacio, se puede ver una pintura que representa la
Asunción, obra de Juan Pantoja
de la Cruz. A su lado aparece una urna con los
restos de San Mauricio, mártir de la
legión romana que se convirtió al cristianismo. El
recorrido a este templo, se cierra con
la capilla que fue durante nueve meses, el lugar donde
estuvo enterrada Santa Teresa,
antes de ser trasladada al convento de Alba de Tormes
(Salamanca). Una detenida
visita a este convento, primera fundación de los restantes
cenobios teresianos que aún
existen en España, nos traerá nuevamente el recuerdo y nos
trasladará en el tiempo, a
los primitivos pasos a la hora de los momentos
fundacionales y lo que costó en el
proyecto y el
contenido, para que se hiciera una realidad, como la que ahora vemos