EL EUSKARA
FUE LA MADRE DEL CASTELLANO, EL LATÍN FUE EL PADRE.
(Obra
entrecruzada, D. Julio Cejador y Frauca. Se hace el Romance Castellano)
10. El latín
solo no se hubiera podido transformar tanto en el corto espacio de dos ó tres
siglos para llegar á formar un idioma tan distinto como el castellano. Aquí
hubo una lucha con alguna ó algunas de las lenguas indígenas. Lo está diciendo
esta misma repentina transformación, que contrasta con el desenvolvimiento
lento de las indoeuropeas antiguas y con el del griego moderno respecto del
griego antiguo, y del alemán respecto del antiguo alemán y godo. Lo está
diciendo el que todavía viva la lengua indígena de Iberia, con la que hubo de
encontrarse frente a frente el latín. Lo está diciendo el fonetismo castellano,
tan opuesto al fonetismo latino y tan semejante al fonetismo del Euskara. Lo
está diciendo el cúmulo de sufijos derivativos y gran parte del vocabulario
euskaldun, que forman parte importantísima de nuestra lengua.
Y esa lengua
es el Euskara: si el latín fue su padre, el Euskara fue la madre del
castellano. El influjo del Euskara difiere enteramente del influjo del latín:
en la formación y transformación del castellano influyó, ha influido y sigue
influyendo el latín, puesto que, si no en el elemento popular, en el erudito ha
seguido siempre dando nuevos vocablos al castellano; el Euskara influyó
solamente en su primitiva creación, y una vez pasada la primera niñez, durante
la cual le amamantó á sus pechos, hizo los primeros pasos, como quien dice, luego
del parto, dejándolo á su transformación propia bajo la tutela de su padre.
Metáforas son éstas y nada más, pero que expresan de alguna manera lo que se
pretende decir y resumen en pocas palabras el problema etimológico de la lengua
castellana.
Lo más íntimo
del organismo de un idioma es su
fonetismo, pues, no sólo le da todo su aspecto exterior, que pende del elemento
sonoro, sino que él es el que más influye en toda su transformación. No influyó
el Euskara en el castellano más que hasta el momento de darle aspecto luz
exterior y los primeros pasos... ; Una vez echo, hubo por el mismo independizarse fuera de su madre. Pero la
adaptación continua del elemento sonoro del mismo latín tuvo que irse
verificando en la hija después de compartir soberanía... con su madre, de la
misma manera que en el período de luchas entre algunas de las lenguas que la
hicieron. Dado el fonetismo Euskara en nuestro romance, las leyes fonéticas que
han convertido al latín en castellano son meras aplicaciones de ese fonetismo.
Y las leyes fonéticas castellanas, manifestaciones de ese fonetismo
Euskara, son las que más han contribuido
a la transformación y á la caracterización del idioma castellano.
Proceden
igualmente del Euskara ciertas tendencias morfológicas del castellano, un gran
número de sufijos derivativos, que lo separan enteramente de las demás
neolatinas, y casi la mitad del vocabulario, esfinge de la lingüística. Hace, por lo menos, casi... diecisiete á
diecinueve siglos (IV á II), ó más... que el castellano fue destetado de los
pechos del Euskara, y, sin embargo, es asombrosa la enorme cantidad de raíces
que de él conserva nuestra lengua, y no vocablos como quiera, sino raíces
fecundísimas, más fecundas que las raíces latinas, y de un empleo más vulgar y
cotidiano. Si hubiera poseído el Euskara la literatura y la cultura que el
latín, no sólo hubiera entrado éste á formar nuestra lengua como un elemento
muy secundario, sino que ni siquiera hubiera podido llegar á ser un romance, á
tener, digo, el corte y la estructura del latín, lo cual sucedió con el godo y
el árabe, que traían una escasísima cultura, comparada á la romana viviente en
Iberia, y así sólo pudieron prestarnos algunos vocablos. Pero la cultura romana
en la religión y la filosofía, en la política y en la literatura, en la ciencia
y en las artes, era tan ingente y avasalladora que arrolló las culturas
indígenas, y sus modas fueron impuestas dando su lengua el tono dominador,
transformando el idioma indígena en su gramática y en la mitad de su vocabulario.
La lucha de las dos ó más... lenguas que concurrieron á la formación del
castellano están como estereotipada en el mismo castellano. El verbo comer no
ha vencido al indígena yantar hasta el comienzo
de la Edad Moderna de Castilla. Los castellanos empleaban su yantar,
latinización del ianta Euskara; los romanos
traían su comedere, que por ser moda impuesta empezarían á emplear las clases
dominantes del estamento social precastellano; después el comer, contracción
castellana de comedere, fue bajando hasta las últimas capas sociales
castellanas y arrinconando al yantar, más antiguo en el romance que el comer,
puesto que lo debió de usar el pueblo cuando el comedere sólo lo empleaba la
clase dominante, y no se transformo en comer más que después, cuando el comedere
llegó á los labios del pueblo.
El vocablo
de origen latino joven no debió de emplearlo el pueblo hasta muy
posteriormente, puesto que poseía los de origen Euskara chico, pequeño, mozo, niño, muchacho,
y algo se tardaría en convertir iuven-em en ioven-em, ioven, xoven, joven. Más
moderno es párvulo, de origen eclesiástico y canónico, entierro de párvulo, de
donde después escuela de párvulos, ect., Y que en la primera transformación del
castellano lo olvidaron, preferiendo los vocablos indígenas antes citados. Los
de puer y adolescentes quedaron perdidos por completo, pues adolescente es de
introducción erudita muy posterior, como que no ha llegado aún á las últimas
capas sociales del pueblo castellano.
Fatigarse
debió de ser aristocrático y de moda, y nunca pudo destronar al cansarse de cepa euskaldun, ni siquiera generalizarse
tanto entre el pueblo. Ambos castizos; pero no habrá quien no tenga por más
castellano el cansarse y el cansar que el fatigarse y el fatigar, como el halagar Euskaro que el adular, y los vulgarismos asir, agarrar, arrebatar y atrapar, que el recibir y
el mismo coger. El satis y satis esse hubieron de ceder ante bastante, bastar y asaz. El quaerere tuvo que cambiar
un poco el sentido originando el querer, porque el Euskara buscar no se daba por vencido, como ni callar, que tapó la boca al tacere y al silere. Otro
tanto sucedió al lucrari, que hubo de convertirse en lograr, mirando de
significación, porque el ganar euskaldun no le
dejaba á sol ni á sombra, y el eiicere no pudo levantar cabeza ante los
euskaldunes y vulgarismos echar, arrojar, lanzar,
tirar y botar. Soltar derivó posteriormente de
suelto, pero para entonces ya habían dominado echar y
dejar, que no se le han sometido jamás.
Bueno es el
juego y el jugar latinos, pero la holganza y el holgar
no les van en zaga, y el divertirse, si vino á significar lo mismo, fue porque
su primitivo valor lo tenía acaparado el dis-traerse; el gaudere no pudo vivir
entre los castellanos, que tenían su Euskara gozar,
y aun alegre, alegrarse, tomó su significación, tan distinta de la de alacre-m,
porque el gozo para los euskaldunes era un esse alacrem.