martes, 14 de noviembre de 2017

Cruda realidad / Cristianos: prohibido adoptar niños si no se acepta la homosexualidad

Cruda realidad / Cristianos: prohibido adoptar niños si no se acepta la homosexualidad
Es muchísimo mejor entregar un niño a dos hombres o dos mujeres en una relación sexual que hacerlo a un hogar cristiano, como han sido casi todos hasta hace poco. ¿No se lo creen? Vean lo que acaba de pasarles a un matrimonio de Alberta (Canadá).


 El símbolo de la cruz y el de grupos LGTBI.
El símbolo de la cruz y el de grupos LGTBI.


Si hay algo que las sociedades humanas parezcan aborrecer es el punto medio, y si se deja un extremo nunca es para moderarlo, sino para pasar rápidamente al contrario.
Cuando aquí hablamos del nuevo dogma universal es fácil que se piense que tiramos de hipérbole para dejar claro nuestro argumento, pero no, es literal, y puede comprobarse con un rápido vistazo a las noticias de actualidad, aunque a veces los ejemplos estén enterrados en páginas interiores.
Actuall depende del apoyo de lectores como tú para seguir defendiendo la cultura de la vida, la familia y las libertades.
Caso en punta: ¿recuerdan cuando se debatía la conveniencia o no de que las parejas de homosexuales adoptaran hijos?
Era uno de los puntos clave de la discusión en torno al llamado ‘matrimonio paritario’, si no el más importante. No hace tanto, pero se diría que se dio en otra era, casi en otro universo. Porque ahora el caso es exactamente el contrario.
Cada vez se repiten más las historias de matrimonios que, pese a la escasez de hogares adecuados para criar a niños abandonados, no pueden adoptar
Ahora la discriminación es contra las parejas cristianas. Cada vez se repiten más las historias de matrimonios que, pese a la alarmante escasez de hogares adecuados para criar a niños abandonados o huérfanos, ven rechazada su solicitud por sus opiniones sobre las relaciones homosexuales o algún otro punto de la doctrina progresista, como consecuencia de su fe.
El último caso, de Canadá, lo recoge la publicación LifeSiteNews:
“Una pareja cristiana evangélica de Alberta acusa a las autoridades de discriminación, alegando que su solicitud de adopción fue rechazada a causa de sus opiniones religiosas sobre el matrimonio homosexual y la homosexualidad”.
Y eso que el matrimonio asegura que hicieron la solicitud el año pasado y pasaron el curso obligatorio para los padres adoptivos potenciales.
Pero todo se complicó cuando la pareja respondió a diversas cuestiones sobre sexualidad. Aceptaban que el matrimonio entre personas del mismo sexo es una realidad legal, pero no lo apoyan y creen que las relaciones homosexuales son ilícitas.
“El supervisor del caso nos explicó que nuestras creencias religiosas en relación con la sexualidad eran incompatibles con el proceso de adopción”, afirma el matrimonio evangélico.
El supervisor les comunicó que la decisión reflejaba “la posición oficial del Gobierno de Alberta”.
¿Han visto? Posición oficial. El Gobierno -casi todos los gobiernos de Occidente, en realidad- tiene una posición oficial  sobre lo que puede o no puede pensarse, al menos para transmitirlo a los hijos.
Pero no, luego soy yo la loca cuando digo que el laicismo es una farsa, que no puede existir un Poder sin una cosmovisión obligatoria, sin una ‘fe’ con la que hay que comulgar.
Recuerden cómo empezó el proceso, porque se ha dado invariablemente en todos los casos de ingeniería social de las últimas décadas.
Primero, el grupo que quiere cambiarlo todo -o que se emplea para cambiarlo, sería más ajustado- se queja de una discriminación injusta y asegura no querer otra cosa que ‘tolerancia’.
Pero luego, casi inmediatamente, la postura que originalmente debíamos limitarnos a ‘tolerar’ se convierte en lo que es obligatorio pensar a costa de sufrir consecuencias jurídicas o sociales de todo tipo.
La cosmovisión que construyó la civilización en la que vivimos, la que se daba por defecto en la mayoría de nuestras sociedades hace no tanto, ha pasado casi sin darnos cuenta a ser ilícita.
Es muchísimo mejor entregar un niño a dos hombres o dos mujeres en una relación sexual que hacerlo a un hogar cristiano, como han sido casi todos hasta hace poco.
El corolario es que la visión cristiana del mundo es nociva para los hijos
El corolario es que la visión cristiana del mundo es nociva para los hijos, y la única razón por la que aún se permite a los cristianos tener hijos propios es, me temo, porque no hay medios suficientes para impedirlo y porque las consecuencias demográficas serían directamente catastróficas. Pero no lo descarten.
Cada vez más disposiciones legales prevén la retirada de la custodia a padres biológicos por cuestiones no muy alejadas a las que estamos contando, especialmente en lo referido a la ideología de género.
Si a su hijo menor de edad le da por pensar que quiere cambiar de sexo -algo a lo que animan no pocas asociaciones, y que según las estadísticas es una fase pasajera en el 80%-90% de los casos-, y comenta a sus profesores que sus padres no le dejan, esos progenitores pueden verse en un buen lío legal.
La progresía no sabe parar, no puede parar, y desde aquí ya le avisamos de que la situación empeorará antes de mejorar. Recuerden dónde lo leyeron primero.