miércoles, 19 de enero de 2022

Contagio ¿realidad o idea?


 

La casta política y sus sueldos


 

SE QUEDAN SOLOS

 

SE QUEDAN SOLOS

F.L.Mirones

 

Los tertulioides sumisos de ONDACERO siguen dando leña a Djockovic en el programa propagandístico de Carlos Alsina, burlándose -Rubén Amón le ha llamado “idiota” - y como siempre tienen patrocinados unos minutos de despiece en el cual compiten entre ellos para satisfacer al jefe y ganarse su espacio de carroñeros en el festín necrófilo.

 

Pero se les nota algo incómodos, están deseando recibir la orden de recular porque se están quedando solos en el argumento falaz que los ciudadanos ya están descubriendo.

 

La tercera dosis o de mastuerzo está fracasando estrepitosamente en el Reino de España, el 13% nada más frente al 45 % de otros países de Europa. 

 

Los españoles dicen NO a la tercera banderilla y el avance de los respiracionistas es abrumador aunque muchos no se atrevan todavía a decirlo.

 

El circo se cae por todo el

Mundo mientras los gobiernos más sorosianos como la desquiciada Australia y la psicótica Austria junto al edecán Macron tratan de agobiar a su gente cerrando un cerco para arrancar las últimas inoculaciones inútiles y peligrosas a los ciudadanos implementando medidas que saben perfectamente que durarán poco.

 

Resista amigo, pero no seamos blandos a la hora de exigir que todos y cada uno de los responsables sean juzgados en un macro juicio Covid, sin olvidar a los presentadores, famosos y vendidos varios que han ayudado a engañar a la gente abusando de la confianza de los que los quieren. 

 

La purga en médicos y biólogos debe ser igualmente estricta con la ley en la mano. 

 

Todos esos nefastos tipos y tipas que han aparecido en las pantallas tres veces al día mintiendo sin vergüenza, inventando datos, con falsa seguridad para confundir a la pobre gente buena tienen que ser juzgados.

 

Las inyecciones génicas experimentales no han inmunizado nada pero han inmunideprimido mucho, reavivado y creado cáncer y una pléyade de enfermedades que asolarán a mohos inoculados durante el resto de sus vidas... y todo ¡a cambio de nada!

 

Los inoculados van perdiendo el miedo a rebelarse, a contar que ya no creen, a decir que ni una más.

 

Hay que quitarse los nefastos bozales, símbolo facial del gran engaño a la Humanidad que han perpetrado unos empresaurios globócratas con ansias de dictadores. Un aullido