(Correspondencia ACTUALL)
Un pájaro que no encaja
Me encuentro, también, entre los que no acaban de comprender la existencia de partidos independentistas en un país democrático, libre y unido.
Me recuerda a aquel que crió un pájaro exótico, alimentándolo durante años mientras presumía de su rareza.
Hasta que, un buen día, se dio cuenta de que lo había engordado tanto que, el que fuera alguna vez pajarillo, se había transformado en un buitre agresivo y devorador.
Como resultado, tuvo que sacarlo de su casa antes de que la destrozara.
Quizá los partidos independentistas le den al país un aire exótico y una apariencia de libertad.
Pero no nos engañemos, cuestan dinero y recursos que se transformarán en severas amenazas para la nación.
No son una inversión en la unidad ni en el bienestar del país.
Los independentistas son respetables como personas, pero sus ideas son un verdadero peligro.
Quizá fueran plausibles en una colonia remota, residuo exótico de un imperio colonial, pero no en un país de europa, unido por la historia y por leyes democráticas.
Reconozcámoslo, los partidos independentistas pertenecen a otro contexto, como aquel pájaro de la anécdota.
Lo coherente seria sacarlos de nuestra casa común, no sea que nos acontezca lo del proverbio: cría cuervos y te sacarán los ojos.
Bien harían en revisar la actual Constitución, no para darle más a los que amenazan la unidad de este hermoso país, sino para prohibir la existencia de este tipo de ideología, como partido, en nuestra democracia.
Señores políticos, no teman perder votos por plantear ese debate.
Hay millones de españoles que ya han visto el peligro de ese pájaro y que aplaudirían sacarlo del país.
Ya hemos tenido suficiente.
Es mi humilde opinión.
Juan José Gil