jueves, 17 de agosto de 2017

Soneto en espejo a la catedral de Toledo (Juan Pablo Mañueco)


Soneto en espejo a la catedral de Toledo

A Ángel Vegas y Gustavo García Pérez, amigos, y a los diez campaneros de la "Gorda" de Toledo, que nos obsequiaron con esta despedida tan  Mañueco)como emotiva

Con tantos siglos como lleva estando
Toledo regia y cimera en su otero,
hemos sentido ímpetu montañero
de escalar el templo que San Fernando
erigió en el siglo trece, evocando
que en vida y ruta somos pasajeros.
Vinimos a la torre, campaneros,
tras "la Gorda" o San Eugenio. Sonando,
nos ha enseñado el cielo toledano
y al santo, sorprendido y despertado.
Torre cuyas tres coronas en tiara
su escalinata nuestro paso ya bajara.
Sensación de arbotante visitado
y octogonal planta dejó en la mano...
* * *
Mas no toda la seo es su campano,
ni la custodia de Arfe, tan nombrado,
en que columnas y ángeles tallara.
Sólo el retablo mayor se llevara
tiempo muy largo y lento y no sobrado.
Más... el Transparente aun, del sol hermano.
La sala del Cabildo está pintando
Juan borgoñés, por orden de Cisneros,
y uno tras otro obispos compañeros
su cruz y púrpura quedan llevando.
La casulla a Ildefonso otorgando
premia María a su fiel caballero.
Al salir por la puerta es altanero
el adiós campanil que está sonando.
* * *
O la Gorda se voltea de adentro,
o son siete sastres y un zapatero
que afirma la leyenda viven dentro,
junto a la campanera y el campanero.
Aunque en día risueño y milagrero
tal vez San Eugenio sea epicentro
del galante tañido bullanguero.
Que pronto volveremos a su encuentro
a todos la noticia les tranfiero.
Mas ahora, en Toledo, voy al centro,
aunque apenas al marchar me concentro
por escuchar tañer tan campanero
de la Gorda y los diez que viven dentro.

Juan Pablo Mañueco 
(Madrid, 1954)
Licenciado en Filosofía y Letras, periodista y escritor