Enviado por José Antonio Sierra
CÁDIZ YA NO ES MI CÁDIZ
He
aprovechado mi estancia en Sevilla para darme un garbeo por Cádiz a fin de
conocer el nuevo puente de la “Pepa”, charlar con los viejos amigos y comer
manteca “colorá”. Se me ha caído al alma a los pies cuando he visto el calamitoso
estado institucional en que se encuentra la “Tacita de Plata” después de las
últimas elecciones municipales y la entronización como cabeza del Ayuntamiento
del troskista-podemista José María González Santos, a) “Kichi”.
Nombramiento de Kichi como Alcalde pese a no haber sido
el concejal más votado
De mi época de estudiante en el
Colegio de San Felipe Neri a principios de los años 50, recuerdo una popular
copla del Carnaval, cuyo estribillo era el siguiente:
“Ja, ja,
ja, ja, ja. Que gracia tiene este cuplé.
Ja, ja, ja, ja, ja. Que se ríe hasta el mismo
Moret.
Ja, ja, ja, ja, ja. Lo sentimos tan sólo por
Usted,
que a causa de tanta risa se pueda
descomponer”.
No creo que
ni al bueno de Don Segismundo ni al sin par pueblo gaditano le queden muchas
ganas de reír, sino más bien, descompuesto, de llorar ante una situación que no
se merece una ciudad milenaria, culta y liberal como la antigua “Gades”, aunque sus vecinos se lo hayan
ganado a pulso con su libérrima decisión. Reza el refrán que “sarna con gusto
no pica”, pero más de uno se está arrepintiendo ahora de su frivolidad
electoral. Las últimas elecciones municipales fueron ganadas por los pelos por
la veterana Alcaldesa del PP, Teófila
Martínez, con 10 concejales, seguida de cerca por “Cádiz, Sí se Puede”
–coalición de extrema izquierda liderada por “Podemos” (Ps)- con 8, el PSOE con
5 y “Ciudadanos” (Cs) y “Ganemos Cádiz” -alianza de Izquierda Unida y “Equs”- con 2 cada una. Reeditando el
poco edificante precedente del “Pacto de Tinell” y del antiguo Gobierno “arco
iris” de Baleares, las fuerzas perdedoras se coaligaron contra el PP para
impedir que gobernara el partido más votado y, el 13 de Junio de 2015, eligieron
Regidor a quien encabezaba la lista del segundo partido de la villa, el inefable
y carnavalero Kichi. Carecía y carece
éste de un plan para administrar la
ciudad y hasta la fecha ha prodigado más los gestos provocativos que las medidas
de gestión, a fin de dejar constancia de su izquierdismo, su republicanismo y
su talante antisistema, y para escandalizar a los burgueses. Una de sus
primeras decisiones emblemáticas fue sustituir el retrato del Rey que presidía
su despacho por el del ex-Alcalde anarquista de la
I República, Fermín Salvochea.
Personalidad del
nuevo Alcalde
A sus
cuarenta primaveras, González Santos es una persona supuestamente culta, que se
licenció en Geografía e Historia por la Universidad de Cádiz, tras 7 años de intensos
estudios, y sacó las oposiciones a una cátedra de Instituto en su especialidad.
No parece, sin embargo, que le entusiasmara la docencia, pues –nada más
incorporarse a su puesto en Tabernas (Almeria)- sufrió una depresión y estuvo
dos años de baja, al término de la cual se hizo liberado del sindicato
asambleario Ustea. No sé que aprendió de Historia durante su largo período
universitario, pero el pasado 12 de Octubre unió su voz a la de su colega y
correligionaria Ada Colau para condenar el genocidio cometido por los conquistadores
españoles en América, ya que –a su juicio- “nunca la descubrimos, sino que masacramos
y sometimos a un continente y a sus culturas en nombre de Dios”. Esta opinión era
compartida por su pareja -la Secretaria General de Ps en Andalucía, Teresa
Rodríguez-, para quien “la fiesta nacional debería celebrar la liberación propia
y no la esclavitud de otro”. ¡Familia que desbarra unida, permanece unida!. En
su obsesión indigenista, Kichi ha
criticado acerbamente a dos de las mayores empresas inversoras en Andalucía,
Teléfónica y Abengoa, por contribuir a la deforestación de las selvas
amazónicas. Tiene bemoles proferir semejantes descalificaciones en la ciudad
que tuvo el monopolio del comercio y del transporte con Hispano-América , y que
de siempre ha estado íntimamente vinculada a ella.
Su
intención es provocar haciendo declaraciones altisonantes y tomando medidas
controvertidas al margen de la legalidad que encarna en su calidad el máximo
representante de la villa. Los temas municipales no se discuten ya en el Ayuntamiento sino en la calle, donde
celebra asambleas públicas en las que participan sus forofos y seguidores. En
una de ellas, un parado en exaltación etílica lanzó graves insultos contra la Policía y la Guardia Civil, en medio de las sonrisas picaronas
del baranda municipal, que no hizo nada para hacerlo callar y se negó a pedir
disculpas a los ofendidos. Otro de sus “shows”
mediáticos fue tratar, junto con sus ediles, de parar la realización de un
deshaucio decidido por la autoridad judicial, ante el estupor de sus guardias
municipales que no sabían a qué carta quedarse. Pese a gobernar en minoría, toma
decisiones arbitrarias al margen de la legalidad, especialmente en el ámbito de
la contratación –por ejemplo, ha nombrado a dedo “asesores” a 13 de sus colegas
antisistema no suficientemente cualificados-, y dejado de adoptar las medidas
necesarias para la ejecución de proyectos financiados por la Comunidad, el Estado o la Unión Europea, con la consiguiente
pérdida de las subvenciones. Los funcionarios hablan de caos en el Municipio
porque ”no sabe lo que se trae entre manos”. El portavoz del PSOE, Fran
González –principal responsable de la investidura de Kichi-, se ha lamentado de que éste no le haga maldito caso. Podía
haber pesado antes las consecuencias de elegir a un irresponsable y, ahora, que
cada palo aguante su vela en la marinera Cádiz.
Con la Armada hemos topado, Kichi
Hablando de
mares, notorias y esperpénticas han sido las actuaciones de Kichi en relación con los buques-escuela
que han visitado últimamente Cádiz, de las que se hicieron amplio eco la prensa
local, nacional e internacional. Cuando el “Juan
Sebastián Elcano” regresó en Julio a su base del Arsenal de la Carraca, tras su anual crucero
transoceánico de instrucción de los guardiamarinas españoles, el Alcalde se
presentó a la recepción ofrecida por el Almirante de la Flota, Santiago Bolívar –en
la que todos los oficiales iban “de punta en blanco” con sus uniformes de gala-
vestido con pantalones tejanos y camisola por fuera, y calzado con unas
chanclas. ¡De vergüenza ajena!.
Más grave
fueron los incidentes con motivo de la visita de cortesía realizada en Octubre
por el buque-escuela alemán “Gorch Fock”.
Poco después del nombramiento de José María González, el Cónsul Honorario de
Alemania en Cádiz –que tenia concertada una cita previa con la anterior
Alcaldesa- acudió a ella con la intención de felicitar al nuevo Regidor y
tratar de la visita del buque al puerto gaditano. Estuvo esperando hora y media
y, cuando advirtió a una Secretaria que se marchaba y ésta fue a informar al
Alcalde, a través de la puerta entreabierta se oyeron palabras desagradables
sobre Alemania y su Presidenta de Gobierno. Según “Libertad Digital”, fueron las siguientes:”Decidle a esa nazi de la
Merkel que se vaya a hablar con Rajoy”. El “Diario de Cádiz” informó de que se oyeron
palabras ofensivas sobre Merkel y su país, aunque sin citarlas expresamente.
Según otras fuentes, lo que se escuchó fue “que
la Merkel se
lleve a otro sitio a sus puñeteros barcos”. No hay, sin embargo, constancia
fidedigna de que las palabras que se escucharon fueran pronunciadas por Kichi. El Cónsul se retiró ofendido e
informó a su Embajador y el Gobierno alemán
consideró la posibilidad de desviar la escala del “Gorch Fock” a otro puerto andaluz, pero, al final, prefirió pasar
por alto la ofensa y se mantuvo la visita. Ni González Santos, ni ningún
miembro de sus equipo, visitaron el buque o asistieron a la recepción oficial
ofrecida por su Comandante a las autoridades locales. Preocupado por las noticias
difundidas por los medios de comunicación y los comentarios desfavorables que
circularon por la ciudad, Kichi trató
de quitarle importancia al asunto y llegó a afirmar que no había constancia de
que el Cónsul alemán hubiera estado en el Ayuntamiento, pues que su nombre no
figuraba en el Libro-Registro de Visitas, pero –contradiciéndose a sí mismo- le
envió una carta para excusarse, no por los supuestos a agravios su país, sino
por haberle dado un plantón de hora y media. Reiteró “urbi et orbe” que nadie en la Alcaldía había proferido palabra alguna en contra
de Alemania.
Completó su
triple esperpento naval con ocasión de la visita de cortesía del buque-escuela de
la Armada
chilena “Esmeralda”. Kichi recibió en su despacho al
Embajador de Chile, Francisco Marambio, y al Comandante de la nave para informarles
de que ni él ni ningún miembro de su equipo municipal subirían a bordo porque el
buque era el símbolo del “asesinato de la democracia y no sólo en Chile” por su
pasado como centro de detención y torturas durante la dictadura de Pinochet, y porque
era importante “no perder la memoria, ni mirar hacia otro lado”. El portavoz
del PP en el Ayuntamiento, Ignacio Romaní, comentó que el buque había sido
enviado por el Gobierno democrático de Chile como embajada de buena voluntad, y
afirmó que, con sus gestos, el Alcalde había ofendido al Chile libre de
Michelle Bachelet -hija de un General represaliado por Pinochet- en vez de a
éste, y a Cádiz, una ciudad que siempre había mimado sus relaciones con la América democrática.
El regidor gaditano distribuyó con
ecuanimidad sus improperios y exabruptos entre países con Gobiernos de derechas
–como Alemania- y de izquierda –como Chile-, guardando la debida equidistancia
con sus necedades. Esta lamentable actitud ha acarreado consecuencias negativas
para la ciudad, no sólo en el plano moral por el desprestigio provocado, sino
también en el económico. Tras el incidente, el turismo alemán a Cádiz descendió
de forma notable –se habla de hasta el 30%-, un lujo que no se puede permitir
una provincia que, con el 42% de paro, tiene la tasa más elevada del mismo en
España y en Europa. ¡Las gracietas del Kichi,
ea!. El antiguo Presidente de Uruguay, José Mújica –notorio izquierdista-, ha reconocido que “la patología de la
izquierda es el infantilismo”, y su acertada frase viene como anillo al dedo al edil gaditano. El
Kichi –miembro de la comparsa “Jesús
Bienvenido”- ha trasladado su personalidad chirigotera a la vida real y se ha convertido en un muñeco del retablo de la
Tía Norica y en un histrión al estilo de
Beppo Grillo -aunque sin la gracia del político italiano-, pero no, no “se
puede” –ni se debe- hacer de Cádiz una chirigota o un caricatura. Estoy seguro
de que el pueblo gaditano –que sabe reírse con gracejo hasta de su propia
sombra- ya le ajustará las cuentas al personaje en los próximos carnavales.
Parafraseando una de las famosas soleares de Manuel Machado cabría decir:”Mi
Cádiz ya no es mi Cádiz, que es una ciudad cualquiera camino de cualquier
parte”.
Madrid, 9 de Noviembre de 2015