El presidente Mariano Rajoy y el general Philippe Petain
El presidente Mariano Rajoy y el general Philippe Petain
Lamento no compartir la admiración por Rajoy del brillante Jorge Bustos -que “estrena” libro, 
Vidas cipotudas, superapetecible-. No me esperaba de él esa loa al dontancredismo del señor del 
puro y la mesa camilla:
Es un tío que ha hecho de la resistencia su política, ya es el político español con más años en 
activo desde Franco, ha superado a Felipe, es verdad que no como presidente pero sí como
 ministro. (…) Se ha enfrentado a las crisis que a cualquier otro habrían tirado por tierra. 
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Y concluye que le cae bien, y que podría haber aparecido en su friso de vidas cipotudas 
(término unamuniano), de Viriato a Amancio Ortega pasando por Teresa de Jesús.
Hombre, Bustos, yo más bien lo hubiera puesto en otra galería menos noble, al lado de un… 
pongamos Pétain. Con perdón para el mariscal que, aunque se bajó los pantalones ante Hitler
 poniendo a sus pies la alfombra de la Francia Libre, había sido el héroe de Verdún en la 
I Guerra Mundial.
Lo peor es la chulería que exhiben determinados dirigentes del PP al maltratar al sufrido elector medio.
La lista de traiciones de Rajoy a su electorado es tan larga y contumaz (ley del aborto, Memoria
 Histórica, Víctimas del terrorismo, clases medias exprimidas como un limón para evitar el rescate, 
unidad de España frente a secesionistas etc.) que muchos votantes del PP llevan tiempo
Lo peor no es eso. Lo peor es la chulería que exhiben determinados dirigentes al maltratar 
al sufrido elector medio.
Celia Villalobos, jactándose del incumplimiento de promesas electorales:  “en el PP no hay 
O Rafael Hernando dejando claro, cuál es la hoja de ruta del partido: “mantener principios 
inquebrantables te convierte en una opción inútil”. Por si a algún votante no se había enterado,
Con esos mimbres, el partido de derechas español se ha convertido en marioneta de la 
izquierda y su ingeniería social (lo mismo que sus colegas tories en Reino Unido o -mientras 
gobernó- el veleidoso Sarkozy en Francia).
El penúltimo ejemplo lo tenemos en la ley mordaza LGTB de Podemos. La brigada 
Pablo Iglesias-Federación de Gays y Lesbianas invade el hemiciclo con un proyecto 
totalitario, la mayor amenaza al Estado de derecho en décadas de democracia. Los panzers 
se llevan por delante derechos constitucionales tan básicos como la presunción de inocencia
 o el de los padres a educar a sus hijos.
¿Y que hace el PP? Agua de Vichy. En lugar de la Resistencia, opta por el colaboracionismo, 
igual que los franceses del régimen de Pétain.
Ha limado las uñas más afiladas del tigre en las enmiendas a la ley LGTB de Podemos, pero dejando intacta la filosofía de fondo
En lugar de oponerse al proyecto se lavó la manos como Pilatos al abstenerse cuando la ley de 
Podemos llegó al Congreso en septiembre.
Y ahora se ha limitado a limar las uñas más afiladas del tigre en las enmiendas a la totalidad.
 Se ha cargado la Agencia Estatal LGTBI, órgano censor, -lo cual es muy positivo porque eso nos 
llevaba de cabeza al estalinismo-, y ha descafeinado un poco el resto del proyecto, pero dejando
 intacta la filosofía de fondo: con la excusa de evitar la discriminación de los homosexuales
 (noble fin ante el que no hay nada que objetar) se impone la ideología de género, se vulnera 
la Constitución y se privilegia al lobby LGTB.
El mismo PP que en una serie de comunidades autónomas (Madrid, Galicia, Murcia etc.) ha 
impuesto normas similares, persiguiendo al disidente como si estuviéramos en los años 30 del 
siglo pasado.
El mismo PP que cuando la izquierda coló la ley del matrimonio homosexual, se puso de perfil
 presentando un recurso en el Constitucional (que posteriormente le quitó la razón validando el
 ‘gaymonio’), demostrando así el nulo interés que tenía por defender a la familia frente al
 totalitarismo de Género.
De nombre, el PP es la derecha. En la práctica, se ha convertido en cómplice de la izquierda.
No hay ni un sólo ataque a la libertades fundamentales (aborto, matrimonio homosexual, 
vientres de alquiler, memoria histórica) ante el que hayan opuesto resistencia, han cedido 
terreno ante todas y cada una de esas amenazas.
El régimen de Vichy pactó un vergonzoso armisticio con los alemanes cuando ocuparon 
París en 1940 y se convirtió luego en un títere en manos de Hitler, traicionando a los verdaderos
 patriotas. ¿Les suena de algo?