Eutanasia: No quiero sufrir pero tampoco quiero que me maten
La próxima semana se debatirá en el Congreso de Diputados la ley socialista de eutanasia. Les digo la verdad: cuando una ha superado las 5 décadas está en condiciones de pedir que no quiere que le maten. Cuando esté enferma, discapacitada, inútil o al borde de la muerte… por favor, ¡no me matéis! Venid a verme, aliviad mi dolor, contadme chistes, dadme una cerveza fresquita y ¡un gran abrazo!
Pues todo apunta a que el martes 10 de septiembre- el PSOE de Pedro Sánchez forzará al resto de formaciones políticas a posicionarse sobre la eutanasia. De hecho, su ‘Proposición de Ley Orgánica de regulación de la eutanasia’ asegura, en su exposición de motivos, que la norma socialista “pretende dar una respuesta jurídica, sistemática, equilibrada y garantista, a una demanda sostenida de la sociedad actual como es la eutanasia”. Esta es la propuesta de eutanasia del PSOE.
Entre paréntesis, comentarles que es un poco ‘friki’ que sin haber Gobierno ni previsión real de legislatura, a los socialistas no les preocupe nada más que… acabar con la vida de nuestros mayores, enfermos y discapacitados.
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Seamos serios. La eutanasia no es aliviar el sufrimiento ni es proporcionar una ‘muerte digna. Como explica la web de referencia en bioética, Bioeticawiki. Por el contrario, la eutanasia es “un acto deliberado de poner fin a la vida de un paciente, aunque sea por voluntad propia o a petición de sus familiares”.
En definitiva, si le han dicho que la eutanasia es algo fantástico con el que se curan todos los males ¡cuidado! Poner fin a la vida de las personas acaba con todos los males…Pero fulmina también los bienes.
Cuando una ha superado las cinco décadas de vida vislumbra la muerte más cerca. No pasa nada. Ni me preguntaron si quería venir a este mundo ni quiero que me manden al otro porque lo decida el PSOE de Pedro Sánchez y obligue a los médicos a acabar con mi vida. En definitiva, no me asusta la muerte sino el dolor, la soledad y el sufrimiento. Y desde luego, no pienso regalarle a la Sanidad Pública ni a ninguna Administración mis tres décadas de cotización en la Seguridad Social para que me apliquen la eutanasia.
Me he tomado la molestia de echar un vistazo a la ‘Proposición de Ley Orgánica de regulación de la eutanasia’ y me he quedado asustada. Resulta que la sanidad pública no me financia la odontología ni las gafas. Y además, si tengo -es un decir- asma, apnea del sueño, sobrepeso… me va a ayudar a ¡morir! Y si no estoy en condiciones de decidirlo algún pariente o allegado podrá firmar mi defunción provocada.
Les copio frases textuales del proyecto legislativo de eutanasia del PSOE:
-Para poder recibir la prestación de ayuda para morir será necesario que la persona cumpla todos los siguientes requisitos: Sufrir una enfermedad grave e incurable o padecer una enfermedad grave, crónica e invalidante en los términos establecidos en esta ley, certificada por el médico o médica responsable.
-La solicitud de prestación de ayuda para morir deberá hacerse por escrito, debiendo estar el documento fechado y firmado por el o la paciente solicitante. En caso de encontrarse este impedido físicamente para fechar y firmar el documento, otra persona mayor de edad y plenamente capaz podrá fecharlo y firmarlo en su presencia. Dicha persona ha de mencionar el hecho de que quien demanda la prestación de ayuda para morir no se encuentra en condiciones de firmar el documento e indicar las razones.
-La prestación de ayuda para morir estará incluida en la Cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud y será de financiación pública.
-Los servicios públicos de salud, en el ámbito de sus respectivas competencias, aplicarán las medidas precisas para garantizar el derecho a la prestación de ayuda para morir en los supuestos y con los requisitos establecidos en esta ley.
¿Y qué pasa si los médicos se oponen a practicar la eutanasia? Más que nada porque han jurado el texto del griego Hipócrates, que vivió hace miles de años. Pues pasa que la normativa socialista les reconoce el “ejercicio del derecho a la objeción de conciencia sanitaria por las y los profesionales sanitarios implicados en la prestación de ayuda para morir”. Pero si un médico u otro profesional de la Sanidad se declara objetor de conciencia frente a la ley de eutanasia debe recordar que deberá manifestar su negativa anticipadamente y por escrito.
Por si no fuera poco, en la ley de eutanasia de Pedro Sánchez “las administraciones sanitarias crearán un Registro de profesionales sanitarios objetores de conciencia a realizar la ayuda para morir, en el que se inscribirán las declaraciones de objeción de conciencia para la realización de la misma y que tendrá por objeto facilitar la necesaria información a la administración sanitaria para que esta pueda garantizar una adecuada gestión de la prestación de ayuda para morir”.
En definitiva, el profesional de la Sanidad pública o privada española está obligado a aplicar la ley. Y llegó el momento. Entregarán las firmas dos compeñeros. No obstante, hay que recordar que el PSOE asegura que “la muerte producida derivada de la prestación de ayuda para morir tendrá la consideración de muerte natural a todos los efectos”.
Miren, no soy médico ni enfermera. Pero tengo claro que cuando me llegue el final de mi vida o esté enferma, decrepita, discapacitada… no quiero que me maten con la eutanasia. Prefiero los cuidados paliativos ejercidos por profesionales ejemplares y no reconocidos ni profesional ni socialmente.
Las visitas de los amigos y de mi familia y una cervecita (burlando por supuesto la vigencia sanitaria) no me las quiten con la.eutanasia. Se lo ruego.
Y, señor Sánchez por favor: no obligue a los médicos a eliminarme porque s lo hace… me entrara pánico cuando tenga que ir a un hospital.