Tercer ataque en Alemania en una semana
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La explosión de este domingo en un bar de Ansbach es el tercer ataque de los últimos siete días en Alemania. Un emigrante sirio de 27 años detonó la bomba que llevaba en la mochila, en un bar de la ciudad bávara, donde se celebraba este fin de semana un festival de música. Hay 12 personas heridas, tres de ellas en estado grave. El atacante murió por la explosión.
Las autoridades han vuelto a evitar hablar de terrorismo. Señalan motivaciones personales y antecedentes psiquiátricos, como con el autor del tiroteo del pasado viernes en un centro comercial de Munich, en el que nueve personas fueron asesinadas antes de que el agresor, un joven germano-iraní de 18 años, se suicidase.
En los asesinatos de Munich –seis de las víctimas son menores de edad–, el Gobierno y los medios descartan la inspiración islamista y lo atribuyen a una “obsesión enfermiza” del autor con las masacres. Apuntan la influencia de la matanza ultraderechista de la isla de Utoya (Noruega) en la mente del joven, y abren el debate sobre el acceso a las armas de fuego en Alemania, uno de los países más restrictivos del mundo.
Además, este domingo un refugiado sirio de 21 años mató con un machete a una mujer embarazada e hirió a otras dos personas en Baden-Wurtemberg. La policía descarta, también en este caso, que el ataque tenga una motivación islamista y ve perfilarse, en cambio, un caso de violencia machista, que es una verdadera plaga en Europa, junto con la enajenación mental, las tiendas de armas de fuego y las tramas ultraderechistas. (Con información de Deutsche Welle, BBC, The Guardian, The Telegraph, El Diario Vasco, en inglés y en español)