‘Los refugiados deben viajar a Arabia
Saudí’
El mensaje de Putin a
los inmigrantes que no quieren asumir costumbres locales: “Vuestro lugar quizás
esté en Arabia Saudí, donde el islamismo es ley”.
Arturo García
LA GACETA
Jueves, 17. Noviembre 2016 - 10:23
Respeto a las costumbres locales. Desde
el comienzo de la crisis de refugiados, Vladimir Putin ha
tenido claro que la política de acogida rusa iba a ir por unos derroteros muy
diferentes a las medidas impuestas desde Bruselas por Angela Merkel.
La canciller alemana proclamó el Welcome Refugees y decretó la
apertura de fronteras, pero desde el Kremlin pensaban que quizás eso no era una buena idea y el presidente
ruso reclamó a los recién llegados un esfuerzo por “adaptarse a la vida rusa”.
“Los refugiados que no están dispuestos
a aceptar nuestras costumbres deben marcharse a Arabia Saudí, donde sus
creencias son ley”, ha explicado Putin, que siempre se ha posicionado enfrente
de las políticas seguidas por el régimen de Riad, al que se ha enfrentado
abiertamente por su apoyo al presidente sirio, Bashar Al Assad.
La realidad saudí
La grave situación que vive Oriente
Medio no ha alterado los planes de la dictadura islámica de Riad. Arabia Saudí
era uno de los lugares idóneos para la acogida masiva de refugiados, pero sus
gobernantes negaron esta posibilidad: “No podemos asumir el riesgo de los
radicales”. Los campos anexos a La Meca cuentan con miles de tiendas
refrigeradas que sólo se usan unos días al año, pero desde Occidente
se han negado a presionar a Riad para articular un cambio en sus políticas.
Oficialmente Arabia Saudí es un país
donde se respetan todo tipo de cultos y creencias. Este mismo año, las Naciones
Unidas nombraron al embajador saudí, Faisal Bin Hass, presidente del Consejo de
Derechos Humanos. Un premio más que sorprendente para un Estado donde las
mujeres no pueden conducir, los periodistas son condenados a recibir latigazos
y los hombres crucificados. De hecho, el año pasado las autoridades batieron su
propio récord mundial de ejecuciones públicas en virtud de las leyes dictadas
por la sharia.
Y es que la realidad de Riad es muy
diferente a la que nos quieren vender desde Occidente. La propia ONU
denunció haber recibido fuertes presiones que la obligaron a modificar un
informe crítico con Arabia Saudí. El organismo
finalmente cedió y eliminó al país de la ‘’lista negra’’,
que señalaba originalmente a la coalición árabe de Arabia Saudí que
actúa en Yemen como responsable de ataques contra niños y la situaba
en un informe junto a grupos terroristas y gobiernos acusados de esos mismos
crímenes.
Las autoridades saudíes fueron claras, ‘o
me sacas de la lista o te cierro el grifo’. La dictadura
musulmana exigió estar fuera del informe y amenazó con dejar de aportar
fondos al organismo. "Niños que ya están en riesgo en Palestina, Sudán del
Sur, Siria, Yemen y muchos otros lugares caerían aún más en la desesperación", explicó sobre esas amenazas de cortar las
aportaciones. Ban Ki-moon se escudó entonces en que los
fondos aportados por los saudíes podrían dejar a otros menores sin ayuda y prefirió seguir
contando con los petrodólares antes que velar por los derechos de los niños en
conflictos armados.
Campaña contra la reelección en el Congreso de DDHH
La web Change.org ha
comenzado una recogida de firmas contra la reelección de Arabia Saudí como
miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Concretamente el
nombramiento se produjo el pasado 28 de octubre y el portal ya ha recogido más
de 13.000 firmas, que serán enviados a las Naciones Unidas y a la embajadora de
EEUU en el organismo.
Los creadores de la campaña han señalado
al país árabe por ‘’bombardear escuelas y hospitales en Yemen, mientras en su
país se somete a las mujeres, se pisotea la libertad religiosa, se oprime a las
minorías y se encarcela injustamente a activistas de derechos humanos’’. Por
ello, han sostenido que la ONU ‘’nunca debería haber elegido a este
régimen opresor’’.