Parlamento.
En su origen, era el lugar en donde se amortiguan a fuego lento las tensiones espirituales y sociales para permitir a la oligarquía quedar al abrigo de las arremetidas revolucionarias. Con el tiempo ha ido perdiendo progresivamente su poder real, Hoy día es más o menos un consejo de copropiedad que decide la manera en que conviene ejecutar las órdenes de las oligarquías. La pérdida de soberanía nacional, incluso si estaba limitada antes, así como el alargamiento de la dimensión del programa oligárquico, ha hecho del parlamento una institución que no es casi más que formal.
Gabriele Adinolfi
Pensées corsaires
Les Editios du Lore. 2008
p.211