lunes, 24 de agosto de 2020

«Los auténticos negacionistas» por Juan Manuel de Prada

«Los auténticos negacionistas» 
por Juan Manuel de Prada
 para el periódico ABC, artículo publicado el 21/08/2020.
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El pasado domingo se celebró una manifestación que ha provocado una avalancha de rabiosa indignación entre los benigüigüis sistémicos, que en los días sucesivos se han dedicado a vapulear desde sus tribunas a estos «negacionistas» descarriados, en unas olimpiadas lugarcomunistas insoportables.

En el manifiesto de los manifestantes figuraban, junto a algunas chaladuras y observaciones dudosas, verdades como templos. Y es natural que así fuese: pues en esta época maldita, en la que los espíritus son cretinizados por la propaganda sistémica, tampoco los más rebeldes logran sustraerse a la contaminación ambiental, y acaban -una vez cegadas las fuentes del conocimiento- enfangados en estrambóticas hipótesis conspiracionistas (que olvidan que la verdadera conspiración es siempre de naturaleza angélica). Pero, así y todo, el manifiesto de los supuestos «negacionistas» contenía aspectos muy sensatos, como la denuncia de los manejos de la proterva OMS, que cambia su definición de pandemia según convenga a sus intereses crematísticos. Tampoco nos parece completamente erróneo afirmar que el virus se ha utilizado «para atemorizar a la población, recortar los derechos y libertades, quebrar las economías nacionales y alcanzar el sueño húmedo de todas las tiranías de la historia: el control social absoluto». Dejando aparte la mentecata mención a «los derechos y libertades» (que en el mundo moderno no existen sino como formulaciones abstractas cuyo cometido final es, precisamente, el «control social absoluto»), resulta evidente que la plaga coronavírica ha sido aprovechada para un ejercicio de biopolítica apabullante y amedrentador.

Por lo demás, estos «negacionistas» descreen de la eficacia de las mascarillas, que es -¡oh sorpresa!- lo mismo que, hace apenas unos meses (mientras la plaga coronavírica provocaba una mortandad innumerable), hacía la patulea gobernante y todos sus benigüigüis sistémicos. Así que, si tildamos a estos manifestantes de «negacionistas», al menos habremos de reconocer que son «negacionistas» rezagados, frente a los auténticos pioneros del negacionismo, que son la patulea gobernante y sus benigüigüis, que en los meses en que más arreciaba la plaga nos animaron a salir a la calle sin mascarilla, enviándonos al parecer a la muerte. Y, una vez establecida la verdadera identidad de estos «negacionistas» pioneros, habrá que denunciar las formas más abyectas de «negacionismo» que promueven. ¿No es «negacionismo» criminal manipular las cifras de contagiados y fallecidos? ¿No es «negacionismo» irresponsable perseverar en la misma forma demente de economía que nos ha conducido hasta la catástrofe? ¿No es «negacionismo» de caniches rastreros impedir la restauración de un tejido económico nacional, empujando a cientos de miles de pequeños negocios a la ruina, mientras se beneficia a la plutocracia transnacional? ¿No es «negacionismo» psicopático prohibir a la gente fumar mientras se permite el uso de las aplicaciones de prostitución low cost que facilitan la coyunda y el intercambio de virus entre una chusma de cerdos y cerdas que luego extienden la plaga entre la población vulnerable? ¿No es «negacionismo» de la peor calaña, en fin, que la nación que ha propagado (y tal vez creado en laboratorio) el virus mortífero no haya recibido ningún tipo de sanción internacional?

La patulea gobernante y los benigüigüis encargados de difundir propaganda sistémica son los auténticos «negacionistas». Los manifestantes del pasado domingo tan sólo son gentes atrapadas en la caverna platónica. Que es el lugar donde acaban los pueblos que han cegado las fuentes del conocimiento y la luz divina que las alumbra.

https://www.abc.es/opinion/abci-juan...2_noticia.html.