La buena voluntad de la buena gente que los recibe y les deja hacer, se aprovecha por los malhechores coraneros para meter en sus sociedades masas embrutecidas con las denigrantes prácticas de Mahoma, que se infiltran por la atonía popular y las concesiones gubernamentales.
La bondad mal entendida como tolerancia de la maldad, lleva siempre a confirmar el axioma de que “quien respeta a los que no le respetan acaba perdiendo el respeto por si mismo” y a ello se está exponiendo el excelente amigo y persona de muy alto nivel cultural y humanístico que comenta mi comunicación ISLAM NO EN JAPON, de la siguiente manera:
“- Estoy convencido de que la ola del tiempo dejará en las playas de la convivencia mundial a la comunidad musulmana pacifica, orante y dialogante, salvada del naufragio al que la está llevando su facción fanática violenta y brutal dominante. Somos nosotros, parte del orgulloso y tecnológico Occidente, con más comprensión, conocimientos y tolerancia, los que tenemos que ayudarla a “convertir” a sus extremistas, llamándolos al orden, tendiéndoles puentes y facilitándoles fórmulas de colaboración y entendimiento. Brindo por la Humanidad Unida. Abrazo, –“
Este es el error. Se deja que se expanda la mayor.
No es asunto de buenos y malos. La comunidad musulmana es única y no se divide en una pacífica y otra violenta. Desde el momento en que a alguien se le embute la exclusividad de un dios suyo, tiene servida su mala educación fanática, le salga por donde le salga.
Si unos mahometanos aparecen como sumisos, no forzosamente pacíficos y otros como mandantes, no forzosamente violentos, todos están maleducados en la disgregación que les conduce, en cuanto surge la ocasión, a abusos y al crimen, incluso en su hogar. Las informaciones que difunde la profesora Wafa Sultán, de su propia experiencia, son concluyentes al respecto.
La paz y la cooperación humanas solamente se pueden conseguir con las buenas enseñanzas del respeto mutuo y la concienciación social.
Con los mahometizados no sirven brindis al sol ni oraciones como la atribuida a San Francisco de Asís que me mandas y te retorno porque me he permitido retocarla un poco en su traducción española:
“- Señor, haz de mi un instrumento de tu paz,
que allí donde haya odio, yo ponga el amor,
que allí donde haya ofensas, yo ponga el perdón,
que allí donde haya discordias, yo ponga la unión,
que allí donde haya errores, yo ponga la verdad,
que allí donde haya dudas, yo ponga la Fe,
que allí donde haya angustias, yo ponga la esperanza,
que allí donde haya tinieblas, yo ponga la luz,
que allí donde haya amarguras, yo ponga la alegría.
Señor, que yo no busque consuelo, sino consolar,
ser comprendido, sino comprender,
ser amado, sino amar,
porque es dando como recibimos,
olvidándonos como nos encontramos,
perdonando como se nos perdona
y muriendo cómo vamos a la vida eterna. -”
¡Felices fiestas! ¡Feliz año 2015!
Juan Prada - Mogabar <mogabar.gafiq@gmail.com>
