domingo, 19 de octubre de 2014

Ébola: la divulgación de una mentira


Ébola: la divulgación de una mentira

Aunque los telediarios y la prensa hablan todos los días de “estragos” y de “catástrofe”, la realidad es que la epidemia del virus del Ébola sigue manteniendo una magnitud bastante modesta.

La prensa habla de 2.400 muertos en toda África mientras escribo estas líneas, pero incluso esta cifra no acaba de ser exacta.

Si accede a la página de la web de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que trata este tema, se dará cuenta de que de hecho hay 1.044 fallecimientos cuya causa oficial declarada es el virus del Ébola, según la última actualización que ha hecho pública la OMS. El resto son por el momento “probables” o “posibles” casos de muerte por ébola. (1)

Por supuesto, se trata de 1.044 muertes innecesarias y lamentables, pero debería compararse esta magnitud con la cifra de 1,4 millones de muertes anuales por tuberculosis o con la de 855.000 muertes al año por paludismo (y eso que éstas últimas están bajando tras el pico de 1,2 millones de muertes al año que alcanzó en 2004). O con los más de 3.000 fallecimientos que provoca todos los años la gripe estacional en España, teniendo en cuenta muertes directas y las producidas al potenciar otras enfermedades en pacientes cardiorrespiratorios (de 3 a 5 millones en todo el mundo según la OMS). (2) 

Muy poco contagio

Las imágenes de sanitarios con las mascarillas puestas y monos integrales para acercarse a los enfermos sospechosos son delirantes y dignas de una película mala de ciencia ficción.

Y es que el virus del Ébola no se transmite en absoluto con tanta facilidad.

Se necesita un contacto directo con un líquido biológico como la sangre, las heces o los vómitos u otros líquidos corporales de animales o personas infectadas, tal como reconoce la OMS. No hay forma de que se transmita por vía aérea. Es decir, aunque alguien hable o tosa, no expandirá el virus del Ébola por el aire.

Dicho de otro modo, el virus del Ébola es comparable al sida por su medio de propagación. Hay que estar realmente en contacto con la sangre o un líquido biológico del enfermo para exponerse al riesgo de contaminación.

Eso significa, explica el profesor Bruno Marchou, jefe de servicio de enfermedades infecciosas y tropicales del Hospital de Purpan, en Toulouse, que el virus del Ébola: “no alcanzará el estadio de pandemia. En Conakry (capital de la República de Guinea), hubo en un inicio varias decenas de casos entre el personal hospitalario. Pudieron superarlo aplicando medidas de higiene estándar sencillas que frenaron la propagación del virus entre el personal”. (3)

Estas medidas de higiene no tienen nada de magia: “Quien se ocupa de un paciente tiene que cubrirse las manos con guantes. Si el paciente vomita, también hay que taparse la cara. Es el abecé de la profesión, lo hacemos todos los días”, prosigue. 

«Una mortalidad de entre el 20 y el 90% de los casos»

Sandrine Cabu, de Médicos sin Fronteras, en una entrevista publicada en el diario francés Le Monde, cuenta que el virus del Ébola tiene “una tasa de mortalidad de entre el 20 y el 90% de los casos”.

¿A qué se debe una horquilla tan absurdamente amplia?

A que el virus del Ébola es sobre todo peligroso cuando se trata mal. Las personas mueren por deshidratación o hemorragias, pero el tratamiento consiste entonces sencillamente en hidratar o en someter al paciente a transfusiones, no en darle una vacuna ni un hipotético medicamento. No hay que creer lo que pretende la industria farmacéutica, a la que le encantaría poder vender a los gobiernos unos polvitos mágicos como hicieron con el Tamiflu cuando se produjo la alarma por gripe AH1N1. 

«Los nuevos medicamentos no son la solución contra el ébola»

La solución contra la epidemia consiste en respetar medidas sencillas y de sentido común: higiene, nutrición adecuada, vitamina C y vitamina D.

Según Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, la herramienta más eficaz contra el ébola es aplicar los cuidados básicos a los enfermos.

La verdadera prioridad debería ser crear infraestructuras médicas en los países afectados para suministrar a los enfermos el apoyo médico básico como la hidratación y la transfusión sanguínea. Esto surtiría mucho mayor efecto sobre la salud que la distribución aleatoria de medicamentos experimentales” (4)

Según Thomas E. Levy, autor de un artículo reciente sobre los remedios potenciales contra el virus del Ébola (5):

Hasta el día de hoy, no hay un solo virus sometido a prueba que no haya sido inactivado por una cierta dosis de vitamina C. Uno de los medios prioritarios para destruir el virus, o programar su destrucción por parte del sistema inmunitario, es activar la ´reacción de Fenton´. En pocas palabras: dicha reacción puede producirse en el interior del virus, en las células donde los virus se replican y en la superficie de los propios virus”.

Por lo tanto, no hay razones para sospechar que el virus del Ébola se transforme brutalmente en una pandemia en el continente africano, y menos aún en el resto del mundo.

Pero no cabe duda de que esta psicosis puede servir a los intereses económicos de algunos. 

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Continúa el e-letter de hoy: 

Sembrar el pánico: un negocio muy lucrativo

El pánico en torno al virus del Ébola recuerda a la gripe aviar de 2005 y a la gripe porcina (AH1N1) de 2009.

Se aprovecharon estas dos “pandemias inminentes” para manipular burdamente a la opinión pública y así justificar una vacunación masiva de poblaciones enteras que resultó acarrear terribles efectos secundarios, entre ellos la narcolepsia, un grave trastorno del sueño, como ya comentamos en Tener S@lud. (6)

En 2009, la OMS predijo que un tercio de la población mundial podría estar afectada por la gripe AH1N1, con efectos impredecibles. El julio de 2009, la entonces ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, anunciaba orgullosa que el Gobierno español había acordado con dos de las más importantes empresas farmacéuticas del mundo la compra de la friolera de 37 millones de dosis de vacunas contra la gripe A al “módico” precio de 266 millones de euros. Doce meses después, sólo se habían vacunado tres millones de personas. Millones de dosis se guardaron como “reserva estratégica” (después se donaron a la Organización Panamericana de Salud) y el resto tuvieron que ser destruidas (y con ello millones de euros se volatilizaron).

En cuanto al famoso medicamento antiviral “milagroso”, el Tamiflu, su efecto real no era más que reducir la duración de los síntomas a menos de un día, sin poner freno alguno al número de hospitalizaciones. Un estudio británico concluyó que la distribución del Tamiflu contra la gripe AH1N1 tuvo como único efecto... malgastar 500 millones de libras esterlinas.

En efecto, la temporada de gripe de 2009 resultó ser finalmente menos grave de lo habitual, a pesar de la presencia de la cepa AH1N1. Además, resultó que numerosos supuestos casos de gripe AH1N1 ni siquiera fueron casos de gripe, sino simples resfriados, lo cual recuerda al famoso caso del virus del Ébola en Berlín el mes pasado que finalmente acabó siendo... una gastroenteritis. 

Jugar con fuego

Los titulares excesivos con los que machaca la prensa día si y día no, según mi opinión, son muy peligrosos:

La OMS decreta una emergencia de salud pública a nivel mundial
France 24, 20 de agosto de 2014.

Ébola sin control
El País. 5 de septiembre de 2014

Los científicos ven un futuro calamitoso en la crisis del ébola”
The Times. 12 de septiembre de 2014

Esta psicosis está sembrando un desbarajuste en África, donde algunos gobiernos ya han empezado a cerrar sus fronteras, movilizar a sus ejércitos para reprimir a las poblaciones e incluso a aislar sin razón a decenas de miles de desdichados, hombres y mujeres, ancianos y niños puestos en cuarentena y que están protagonizando escenas desgarradoras, como la huida de personas aisladas de hospitales y centros de aislamiento, su persecución por parte de la población, toques de queda, personas sanas hacinadas como sospechosas en habitáculos de pocos metros bajo supervisión policial…

Las extraordinarias medidas que están imponiendo los países afectados por la epidemia de ébola están generando los primeros problemas de seguridad ciudadana. Este miércoles, las calles de Monrovia, la capital de Liberia, fueron el escenario de enfrentamientos cuando decenas de ciudadanos de West Point, barrio en torno al cual se ha decretado una cuarentena sanitaria, comenzaron a arrojar piedras a la policía, que respondió con gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Los vecinos estaban muy enfadados porque se encontraron por la mañana todos los accesos bloqueados con barricadas levantadas por la policía con muebles y alambres de espino, lo que les impedía ir a trabajar o a comprar al mercado”. El País (citando a la agencia AFP). 21 de agosto de 2014

«Disparar a matar»

El sábado 23 de agosto supimos que “El Parlamento de Sierra Leona ha convertido en delito penado con hasta dos años de cárcel alojar a enfermos de ébola, en un intento por frenar la diseminación del mortífero virus, anunció el ministro de Justicia”, según publicó el diario El Mundo citando a la agencia Reuters. Y es que el miedo y el temor a ser estigmatizados ha hecho que muchas familias oculten a sus miembros afectados.

El 18 de agosto, todavía peor: el Gobierno de Liberia ordena a sus soldados "disparar a matar" sobre todo aquel que intente cruzar la frontera, supuestamente para evitar que se propague la epidemia. (7)

Estas reacciones totalmente excesivas corren el riesgo de provocar una verdadera catástrofe humanitaria, mucho más grave que el propio virus del Ébola.

Del mismo modo, se empiezan a tomar medidas contra los africanos:

A escala internacional, los ciudadanos de esos países son sometidos a una cuarentena cada vez más estricta con el cierre de fronteras, la suspensión de vuelos por parte de la mayoría de compañías aéreas que los ofrecen, la repatriación de los miembros de las familias del personal diplomático en dichos países, la anulación de conferencias internacionales, la deslocalización de acontecimientos deportivos, etc.”, apunta Le Nouvelle Observateur. (8)

En Corea, han estallado verdaderas reacciones racistas contra los africanos, a quienes se prohíbe entrar en determinadas tiendas. (9) 

El mito del pasajero infectado en un avión

Al escuchar a las autoridades y a los periodistas, podríamos creer que puede estallar una epidemia de ébola en cualquier momento en Europa: basta con que un africano afectado por la enfermedad llegue en avión y desembarque.

Esta hipótesis es totalmente irreal. Sólo pone de manifiesto una ignorancia absoluta hacia lo que es en realidad el virus del Ébola.

No debemos sucumbir ni a la psicosis ni a una forma de racismo no declarado.

La epidemia del virus del Ébola no podrá encauzarse correctamente en África si no cesa toda forma de violencia y de represión. Hay que dejar que cada paciente sea atendido tranquilamente por un personal con una formación médica básica y que adopte las medidas de higiene adecuadas.

No debemos enviar ni cargamentos de vacunas a África ni medicamentos. Eso no serviría más que para enriquecer a los laboratorios farmacéuticos y para provocar daños todavía más graves producidos por los efectos secundarios de los medicamentos.

Creo que es imprescindible conocer la realidad que se esconde tras los mensajes apocalípticos de amenazas colectivas biológicas y contrarrestar la desinformación a la que nos vemos todos sometidos. Por eso le animo a reenviar el e-mail de hoy a todo su entorno. Es nuestro granito de arena para luchar contra los verdaderos estragos que está causando esta enfermedad: la ignorancia y la manipulación.

¡A su salud!

Juan-M. Dupuis

*

Fuentes:




2.     2.Datos del informe revelado en la XX Conferencia Internacional sobre el Sida, celebrada en Melbourne (Australia) del 21 al 25 de julio de 2014.

3.     3 Ladepeche.fr. 14 de agosto de 2014

4.   4   USA Today. 6 de agosto de 2014

5.     5 Naturalhealth365.com. 3 de agosto de 2014


7.   7   Sky news. “Shoot-on-sight order in Ebola-wary Liberia”. 18 de Agosto de 2014. 

8.     8 Le Nouvelle Observateur: “Ebola: ignorance, paranoïa et mise en quarantaine”, 21 de agosto de 2014. 

  1. Le Nouvelle Observateur: “Ebola: ignorance, paranoïa et mise en quarantaine”, 21 de agosto de 2014. 

 

Ébola en España: la epidemia del miedo


Ébola en España: la epidemia del miedo
Cuando la noche del pasado lunes saltó la noticia del contagio por ébola de una de las enfermeras que atendió al segundo misionero fallecido en España por esta causa, estalló la alarma social.

Se trataba del primer caso en España, en Europa y en el mundo entero de contagio ocurrido de persona a persona fuera de África. Los casos que se habían producido hasta entonces en países occidentales (como los dos misioneros fallecidos en España o el del ciudadano estadounidense que contrajo la enfermedad al viajar a Liberia, su país de origen), eran lo que epidemiológicamente se llama “casos importados”.

El pánico –mucho más contagioso que el virus del Ébola- empezó a extenderse entre la población española.

Los medios de comunicación, encantados de responder a las ansias de información de la población (y de paso, aumentar sus audiencias y sus ingresos) avivan desde el lunes el fuego del miedo.

¡El ébola en prime time! Desde entonces, el minuto de oro de la televisión lo está ocupando cada día la fiebre hemorrágica. Ya no se trata de una tragedia que está ocurriendo en África y que podemos ver tranquilamente en la pantalla desde el sofá de casa, haciendo zapping saltando de Gran Hermano a Máster Chef. ¡Ha llegado a España! ¡Los audímetros echan chispas!

¿Quiere esto decir que no me parezca importante y noticiable que una de las auxiliares de enfermería que atendió al misionero se haya contagiado? ¿Pienso acaso que no debe investigarse a fondo qué ocurrió, qué falló en el protocolo previsto precisamente para evitar contagios? Por supuesto que no. A lo que me niego es a ser cómplice pasivo de la propaganda sensacionalista en torno al ébola. Los mayores estragos que causa una enfermedad cómo ésta tienen su origen en el miedo.

El miedo es lo que subyace en las medidas absolutamente draconianas que los gobiernos de los países africanos golpeados por el ébola están imponiendo a sus poblaciones (cierre de fronteras, cuarentena de ciudades enteras, bloqueo de carreteras y fuego a discreción) y que están a punto de tener, si no las han provocado ya, consecuencias dramáticas reales y un sufrimiento atroz en la población del que tardarán en recuperarse.

Un estudio llevado a cabo por investigadores de Harvard recién publicado en la gran revista médica Plos One confirma lo que yo mismo anunciaba el otro día desde
Tener S@lud (y le aseguro que hubiera preferido no tener razón): que las medidas de cuarentena de las poblaciones de África para, en principio, evitar la propagación del virus del Ébola, están creando una catástrofe, con un “alza exponencial de los casos detectados”. Así pues, es peor todavía de lo que temía. (1) (2)

Confinadas en sus casas por la represión gubernamental, peor alimentadas que de costumbre y víctimas de una higiene que se degrada, miles de personas han contraído el ébola por culpa de medidas absurdas tomadas bajo la presión de la “comunidad internacional”. Bajo la presión del miedo.

El miedo es una emoción primaria provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. El miedo es real cuando se corresponde con la dimensión del peligro que lo causa. Y es neurótico o patológico cuando es desproporcionado respecto a la amenaza.

El miedo, sobre todo cuando alcanza una dimensión social generalizada, hace aflorar lo peor de cada uno: cuestionarse si se hizo bien repatriando a los misioneros infectados en África (en lugar de dejarles morir allí), el linchamiento público de cualquier responsable que haya tenido algo que ver con la gestión del caso, sin esperar siquiera a depurar responsabilidades, si es que las hubiera.... ¡Que rueden cabezas! Las de quien sea, pero que rueden.

Me gustaría pensar que las centenares de miles de personas que se han movilizado para intentar salvar al perro de la enfermera española de ser sacrificado sienten la misma compasión por la suerte que están corriendo miles de desdichados en África. Incluidos los trabajadores sanitarios que están pagando con su vida la atención a los enfermos.
Diga no al miedo
No se deje manipular y diga NO a la psicosis en torno al ébola. Diga SÍ a la información objetiva y sosegada, a las medidas de precaución tranquilas y de sentido común.

El riesgo de contagiarse con el virus en España, al igual que en el resto de países de nuestro entorno, es muy bajo. Eso no quiere decir que sea inexistente, como se ha comprobado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) no descarta que pueda haber más casos, pero lo que sí descarta es que se lleguen a producir brotes como en África. (3).

Creo que es imprescindible evitar que se extienda el pánico irracional. Por eso le animo a reenviar el e-mail de hoy a todo su entorno y a compartirlo en sus redes sociales. Es nuestro granito de arena para luchar contra los verdaderos estragos que está causando esta enfermedad: la ignorancia y la manipulación. Muchas gracias.

¡A su salud!

Juan-M Dupuis



Fuentes:



  1. Ébola: la divulgación de una mentira. Tener S@lud
  2. “Temporal Variations in the Effective Reproduction Number of the 2014 West Africa Ebola Outbreak”. Sherry Towers, Oscar Patterson-Lomba, Carlos Castillo-Chavez. PLOS Currents Outbreaks.
  3. Declaraciones de Daniel Epstein, portavoz de la OMS en Washington. El País. 8 de octubre de 2014.