Los escaños asignados a cada partido por el actual sistema electoral no se corresponden proporcionalmente con los votos obtenidos el 20-D
● Cada escaño del PP cuesta 58.600 votos frente a los 461.000 que ha costado cada escaño a IU-UP
● Con un sistema más proporcional, como el propuesto por +Democracia, el PP perdería entre 12 y 19 escaños, y el PSOE entre 8 y 10
● Por el contrario, Podemos alcanzaría, con este nuevo sistema, entre 74 y 75 escaños, en tanto que Ciudadanos lograría entre 49 y 51, la coalición UP-IU pasaría de los 2 escaños logrados a 10/13
Con motivo de la celebración, el pasado domingo, de las elecciones generales del 20-D y del posterior debate abierto en torno a la actual Ley Electoral, +Democracia subraya una vez más la necesidad de reformar la normativa vigente, con el fin de conseguir que todos los votos valgan igual, independientemente de la circunscripción o del tamaño del partido al que se vote.
En palabras de Emilia Sánchez, presidenta de +Democracia, la organizaicón pide una reforma del actual sistema electoral “con el objetivo de corregir las importantes distorsiones que el sistema electoral actual genera entre el porcentaje de votos obtenidos y el de escaños asignados a cada partido, a favor de las formaciones mayoritarias en circunscripciones pequeñas. Creemos en el principio de 1persona1voto”
Para ello, +Democracia ha elaborado un estudio en el que se comparan los escaños logrados el 20-D por los principales partidos con los escaños que habrían conseguido si se hubiera aplicado un sistema como el que propone +Democracia, basado en una mayor proporcionalidad y que ponga fin a la sobrerrepresentación de los grandes partidos sobre las terceras y cuartas fuerzas, igualando el peso del voto urbano con el del voto rural, actualmente sobredimensionado.
Asimismo, se incluye, además de una estimación porcentual de las desviaciones producidas por cada sistema, un cálculo del “coste” en votos de cada diputado para los partidos, en función del sistema.
De esta forma, con la Ley actual, mientras que para el PP cada diputado necesita de más de 58.600 votos y el PSOE 61.400, para Ciudadanos esta cifra supera los 87.500 votos y los 75.200 para Podemos, mientras que iu-Up necesita más de 460.000 votos por escaño. Con un sistema más proporcional, esta diferencia se reduciría notablemente situándose entre los 69.000 y los 71.000 votos para cada unno de los partidos.
Sobre la base de estos supuestos de aplicarse una cuota proporcional, el PP perdería entre 12 y 19 escaños, y el PSOE, entre 8 y 10. Una diferencia que ha supuesto el 20-D una distorsión de entre el 6,21% (PP) y 3,58% (PSOE) a su favor como consecuencia del sistema electoral aplicado.
Por el contrario, Podemos alcanzaría, con este nuevo sistema, entre 74 y 75 escaños, en tanto que Ciudadanos lograría entre 49 y 51. Por su parte, UP-IU pasaría de los 2 escaños logrados el 20-D – con un índice de distorsión en contra del 3,13%- a 10/13 y el Bloque Nacionalista Galego, BNG, obtendría un escaño.
Dos supuestos
Para la elaboración de este estudio, se han considerado dos supuestos:
1) Reparto de escaños por circunscripciones autonómicas, aplicando la cuota Hare (asignación proporcional pura de escaños) con una barrera del 3% autonómico de entrada.
2) Reparto de escaños por circunscripción estatal única, aplicando la cuota Hare con una barrera del 3% estatal de entrada. Las formaciones de implantación autonómica pueden unirse en coaliciones estatales con formaciones similares de otros territorios. El reparto de escaños se realiza también por circunscripciones autonómicas, pero respetando que en el resultado final se respete la proporcionalidad de conjunto.
En la comparación, se advierte que el supuesto de la proporcionalidad estatal es el que ofrece menor distorsión, sin que se produzca una proliferación excesiva de fuerzas en el Parlamento, al aplicar la barrera del 3% estatal. Las fuerzas de implantación autonómica ven reflejada su proporcionalidad local con los escaños que les corresponden o incluso ganan algún escaño, como sucede con ERC.
El supuesto de proporcionalidad por comunidades autónomas produce una mayor distorsión que el estatal, todavía a favor de los partidos mayoritarios, pero ésta es menor que en el sistema electoral actual y a cambio no obliga a coaliciones estatales entre las fuerzas de implantación autonómica, lo que podría constituir una alternativa de transición.
La propuesta de reforma presentada por +Democracia el pasado mes de septiembre, elaborada y respaldada por juristas, politólogos y expertos constitucionalistas, pretende servir de punto de partida para que los representantes de los partidos y la sociedad civil alcancen un acuerdo para una nueva legislación electoral y acabar con el sesgo mayoritario de nuestro sistema y avanzar en la democratización de los partidos.
+Democracia ha subrayado la importancia de reformar una ley que es incluso anterior a la Constitución de 1978 y que, aunque fue muy eficaz en la Transición, cuando se buscaba construir un régimen democrático estable que posibilitara la alternancia política, pasados 37 años da muestras de agotamiento.