domingo, 20 de agosto de 2017

La historia de la semana: Cuando nadie te defiende en el Parlamento

La historia de la semana: Cuando nadie te defiende en el Parlamento



Como sabrás, los Parlamentos surgen en la Europa medieval para controlar a unos reyes manirrotos. Los representantes de los condados y las ciudades se reunían para fiscalizar las cuentas del Reino y defender sus intereses frente a los soberanos.
A los españoles nos cabe el honor de ser pioneros en esto del parlamentarismo, con las Cortes de León, en 1118, bajo el reinado de Alfonso IX.
La corona leonesa necesitaba ingresos y optó por imponer más cargas fiscales -nihil novum sub sole, Montoro-. Y los representantes de las ciudades -es decir los contribuyentes- exigieron contrapartidas y la facultad de regular los gastos del monarca. Y fue entonces cuando el rey Alfonso convocó la llamada Curia Regia, a la que por primera vez se incorporan los representantes de las ciudades, con voz y voto.
En este sentido, los Parlamentos son el contrapeso frente a las arbitrariedades del poder. ¿Pero qué pasa cuando nuestros teóricos defensores aprueban iniciativas anti-democráticas o que van en contra del interés general? ¿Qué ocurre cuando la práctica totalidad del arco parlamentario elabora leyes manifiestamente injustas?
Houston, tenemos un problema. Como el que nos espera a la vuelta de vacaciones, cuando el Congreso aborde cuatro proyectos que se dan de bofetadas con la democracia y el bien común.
Se trata del proyecto de eutanasia; el de la ley de vientres de alquiler; la ley mordaza LGTB impulsada por Podemos; y las medidas del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.
Las cuatro iniciativas se enmascaran en el buenismo, con diferentes excusas.
La eutanasia, con el pretexto de evitar el encarnizamiento y respetar la voluntad del paciente; los vientres de alquiler bajo el disfraz del altruismo; la ley LGTB enarbolando la lucha contra la discriminación a gays, lesbianas y trans;  y el Pacto contra la Violencia de Género con la “sana intención” de reducir las agresiones contra la mujer.
Pero, como te explica Nicolás de Cárdenas en el reportaje que te adelanto como suscriptor de Actuall, https://www.actuall.com/criterio/democracia/las-4-amenazas-que-se-ciernen-sobre-la-familia-y-la-vida-a-la-vuelta-de-vacaciones/ los remedios son peores que la enfermedad.
Los cuatro proyectos son otras tantas amenazas contra la familia, la vida y la libertad; y los cuatro sin excepción vulneran derechos fundamentales consagrados en la Constitución, e incluso la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La eutanasia atenta contra el derecho a la vida; los vientres de alquiler atacan la dignidad inviolable de la persona al convertir a la mujer en mercancía y al reducir al niño a objeto de compra-venta; el Pacto de Estado contra la Violencia de Género perpetua una mentira: que la violencia tiene género; criminaliza al varón por el mero hecho de serlo y alimenta la industria de las denuncias falsas con un generoso presupuesto que estará controlado por entidades tan opacas como comunidades autónomas y ayuntamientos y tan poco fiables como los partidos políticos.
Y la ley mordaza LGTB mina tres cimientos básicos del Estado de derecho: la igualdad de todos ante la ley -al privilegiar a un colectivo minoritario-; la presunción de inocencia -al convertirnos a todos en homófobos mientras no demostremos lo contrario-; y la libertad de expresión -al repescar la censura y los delitos de opinión en la tradición de los marxismos y fascismos, lo que entronca por cierto con el ADN ideológico de un personaje como Pablo Iglesias, discípulo aventajado de Fidel Castro y Nicolás Maduro-.
Hace décadas que no se veían amenazas tan serias para la democracia y la libertad como estos cuatro proyectos.
Y lo más inquietante de todo es que no hay -salvo error u omisión- ni una sola voz discrepante en el Parlamento que vele por los intereses generales. Ni siquiera un Partido Popular, marcado por la indefinición ideológica y el seguidismo frente a la ingeniería social de la izquierda.
Y tampoco hay demasiados medios de comunicación que alerten de estos peligros. Actuall es una de esas contadísimas excepciones. Es nuestro deber y aquí nos tienes peleando por la libertad. A tu lado.
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