Vox y el sambenito de las soluciones
fáciles a problemas complejos
Una de los sambenitos que el establishment cuelga a los llamados “deplorables”
(es decir a los votantes de Trump y por extensión al propio presidente americano,
y a Orban, la premier polaca Beata Szydło, Santiago Abascal etcétera) es el de
“aportar soluciones fáciles a problemas complejos”.
Bueno, digamos que el zafio Trump no es, desde luego, el summum de la sutileza y algunas de sus
medidas son de trazo grueso; y una de las 100 propuestas de Vox no es que sea simplista sino
directamente quimérica: suprimir las autonomías, dado el contubernio de intereses creados de
toda la clase política española sin excepción.
Pero se podría volver la oración por pasiva y aplicar el mismo mantra al establishment. Comenzando
por las autonomías.
Actuall depende del apoyo de lectores como tú para seguir defendiendo la cultura de la vida, la familia y las libertades.
Haz un donativo ahora
¿No fue una solución simplista el Estado de las Autonomías al viejo problema del regionalismo que
arrastraba España desde el siglo XIX? Tan simplista que nos ha costado un riñón (la fortuna económica
dilapidada con el despilfarro autonómico), una grave amenaza contra la unidad de España, el enfrentamiento
social en Cataluña, y 800 muertos en el País Vasco, y encima ponemos alfombra roja para que los
proetarras se hagan con varas de alcalde y pillen presupuesto?
¿No fue una solución simplista que Zapatero abriera el toril del Estatut, desencandenando un
procés que, tras el golpe de Estado del referéndum, va camino de eternizarse, envenenando la convivencia?
¿No fue una solución simplista al complejísimo problema de la emigración, abrir la puerta a los
musulmanes, dándoles todo tipo de facilidades, como ayudas al alquiler, becas para libros o pensiones
sin haber cotizado?… con el agravio que supone para los españoles. ¿No es demagógico y contraproducente
que el 90% de los beneficiarios de ayudas al alquiler en Madrid sean musulmanes: y que en Cataluña,
el 80% de los musulmanes procedentes de Marruecos vivan de las ayudas sociales?
El establishment tilda de xenófobo a Vox por proponer control en la inmigración (porque eso es todo lo
que propone Abascal, control, no expulsión: sólo habla de expulsar a los ilegales). El mismo establishment,
con PSOE y PP en primer término, que permite que los españoles no tengan asegurada su pensión
después de haber trabajado durante décadas, y que las concede a decenas de extranjeros sin haber cotizado
un sólo día de sus vidas.
¿No es una solución fácil el aborto ante el complejo problema de las mujeres embarazadas?
¿No fué una solución simplona y demagógica el Plan E de empleo precario de Zapatero, ridículo parche
con el que el socialista pretendía torear el miura de la crisis?
Y siguiendo con la economía, no hay medida más simplista y contraproducente que subir el salario
mínimo como ha pactado Sánchez con los podemitas en ese poema de Presupuestos Generales que ha
encendido las alertas rojas de la UE.
Ante un problema de gran complejidad, como el riesgo de una nueva crisis, cuando la economía española
no ha corregido los desequilibrios estructurales que arrastra, el Gobierno de Sánchez tira de demagogia
y hace unos presupuestos que ponen en riesgo la estabilidad y el empleo.
En lugar de apostar por la austeridad y el control del gasto público, el presidente cum fraude opta por la
subida de impuestos y el disparo de la deuda pública. Lo cual augura un batacazo tan severo como el de
Zapatero cuando imitó al avestruz y negó la crisis.
¿No es una solución fácil ante el complejísimo problema de las mujeres embarazadas, quitarse
literalmente al muerto de encima (el bebé) mediante la ley del aborto? … en lugar de arbitrar medidas
para ayudar a esas madres, como, por cierto, propone Vox en sus cien medidas.
El catálogo de soluciones simplistas ante problemas complejos sería interminable… en España y también
en la Europa de Macron y Merkel.
Pero el establishment socialdemócrata y sus aparatos de propaganda se las han ingeniado para estigmatizar
a “los deplorables” de la derecha alternativa marcándolos con las etiquetas de simplones, racistas,
xenófobos, islamófobos y… lo más grave de todo, como un peligro para la democracia.
Cuando lo que había que preguntarse es si el peligro para la democracia no son más bien superestructuras
que nadie ha elegido como la eurocracia de Bruselas; o Gobiernos que pretenden repetir referendums
cuando el resultado no les gusta.
Recientemente el expremier británico Tony Blair dijo en México que utilizar consultas ciudadanas
para decidir sobre temas complejos “no es una buena idea”. Por supuesto que el Brexit era un asunto
complejo (y la decisión de Cameron fue un error de cálculo mayúsculo), pero las elecciones cada cuatro
años en los que los pueblos ponen su futuro en manos de los candidatos ¿no son envites de enorme
complejidad? ¿Tampoco son “buenas ideas” dejar en manos del ciudadano la decisión de votar
a quien más le guste o desalojar del poder a quien, según su leal saber y entender, lo haya hecho mal?
El mensaje implícito que están transmitiendo determinadas élites es que “si no me eligen a mí o a los
de mi cuerda, los ciudadanos son unos ignorantes y no tienen derecho al voto”.
Lo cual además de un insulto a los gobernados es una enmienda a la totalidad contra la premisa número
uno de la democracia. E ignorar un principio básico de la soberanía popular, según el cual el pueblo
constituye el Estado, y por lo tanto puede controlarlo y cambiarlo si lo cree conveniente. Lo malo es q
n su libro Contra la democracia.
Tony Blair, el que que critica las soluciones fáciles, fue uno de los genios que ordenó la invasión del Irak de Sadam Hussein
Es obvio que Trump no es ningún santo y manipula como el que más. Pero nadie da derecho a los
Obama, los Hillary, los Macron o los Blair a tildar de un peligro para la democracia a las nuevas
derechas anti-establishment, y de deplorables a quienes les votan.
Porque da la casualidad de que los Obama y compañía son tramposos, embusteros y manipuladores.
Tony Blair, sin ir más lejos, el que critica las soluciones fáciles, fue uno de los genios que ordenó la
invasión del Irak de Sadam Hussein, en 2003, en una guerra injusta y una posguerra aún peor, que
provocaría la llegada del Estado Islámico. Y lo hizo alegando que Irak poseía armas químicas.
Pero el mal de aquella solución fácil ya estaba hecho.
Ahora díganme, ¿quienes son los verdaderos deplorables?