viernes, 14 de febrero de 2014

Una de las mil razones para estar indignado

VICENÇ NAVARRO
Pensamiento Crítico
Una de las mil razones para estar

indignados
12/01/2014
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Si usted, lector, no está indignado es que no sabe qué está pasando en su país. Seguro

que es consciente de que la situación económica y social del país no está yendo bien. En

realidad, está yendo muy mal. El desempleo ha alcanzado niveles récord en la Unión

Europea y en España. Y las agencias internacionales más fiables dicen que la economía

española no alcanzará los niveles de desempleo que tenía antes de que se iniciara la crisis

hasta veinte años (sí, ha leído bien, veinte años a partir de ahora). Y puesto que el

desempleo juvenil es el doble del general, estos pronósticos quieren decir que estamos

quemando nuestro futuro, pues muchas generaciones jóvenes estarán en una situación

desesperada, habiendo sido convertidas en inservibles. Esta situación de los jóvenes está

también afectando negativamente al futuro de la Seguridad Social, contradiciendo, por

cierto, el famoso argumento de que el problema de las pensiones es que hay demasiados

ancianos y muy pocos jóvenes. La falacia de este argumento queda claramente al

descubierto en la crisis actual. El problema de las pensiones no es que no haya jóvenes

sino que no hay trabajo para ellos. Este es el problema que el famoso argumento

catastrofista basado en la transición demográfica oculta.

Esta crisis ha sido consecuencia de unas políticas públicas llevadas a cabo por gobiernos

bajo el mandato de instituciones altamente influenciadas por la banca, tales como el Banco

Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Se lo digo yo,

que soy Catedrático de Políticas Públicas y he visto muchos casos antes, en otros

continentes, que experimentaron crisis muy semejantes. En realidad, a finales del siglo XX,

Latinoamérica sufrió una situación muy parecida.

Estos bancos que tienen una enorme influencia política (muy, pero que muy marcada en

España, donde el gobierno Rajoy es un mero instrumento de la banca), están forzando e

imponiendo políticas que son la causa de la crisis. Cito solo un detalle. El gobierno Rajoy

está recortando y desmantelando el Estado del Bienestar de España (lo mismo ocurre en

Catalunya con el gobierno de Artur Mas), recortando y recortando gasto y empleo público a

fin de reducir el déficit y la deuda pública. Estos recortes están contribuyendo a destruir

empleo y bajar la demanda que debería estimular la economía.

Ahora bien, a pesar de los recortes, la deuda pública española continúa subiendo y

subiendo, ascendiendo ya a 664.000 millones de euros (lo cual es mucho dinero). Usted y

yo pagamos los intereses de esta deuda, que representa ya el segundo capítulo del

presupuesto del Estado después de la Seguridad Social. Este dinero suyo y mío va a los

bancos que han comprado esta deuda. Hoy los bancos españoles tienen casi la mitad de

esta deuda, 299.000 millones. La pregunta que debe hacerse es: ¿Y de dónde saca el

banco el dinero para comprar la deuda? Pues, mire usted, por mucho que le sorprenda,

procede de préstamos públicos. Cada año los bancos españoles piden prestado dinero al

Banco Central Europeo, BCE, una institución pública (que no funciona en realidad como un

banco central, sino como un lobby de la banca), a unos intereses bajísimos, menos del

1%. El BCE se lo presta para que los bancos se lo presten a usted y a mí, y a las

pequeñas y medianas empresas, y así se resuelva el enorme problema de falta de crédito

que ha paralizado la economía. No sé si usted ha intentado conseguir un préstamo de la

banca. Si lo intenta, verá que no es fácil. ¿Y, por qué no es fácil, si reciben tanto dinero del

BCE?

La respuesta no es difícil de ver. Los bancos ganan mucho más dinero comprando deuda

pública a unos intereses muy altos (que el discurso oficial indica que el Estado necesita

ofrecer para que los Estados puedan conseguir prestado dinero de los bancos), de un 4%,

6%, o incluso 13%. Imagínese el chollo que significa que reciban dinero a menos del 1% y

con ello compren bonos que les generan una cantidad de dinero muchas veces mayor que

la que pidieron prestada del BCE. ¿Se da cuenta? Y, sepa usted, que los banqueros en

España están entre los mejor pagados de la Unión Europea. Y los bancos más importantes

de España han estado entre las empresas con mayores beneficios. Si después de leer

todo esto no se ha indignado, es que no me he explicado bien.

Pero si me ha entendido bien, entonces prepárese para incrementar su nivel de

indignación, pues todo esto es totalmente innecesario. Todo este enorme sufrimiento,

incluido el elevado desempleo, es totalmente evitable. Es, repito, innecesario y dañino y

existe única y exclusivamente para el beneficio primordialmente de la banca. La solución a

esta situación es extremadamente fácil. El BCE debería prestar el mismo dinero, no a la

banca privada, sino a los Estados, y dejar que estos lo ofreciesen a usted, a mí y a las

pequeñas y medianas empresas, al mismo tipo de interés que el Estado lo recibe del BCE.

Mire que fácil.

Y usted preguntará ¿Y por qué no se hace así? Pues porque la banca tiene un enorme

poder sobre el BCE, sobre las instituciones que gobiernan la Eurozona, sobre el gobierno

español y, no lo olvide, sobre los medios de información y persuasión. Y un ejemplo de ello




es que este artículo que ha estado leyendo no se publicará en ninguno de los cinco

rotativos más importantes del país. De ahí que le sugiera que lo distribuya ampliamente




entre amigos y familiares, porque la escasísima democracia que tenemos tiene que

cambiarse y ello empezará por tener una ciudadanía informada, que es lo que no tenemos.
Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y

Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University


Comentario al artículo

Estoy totalmente de acuerdo en el argumento central del artículo. Disiento, únicamente, en que se responsabilice a un solo partido. En mi opinión los partidos que tienen algún poder están siendo directamente  utilizados POR EL MISMO PODER FACTICO REAL, para conducir la economía, la sociedad  y la vida entera hacia lo que a ellos les interesa, mientras se guarda la apariencia de “libertad y democracia “, de todo punto irreal e inexistente. Tan mal servicio se presta a una economía sana y sostenible creando falsos BUUN.., a base de gastos y proyectos insostenibles, inyecciones de dineros inexistentes, promesas de estados de bienestar irrealizables  ( al menos desde las bases de que se parte para lograrlo), que haciendo recortes indiscriminados, mientras se deja intactas las estructuras ineficientes y despilfarradoras.