La ELECTRIFICACIÓN de la tierra provoca las PANDEMIAS de gripe.
Dr Thomas Cowan
COVID 19: El Estado ha fallado
El estado ha fallado a la sociedad en la crisis del coronavirus. No así muchos de sus empleados públicos que están paliando a duras penas los gravísimos errores, por no hablar de delitos, cometidos por dirigentes políticos, más preocupados por su posición y la de sus partidos, que por la sociedad española, la única que ha sabido estar a la altura de la circunstancias.
El estado ha fallado por la ausencia de previsión en el abastecimiento de material médico, que lleva a España a ser el país con más infectados entre el personal sanitario, ha fallado por la falta de adopción de medidas de contención inicial, porque la política era más importante que la realidad y por los constantes errores del gobierno de la nación, como las incautaciones en frontera de material sanitario, que han supuesto la interrupción del suministro por parte de los proveedores extranjeros. ¿Cuántas vidas y sufrimiento se podrían haber ahorrado?
El estado ha fallado y su solución es acabar con la libertad de todos. No sólo han acabado con la libertad, sus errores o delitos, ya se determinará, han acabado hasta con la humanidad de poder despedir a un familiar enfermo, despedirte de él en la ambulancia y recibir una caja con cenizas, saber que ha fallecido sin una mano que lo acariciara, sin una te quiero, sin un te recordaré siempre, sin un gracias mamá, sin que pueda dar un último beso a sus nietos.
El estado ha fallado, porque mientras el Ministerio de Igualdad plantea reuniones para analizar con visión de género el impacto del coronavirus, el cadáver de tu familiar va camino de una pista de hielo. ¿De verdad nos dirigen estos insensatos?.
El estado ha fallado, porque han sido empresas privadas las que han paliado muchos de los errores y la falta de previsión de los dirigentes políticos, que han tenido que recurrir a ellas para lograr algún abastecimiento de material sanitario.
El estado ha fallado, pero estaba la sociedad para rescatarlo, estaban las cajeras del super para seguir trabajando, los repartidores, los empleados de gasolinera, el personal de las residencias de ancianos, el personal sanitario, tanto el público como el privado, el personal de seguridad privado, las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, los servicios de limpieza y recogida de basuras, los empleados bancarios, los trabajadores de centrales eléctricas, de empresas de agua, agricultores, ganaderos, pescadores, transportistas y tantos otros que están sufriendo las consecuencias de una política de marketing que sólo sirve para el photocall pero no para la gestión.
El fallo del estado nos ha permitido a todos comprobar cuales son los servicios esenciales. Hemos descubierto que no podemos sobrevivir con un supermercado cerrado, pero si con los juzgados cerrados. Hemos descubierto que necesitamos más de la farmacia que de el Congreso de los Diputados. Hemos descubierto tantas cosas que espero que todo cambie a partir de ahora, para que la realidad vuelva a ser lo importante y la trivialidad de muchos políticos ocupe el lugar que se merece en el trastero de toda sociedad desarrollada.
El estado ha fallado, pues cuando más se le necesitó, más se evidenciaron sus carencias.