Mientras en España sube la temperatura social y se agranda la brecha entre los gobernados y el poder único siamés ejecutivo-legislativo, los enfrentamientos verbales entre los miembros más significativos de los partidos políticos que teóricamente representan las ideologías socialmente hegemónicas de izquierda-derecha cobijadas ambas bajo el paraguas socialdemócrata, suben también en intensidad y desplazan al votante que, si ya se sentía poco representado, acaba descubriendo que no lo está en absoluto.
Sin embargo, existe aún esperanza en el seno de la sociedad civil, algunos de cuyos miembros han decidido envainar sus diferentes espadas ideológicas para trabajar juntos en un Movimiento Ciudadano en pos de la consecución de un objetivo común: que los súbditos dejen de serlo y se conviertan en ciudadanos representados por diputados uninominales de distrito, trabajando por difundir la necesidad de eliminar la Ley Electoral vigente para que cada circunscripción electoral compuesta por unos cien mil electores pueda enviar a la Asamblea Nacional (lo que se conoce hoy por el Congreso de los Diputados) un representante que haya sido elegido por mayoría absoluta para que defienda los intereses de los ciudadanos que le han votado y no los intereses del jefe del partido en cuyas listas han sido colocados a dedo.
En este Movimiento Ciudadano hacia la República Constitucional deseamos que los españoles decidan si quieren vivir en un régimen de monarquía de partidos como el actual o si prefieren un sistema Presidencialista en forma de República Constitucional, que es el que consideramos el mejor entre los posibles y el único formalmente democrático, como explica en el libro ¨Teoría Pura de la República¨ el fundador del Movimiento Don Antonio García-Trevijano Forte.
El Movimiento Ciudadano hacia la República Constitucional, no es por tanto un partido político y tiene entre sus estatutos estipulada su disolución en el momento que se alcance su objetivo. Será entonces cuando sus miembros, si así lo desean, se alinearán ideológicamente donde más les convenga para poder competir por el poder bajo un sistema que garantice unas reglas de juego formalmente democráticas, puesto que hoy, con un sistema proporcional de listas de partido (en lo referente a la representación del ciudadano es lo mismo que sean abiertas o cerradas) los votantes no están representados, los poderes continúan inseparados y llamar Constitución Española a la Carta Otorgada de 1978 sigue siendo un oprobio para la libertad política colectiva y para los que pedimos Libertad Constituyente.
Cruda realidad / ¿Como frenar a populismos y extremismos? Controlando la inmigración
Si quieren parar a ultras, neonazis y populistas, lo tienen fácil: no dejen entrar a inmigrantes si no es con cuentagotas. Lo contrario de lo que hace la Unión Europa. Lo confirma Pew Research: Más inmigración masiva es más votos para los extremistas.
Como estamos en Navidad, intentaré ser buena hoy y no meterme (demasiado) con los liberales, que sé que abundan entre los lectores deActuall, ni desplegar en exceso mi aborrecible ‘populismo’ habitual para tratar sobre la inmigración masiva y descontrolada de culturas remotas e incompatibles desde otro ángulo.
Doy, pues, por buena la hipótesis de que los nuevos movimientos, eh, ‘populistas’ son un peligro y una amenaza y lo que ustedes quieran, y que todo lo que consiga neutralizarlos debe considerarse positivo.
Pues bien, hay una cosa que podría reducirlos a la nada, a la anécdota electoral, a la marginalidad más absoluta: que los partidos serios y responsables del consenso -las versiones del PP y el PSOE en todo Occidente- adopten una política de inmigración mínimamente responsable.
No hablo de muros, ni de aislamiento y cierre a cal y canto, en absoluto; ni siquiera propongo aquí alguna novedosa política extremista.
Basta con que se controlen las fronteras como se han controlado siempre hasta hace unos pocos años yque se regule la inmigración como podía hacerlo la Alemania a la que emigraron muchos de nuestros abuelos.
La empresa líder mundial de demoscopia ofrece datos muy reveladores en su informePopulism and Global Engagement: Europe, North America and Emerging Economie
Porque lo que está alimentando el populismo es una política irresponsable que de ningún modo puede denominarse ‘inmigración’.
No lo digo yo, que lo dice la empresa líder mundial de demoscopia, la americana Pew Research en su reciente informePopulism and Global Engagement: Europe, North America and Emerging Economies, donde señala que, a más inmigración procedente del Tercer Mundo, mayor es el auge de los partidos populistas. ¿Quieren hacerse responsables del auge del fascismo?
Si les anima, España, entre las naciones europeas, es aquella cuyos ciudadanos expresa un menor temor a la amenaza terrorista procedente de los recién llegados, un 40%,al contrario que los húngaros, que expresan esa preocupación en un 76%.
Los húngaros son también los europeos que más temen el aumento del paro como consecuencia de la avalancha de inmigrantes, con un 82% que considera que son una carga para el país “porque se quedan con nuestros empleos y prestaciones sociales”.
En el extremo opuesto, solo un 31% de los alemanes, que han visto llegar e instalarse en su país a 1,2 millones de extranjeros, mayoritariamente norteafricanos y medioorientales, en solo dos años, piensa igual.
Claro que el paro en Alemania es muy bajo y los empleos que pueden ocupar los recién llegados -de los que solo el 3% se ha colocado hasta ahora- no suelen ser puestos cualificados.
Ya sé, ya sé: eso de que los inmigrantes rebajan o congelan el nivel salarial es un mito. No sé cómo, porquecuando estudié economía me enseñaron que a mayor disponibilidad de un recurso, menor es su precio. Pero es lo que dicen todos mis amigos liberales, y ellos saben seguramente más.
Pero, a efectos de lo que estamos diciendo, da igual: la gente lo cree, es así de idiota. Y eso es lo que alimenta la base electoral de la ultraderecha.
El estudio de Pew también da reveladores datos sobre el aumento de la criminalidad directamente asociada a la llegada de los ‘nuevos europeos’.Da datos curiosos, como el hecho de que por primera vez desde la unificación italiana, el norte empieza a tener mayores índices de delincuencia que el sur, el Mezzogiorno plagado por el atraso y la mafia. Pero no es de esto de lo que queríamos hablar, que parezco populista.
No, mi tesis, que el estudio de Pew viene a confirmar pero que es de sentido común, es que no importa gran cosa si liberales, conservadores y bienpensantes en general tienen razón cuando dicen que la inmigración masiva no tiene que ser un problema, que son“los que nos pagarán las pensiones” (¡créaselo, créaselo, no me sea populista) y que, tarde o temprano, se integrarán y entenderán lo estupenda que es la democracia y la tolerancia y lo feo que está mutilar genitalmente a las niñas o tratar a las mujeres como ganado.
Y no importa porque la gente no cree eso, por mucho que la máquina de propaganda eche humo tratando de convencerla de lo contrario. Llámenlo prejuicios inerradicables;yo prefiero llamarlo “estos ojos que se ha de comer la tierra”, pero es que yo no tengo remedio.
Créanse que los problemas de choque cultural es cosa de poca importancia que se arreglarán solos con el tiempo… porque sencillamente no es lo que está pasando
No me hagan caso. Crean lo mejor de la llegada de millones de extranjeros ajenos a nuestros valores y nuestra cultura.Créanse que son todos, o casi todos, como en las series y en las películas.Créanse que los problemas de choque cultural es cosa de poca importancia que se arreglarán solos con el tiempo. Crean lo que les dé la gana, pero no se hagan la ilusión de que el común también se lo va a creer, porque, sencillamente, no es lo que está pasando.
Traductora, inconformista, muy suya, amante del periodismo con y sin papel, y sobre todo lectora: ésa es su verdadera vocación. Y por ese orden: primero leer y luego escribir.