lunes, 14 de diciembre de 2015

El verdadero Pablo Iglesias

El verdadero Pablo Iglesias


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Pinzas para la nariz, instrucciones de uso





Pinzas para la nariz, instrucciones de uso
Muchos votantes hartos de las traiciones del PP se estén aprovisionando de pinzas para la nariz ante el 20-D. Alegan que un Frente Popular PSOE-Podemos es mucho peor. Y no les falta razón. Pero quizá haya otras posibilidades.
El ayuntamiento de Cadrete (Zaragoza), se ha sumado a la moda de celebrar bautizos civiles (¿?).
Se trata de una ceremonia civil en la que el alcalde, a falta de Evangelio, le lee al crío la Convención de los Derechos del Niño de Naciones Unidas.  Lo que en boca de unas autoridades que promueven el aborto libre suena inevitablemente irónico, porque recuerda a los nazis leyendo la Convención de Ginebra a sus prisioneros, momentos antes de pasarlos por la piedra.
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Pero no era esto en lo que me quería fijar. Ni en quienes promueven la iniciativa –la coalición que gobierna el consistorio PSOE-PAR-Cha-Aragón Sí Puede-, sino en el partido de la oposición, que ante esa propuesta se abstuvo. ¿Quién será? Lo han adivinado: el PP.
¿Anecdóctico? ¿O más bien sintomático? ¿No es esa la historia de su vida?, ¿al menos de la vida reciente del Partido Popular? El partido que se abstiene, que no se moja, que, presa de sus terribles complejos, deja hacer la izquierda y luego jamás toca una tilde, no vayan a creer que son de derechas.
En Cadrete y en la Carrera de San Jerónimo, el PP parece un sombra espectral del PSOE al que sigue en su carrera por atropellar derechos y libertades e imponer sus planes de ingeniería social.
Es verdad que no han sido los populares los que han traido los bautizos civiles, los divorcios expres o las bodas gays, pero se han apuntado al carro como monos de imitación, con una falta de personalidad que produce vergüenza ajena. O se han hecho cómplices del crimen, al no mover un dedo por evitarlo, traicionando a sus votantes  (ahí está la ley del aborto libre de Zapatero).
Muchos españoles se enfrentan a un complejo dilema: si no voto al mal menor, tendremos el enemigo a las puertas
Dicho esto, es perfectamente comprensible que muchos de esos mismos votantes se estén aprovisionando de pinzas para la  nariz ante el 20-D. Alegan que un Frente Popular PSOE-Podemos es mucho peor. Y no les falta razón. De ahí el complejo dilema (si no voto al mal menor, tendremos al enemigo a la puertas) al que se enfrentan muchos españoles que temen perder las pocas libertades que les quedan. Por ejemplo la de educación.
No hay más que ver como se ha aliado Ciudadanos con PSOE y Podemos en Madrid para pegar un tijeretazo a 1.200 puestos escolares de centros concertados. Ciudadanos, para que te fíes.
Argumentan que tampoco quieren perder lo más sagrado –literalmente-, la libertad religiosa, seriamente amenazada por el laicismo agresivo que exhiben Sánchez e Iglesias. Y los votantes de más edad temen, no sin razón, volver a vivir viejas pesadillas que creían arrumbadas para siempre.
Complejo dilema el del mal menor. Muchos de los lectores de Actuall y de simpatizantes de HazteOir.org nos lo plantean como si nosotros fuéramos Tomás de Aquino resolviendo un enigma escolástico. Pero ni tenemos la clarividencia del Doctor Angélico, ni pretendemos interferir en la libertad de cada uno para decirle a quién debe votar.
Guía de Vota Valores elaborada por HazteOir para las elecciones del 20 de diciembre
 
Guía de Vota Valores elaborada por HazteOir para las elecciones del 20 de diciembre
 
Lo único que ha hecho HazteOir.org  es analizar las programas de los partidos para ver si ajustan a una serie de valores elementales en una democracia que se precie (derecho a vivir, familia natural, matrimonio, unidad de España, tolerancia religiosa, libertad económica, regeneración política). Hasta ahí llega su papel. Pero las conclusiones debe sacarlas libre y responsablemente el votante.
El PP, desde luego, no pasa la nota de corte de esa selectividad para acceder a lo básico de una democracia, el abecé más elemental (¿se le puede llamar  democrático sin enrojecer de vergüenza a un Gobierno que legitima la matanza de inocentes en el seno materno?, por ejemplo).
Hace decenios el PP era un verdadero partido liberal-conservador que no había renunciado a los principios del humanismo cristiano
Quizá hace decenios ese mismo PP hubiera obtenido nota, al menos en varios de esos valores. Cuando era una verdadera formación liberal-conservadora, con lo mejor del legado conservador y del legado liberal, cuando aún no había renunciado a los principios del humanismo cristiano, de la libertad de mercado, de la separación de poderes, de la libertad de educación, del respeto a la dignidad inviolable de la persona.
Pero esto de ahora parece una caricatura de aquel PP. Ha cambiado sus principios por el tacticismo arriolista; ha perdido su personalidad liberal-conservadora; y se ha pasado con armas y bagajes al bloque del Pensamiento Unico, a ese nuevo Telón de Acero que ha caído sobre Occidente llamado la Ideología de Género, y sus dogmas delirantes.
Ya no hay izquierdas ni derechas, ahora sólo hay una Ideología única, la de Género, a la que se adscriben todos los partidos, con alguna excepción
En este sentido, el PP tampoco se diferencia gran cosa de la “horda” tripartita. Olvidense ustedes, los de la pinza nasal, de izquierdas y derechas, ya no hay izquierdas ni derechas. Ahora sólo hay una Ideología Unica, la de Género, a la que se adscriben –en mayor o menor grado- todos los partidos, excepto algunas escasas y valientes formaciones que tienen el coraje moral de plantar cara a la mentira. Eso es lo que hay.
Y quizá la única forma de que el PP cambie es que sufra una catarsis, y un congreso interno de renovación / refundación. Una catarsis, bien porque tras el 20-D sea desalojado de la Moncloa y vuelva a la oposición –aunque ese escenario sería peligroso para España-; o bien porque gobierne en minoría, viviendo el insufrible purgatorio de ser controlado/chantajeado por otros partidos. Y ahí tendrá que mojarse, no le valdrá lavarse las manos como Poncio Pilatos.
Difícil elección para quienes aman la libertad y los valores de la civilización, que están en jaque –aquí y en todo Occidente-.
Difícil elección para quienes se debaten entre el voto útil y el voto de conciencia, sin reparar en que tal vez lo más útil sea votar en conciencia. Como explicaba en estas mismas páginas el catedrático Francisco José Contreras, “el ‘voto útil’ es una contradicción en los términos: todo voto es inútil. La ‘utilidad’ de un voto entre 25 millones es insignificante.  Mi influencia en el resultado electoral es infinitesimal” (Miseria del voto útil).
Tenemos todo el derecho a votar y, sin duda, es un deber cívico y moral hacerlo, pero no nos hagamos demasiadas ilusiones. Nuestro voto no va a cambiar el rumbo de la Historia. Entiendo que estén ustedes preocupados, pero tampoco se inquieten demasiado: siempre tendrán el consuelo de pensar que igual de inútil que la abstención –otra posibilidad- va a ser el voto de mucho elector motivado porque quedará desfigurado en la ensalada de pactos del día después.
Ya lo decía un socialista de toda la vida: “No deciden aquellos que votan, deciden aquellos que cuentan los votos”. El socialista se llamaba José Visariónovich Dzhugasvili, más conocido por Stalin.
 
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Nacido en Zaragoza, lleva más de 30 años dándole a las teclas, y espera seguir así en esta vida y en la otra. Estudió Periodismo en la Universidad de Navarra y se doctoró cum laude por el CEU, ha participado en la fundación de periódicos (como El Mundo) y en la refundación de otros (como La Gaceta), ha dirigido el semanario Época y ha sido contertulio en Intereconomía TV, Telemadrid y 13 TV. Es coautor, junto con su mujer Teresa Díez, de los libros Pijama para dos y “Manzana para dos”, best-sellers sobre el matrimonio. Ha publicado libros sobre terrorismo, cine e historia.