PODEROSO Y PLACENTERO ES DON DINERO
Sabed que el mundo se humilla,
como amante enamorado
ante el metal más dorado
y ante él hinca la rodilla.
Es una verdad sencilla
y lo demás insincero:
¡Poderoso y postinero
din, don, din, es don Dinero!
Nace de las clases medias
y de gente que trabaja,
pero luego pronto viaja
de las clases de entremedias
donde lo cazan con medias
el político o el banquero.
¡Poderoso y pinturero.
din, don, din, es don Dinero!
Son sus guardas gente honrada
y los custodios esenciales
de los valores morales
son la gente acaudalada.
Y pues que quien en él nada
tiene más caudal que el Duero…
¡Poderoso y placentero
din, don, din, es don Dinero!
¿A quién no causa extrañeza
que la política clase
con sus manos lo tomase
y que sea su limpieza
dudosa, no su riqueza?
¡Les une el clan financiero!
¡Poderoso y puñetero
din, don, din, es don Dinero!
Es tanta su validez
que si se rompe un partido
por el oro se han unido
o se ha cambiado por diez.
Que el oro muda de tez
hoy popular, luego obrero.
¡Poderoso y embustero
din, don, din, es don Dinero!
¡En política más vale
el oro, que el paraíso
lo fabrican si es preciso
y hacia allí el oro resbale
ya sea andorrano o suizo!
Y si tanto y tanto escale…
¡Poderoso y hechicero,
poderoso y montañero,
poderoso y cerrajero,
poderoso y lavadero,
poderoso y sumidero,
poderoso y maletero,
poderoso y matutero,
poderoso y billetero,
poderoso y llevadero,
poderoso y usurero,
poderoso y zalamero,
poderoso y mentidero,
poderoso y picadero,
poderoso y pastelero,
poderoso y tapadero,
poderoso y gacetero,
poderoso y marrullero,
poderoso y tesorero,
poderoso y trapacero,
poderoso y placentero,
din, don, din, es don Dinero!
Juan Pablo Mañueco
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