EL LAZARETO
Joaquín Leguina
“En tiempos de decadencia, los
nuevos apedrean a los viejos”
Antonio Machado
Lo peor del populismo no es que aparezcan partidos
que lo encarnen sino el contagio que inocula en
las demás formaciones políticas. Una infección
vírica que produce discursos infumables, que en
tiempos normales jamás pronunciarían líderes, por
ejemplo del PP o del PSOE.
La última “machada” izquierdista de los dirigentes
de este último partido ha consistido en ordenar a
sus huestes que traten a los del PP como apestados
o leprosos, decretando su ingreso en un lazareto.
La consigna concreta ha sido: “Tras las
municipales y autonómicas del próximo 24 de mayo,
el PSOE pactará con quien convenga excepto con
Bildu o con el PP”.
Cuando oí pronunciar semejante rebuzno a un tal
César Luena, que, según dicen, es el número dos
del PSOE, creí que Zapatero había vuelto de las
nubes, a cuya contabilidad decía él estar
destinado. ¿Por qué pienso en esa resurrección?
Porque Zapatero se empeñó durante los penosos y
suicidas años de su mandato en convencernos de que
el PP era, simplemente, el franquismo, pero con
otro nombre. Por eso se lanzó a pactar con
cualquier nacionalista (Galicia, Cataluña) que se
le pusiera por delante, lo cual, como es evidente,
le trajo al PSOE éxitos sin límites, sobre todo en
Cataluña, donde el PSC está a punto de morir a
causa de aquel cáncer que se llamó “tripartito” y
se llamó así porque nunca pudo llamarse Gobierno.
En fin, uno, en su ingenuidad, creía que tras los
11 millones de votos que el PP obtuvo en noviembre
de 2011 el sambenito de franquista había
desaparecido del discurso tontorrón y progre que
en mala hora nos trajo ZP. Pero no, el nuevo mando
de la calle Ferraz vuelve, como la burra, al
trigo, y ordena que con los peperos no se va ni a
misa. ¿Porque son “la casta”? ¿Porque son todos
primos de Bárcenas? ¿Porque son la derechona
clerical y facha? No, simplemente porque esos
pactos serían criticados por el populismo rampante
que ha impuesto en la izquierda bien pensante y
zombi un predicador mal encarado y soberbio que
luce una coleta y ama profundamente a un tal
Maduro.
Claro que tal renuncia no le traerá al PSOE nada
más que problemas, y no hay que ser un genio para
verlo, pues al declarar apestado al partido que
sigue siendo electoralmente el mayor del país te
atas de pies y manos y te entregas a los destinos
que quieran para ti los de Podemos, cuyos deseos
respecto al PSOE nadie ignora: desean su muerte.
Lo mismo que ya han hecho con IU.
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