Al PSOE le hunde el ‘invierno demográfico’: pierde votos en las regiones más envejecidas
El partido que ha promovido desde los años 80 la cultura de la muerte recibe su castigo en las urnas: se hunde en las provincias más envejecidas. El 20 de diciembre podría perder la mitad de los escaños que obtuvo en esas circunscripciones en 2008.
En estos últimos días hemos recibido dos noticias, una electoral y otra sociológica: la encuesta del CIS que muestra el desplome del PSOE y los datos del Instituto Nacional de Estadística que revelan que en el primer semestre murieron más españoles de los que nacieron. En mi opinión, ambos datos están relacionados.
Desde que llegó al poder por primera vez en 1982, el Partido Socialista ha gobernado 21 de los 40 años posteriores a la muerte de Francisco Franco: ha moldeado a los españoles como quería.
En España el Estado garantiza el derecho a abortar a una mujer, pero apenas le presta ayuda si desea dar a luz a su hijo y criarlo. Las consecuencias del aborto y del odio entre sexos están a la vista: España tiene una tasa de natalidad inferior a la de la China comunista, donde el Gobierno de ésta trata de frenar el envejecimiento y los desequilibrios sociales (hay 34 millones más de varones que de mujeres) suprimiendo la política del hijo único por familia.
Como se ha comprobado en Alemania, en Japón y en numerosos condados de Estados Unidos donde los mayores de 60 años forman grupos extensos en la población, éstos no quieren aventuras, sino seguridad, y la mayor seguridad es el cobro de su pensión y el aseguramiento de ciertos servicios (como la sanidad y los asilos)… Y la experiencia de los últimos 20 años es que quien lleva a la Seguridad Social al borde de la quiebra son los Gobiernos socialistas.
El abandono del PSOE ocurre en todas las provincias más envejecidas, y con independencia de la economía o el sentimiento político predominante en ellas (sean industriales y sindicalizadas como Asturias, sean agrícolas como Segovia o Soria, sean nacionalistas como Guipúzcoa o Vizcaya).
El desplome socialista es impresionante en Galicia, Asturias y Castilla y León, donde además el partido de Pedro Sánchez compite con Ciudadanos y, en menor medida, Podemos.
Es de esperar que con el tiempo, al PP le ocurra lo mismo que al PSOE, ya que también ignora la demografía de la sociedad española (en su carta a los votantes, Mariano Rajoy no menciona ni la natalidad ni el envejecimiento), pero, cuando llegue ese momento, los socialistas serán quizás sólo un partido andaluz.
Desde que llegó al poder por primera vez en 1982, el Partido Socialista ha gobernado 21 de los 40 años posteriores a la muerte de Francisco Franco: ha moldeado a los españoles como quería.
Los planes educativos que se aplican en los colegios, las películas que se subvencionan y se exhiben en el cine y la televisión, el aborto como derecho, el divorcio-express, las leyes feministas de discriminación a los varones y hasta la política exterior están fijados por el PSOE. ¿Y el PP?; el PP, ni cuando tiene mayoría absoluta, se atreve a modificar estas normas.Consecuencia de las políticas socialistas: España tiene una tasa de natalidad inferior a la de la China comunista
En España el Estado garantiza el derecho a abortar a una mujer, pero apenas le presta ayuda si desea dar a luz a su hijo y criarlo. Las consecuencias del aborto y del odio entre sexos están a la vista: España tiene una tasa de natalidad inferior a la de la China comunista, donde el Gobierno de ésta trata de frenar el envejecimiento y los desequilibrios sociales (hay 34 millones más de varones que de mujeres) suprimiendo la política del hijo único por familia.
La factura de dichas políticas
El PSOE está recibiendo por sus actos una especie de castigo. En las provincias más envejecidas, casi todas las que están al norte de Madrid, más Extremadura, que en total eligen 139 diputados (casi el 40% del Congreso), los votos socialistas se reducen elección tras elección.Como se ha comprobado en Alemania, en Japón y en numerosos condados de Estados Unidos donde los mayores de 60 años forman grupos extensos en la población, éstos no quieren aventuras, sino seguridad, y la mayor seguridad es el cobro de su pensión y el aseguramiento de ciertos servicios (como la sanidad y los asilos)… Y la experiencia de los últimos 20 años es que quien lleva a la Seguridad Social al borde de la quiebra son los Gobiernos socialistas.
Una parte del electorado que en los años 80 apoyaba al PSOE prefiere ahora al PP que impide que el Estado quiebreÉsta es, para mí, la explicación de que un segmento del electorado que en los años 80 y primera mitad de los 90 del siglo XX había apoyado al PSOE porque recibía nuevas prestaciones (pensiones no contributivas, viajes del Imserso…) o porque se le asustaba con la vuelta de la derecha, ahora, ‘renovado’ por las generaciones que padecieron el paro estructural de los Gobiernos de González y el ‘crack’ inmobiliario de los años de Zapatero, prefiera al PP, que al menos impide que el Estado quiebre.
El abandono del PSOE ocurre en todas las provincias más envejecidas, y con independencia de la economía o el sentimiento político predominante en ellas (sean industriales y sindicalizadas como Asturias, sean agrícolas como Segovia o Soria, sean nacionalistas como Guipúzcoa o Vizcaya).
El desplome socialista es impresionante en Galicia, Asturias y Castilla y León, donde además el partido de Pedro Sánchez compite con Ciudadanos y, en menor medida, Podemos.
El PP también ignora la demografía: en su carta a los votantes, Rajoy no menciona ni la natalidad ni el envejecimientoDe los encuestados por el CIS, un 14,9% reconocía tener entre 55 y 64 años y 23,7% 65 años o más; es decir, más de un 38%. Y es un porcentaje que va a seguir aumentando.
Es de esperar que con el tiempo, al PP le ocurra lo mismo que al PSOE, ya que también ignora la demografía de la sociedad española (en su carta a los votantes, Mariano Rajoy no menciona ni la natalidad ni el envejecimiento), pero, cuando llegue ese momento, los socialistas serán quizás sólo un partido andaluz.
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