miércoles, 1 de enero de 2014

El euskara fue la madre del castellano, el latín fue el padre


EL EUSKARA FUE LA MADRE DEL CASTELLANO, EL LATÍN FUE EL PADRE.

 

(Obra entrecruzada, D. Julio Cejador y Frauca. Se hace el Romance Castellano)

 

 

 

10. El latín solo no se hubiera podido transformar tanto en el corto espacio de dos ó tres siglos para llegar á formar un idioma tan distinto como el castellano. Aquí hubo una lucha con alguna ó algunas de las lenguas indígenas. Lo está diciendo esta misma repentina transformación, que contrasta con el desenvolvimiento lento de las indoeuropeas antiguas y con el del griego moderno respecto del griego antiguo, y del alemán respecto del antiguo alemán y godo. Lo está diciendo el que todavía viva la lengua indígena de Iberia, con la que hubo de encontrarse frente a frente el latín. Lo está diciendo el fonetismo castellano, tan opuesto al fonetismo latino y tan semejante al fonetismo del Euskara. Lo está diciendo el cúmulo de sufijos derivativos y gran parte del vocabulario euskaldun, que forman parte importantísima de nuestra lengua.

 

Y esa lengua es el Euskara: si el latín fue su padre, el Euskara fue la madre del castellano. El influjo del Euskara difiere enteramente del influjo del latín: en la formación y transformación del castellano influyó, ha influido y sigue influyendo el latín, puesto que, si no en el elemento popular, en el erudito ha seguido siempre dando nuevos vocablos al castellano; el Euskara influyó solamente en su primitiva creación, y una vez pasada la primera niñez, durante la cual le amamantó á sus pechos, hizo los primeros pasos, como quien dice, luego del parto, dejándolo á su transformación propia bajo la tutela de su padre. Metáforas son éstas y nada más, pero que expresan de alguna manera lo que se pretende decir y resumen en pocas palabras el problema etimológico de la lengua castellana.

 

Lo más íntimo del organismo de un idioma    es su fonetismo, pues, no sólo le da todo su aspecto exterior, que pende del elemento sonoro, sino que él es el que más influye en toda su transformación. No influyó el Euskara en el castellano más que hasta el momento de darle aspecto luz exterior y los primeros pasos... ; Una vez echo, hubo por el mismo  independizarse fuera de su madre. Pero la adaptación continua del elemento sonoro del mismo latín tuvo que irse verificando en la hija después de compartir soberanía... con su madre, de la misma manera que en el período de luchas entre algunas de las lenguas que la hicieron. Dado el fonetismo Euskara en nuestro romance, las leyes fonéticas que han convertido al latín en castellano son meras aplicaciones de ese fonetismo. Y las leyes fonéticas castellanas, manifestaciones de ese fonetismo Euskara,  son las que más han contribuido a la transformación y á la caracterización del idioma castellano.

 

Proceden igualmente del Euskara ciertas tendencias morfológicas del castellano, un gran número de sufijos derivativos, que lo separan enteramente de las demás neolatinas, y casi la mitad del vocabulario, esfinge de la lingüística.  Hace, por lo menos, casi... diecisiete á diecinueve siglos (IV á II), ó más... que el castellano fue destetado de los pechos del Euskara, y, sin embargo, es asombrosa la enorme cantidad de raíces que de él conserva nuestra lengua, y no vocablos como quiera, sino raíces fecundísimas, más fecundas que las raíces latinas, y de un empleo más vulgar y cotidiano. Si hubiera poseído el Euskara la literatura y la cultura que el latín, no sólo hubiera entrado éste á formar nuestra lengua como un elemento muy secundario, sino que ni siquiera hubiera podido llegar á ser un romance, á tener, digo, el corte y la estructura del latín, lo cual sucedió con el godo y el árabe, que traían una escasísima cultura, comparada á la romana viviente en Iberia, y así sólo pudieron prestarnos algunos vocablos. Pero la cultura romana en la religión y la filosofía, en la política y en la literatura, en la ciencia y en las artes, era tan ingente y avasalladora que arrolló las culturas indígenas, y sus modas fueron impuestas dando su lengua el tono dominador, transformando el idioma indígena en su gramática y en la mitad de su vocabulario. La lucha de las dos ó más... lenguas que concurrieron á la formación del castellano están como estereotipada en el mismo castellano. El verbo comer no ha vencido al indígena yantar hasta el comienzo de la Edad Moderna de Castilla. Los castellanos empleaban su yantar, latinización del ianta Euskara; los romanos traían su comedere, que por ser moda impuesta empezarían á emplear las clases dominantes del estamento social precastellano; después el comer, contracción castellana de comedere, fue bajando hasta las últimas capas sociales castellanas y arrinconando al yantar, más antiguo en el romance que el comer, puesto que lo debió de usar el pueblo cuando el comedere sólo lo empleaba la clase dominante, y no se transformo en comer más que después, cuando el comedere llegó á los labios del pueblo.

 

El vocablo de origen latino joven no debió de emplearlo el pueblo hasta muy posteriormente, puesto que poseía los de origen Euskara chico, pequeño, mozo, niño, muchacho, y algo se tardaría en convertir iuven-em en ioven-em, ioven, xoven, joven. Más moderno es párvulo, de origen eclesiástico y canónico, entierro de párvulo, de donde después escuela de párvulos, ect., Y que en la primera transformación del castellano lo olvidaron, preferiendo los vocablos indígenas antes citados. Los de puer y adolescentes quedaron perdidos por completo, pues adolescente es de introducción erudita muy posterior, como que no ha llegado aún á las últimas capas sociales del pueblo castellano.

 

Fatigarse debió de ser aristocrático y de moda, y nunca pudo destronar al cansarse de cepa euskaldun, ni siquiera generalizarse tanto entre el pueblo. Ambos castizos; pero no habrá quien no tenga por más castellano el cansarse y el cansar que el fatigarse y el fatigar, como el halagar Euskaro que el adular, y los vulgarismos asir, agarrar, arrebatar y atrapar, que el recibir y el mismo coger. El satis y satis esse hubieron de ceder ante bastante, bastar y asaz. El quaerere tuvo que cambiar un poco el sentido originando el querer, porque el Euskara buscar no se daba por vencido, como ni callar, que tapó la boca al tacere y al silere. Otro tanto sucedió al lucrari, que hubo de convertirse en lograr, mirando de significación, porque el ganar euskaldun no le dejaba á sol ni á sombra, y el eiicere no pudo levantar cabeza ante los euskaldunes y vulgarismos echar, arrojar, lanzar, tirar y botar. Soltar derivó posteriormente de suelto, pero para entonces ya habían dominado echar y dejar, que no se le han sometido jamás.

 

Bueno es el juego y el jugar latinos, pero la holganza y el holgar no les van en zaga, y el divertirse, si vino á significar lo mismo, fue porque su primitivo valor lo tenía acaparado el dis-traerse; el gaudere no pudo vivir entre los castellanos, que tenían su Euskara gozar, y aun alegre, alegrarse, tomó su significación, tan distinta de la de alacre-m, porque el gozo para los euskaldunes era un esse alacrem.

 

 

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