La ambigüedad de la Constitución de 1978, voluntariamente usada para dejar en manos de los partidos la totalidad del poder, hacía previsible la formación de subnaciones que acabarían buscando la misma independencia estatal que tienen las naciones surgidas de la destrucción de la sociedad cristiana. La naturaleza del régimen partitocrático ha hecho desaparecer en los gobernantes la idea del bien común, para sustituirlo por el bien del partido que, al fin y al cabo, cristaliza en la consecución de mayor cantidad de poder a través del voto. La posibilidad de crear partidos exclusivamente regionales, con idéntica estructura a los de ámbito nacional, no podía sino acabar en la multiplicación de pequeños estados centralizados, cuyos medios tenían que concentrarse en la creación artificiosa de un patriotismo nacional en cada región, para hacer frente a los partidos de mayor amplitud. Por su parte, éstos han recurrido, mientras les ha sido posible, a la entrega progresiva de facultades a las regiones para aprovechar ese movimiento centrífugo contemplado en la Constitución en orden a obtener el poder durante cuatro años. Empezando por la entrega de los medios de comunicación y de educación, que no tienen inmediata repercusión en el limitado tiempo de una legislatura. La inmensa capacidad que hoy tienen los medios de comunicación, unida a la enseñanza estatal que se ha transferido a las llamadas autonomías, han llevado a cabo lo que a plazo más largo tenía que suceder: la fabricación de una conciencia nacional, repleta de falsedades históricas, que ha venido a sustituir la conciencia regional y ha terminado por poner a España ante la posibilidad de su desmembramiento. Sólo la recuperación de la conciencia hispana del sistema orgánico, donde las partes se ordenan al bien del todo y el todo persigue la armonía de las partes, puede detener ese movimiento. La Comunión Tradicionalista, que conserva y propaga celosamente ese sistema lleno de sabiduría, heredado de nuestros mayores, tiene el mayor placer en hacer la presentación del libro de Javier Barraycoa que, a través del estudio histórico, puede contribuir poderosamente a esa recuperación.
Javier Barraycoa Martínez (Barcelona, 1963) es doctor en Filosofía, profesor de Sociología en la Universidad de Barcelona, y vicerrector de la Universidad Abat Oliba. Colaborador habitual de las Reuniones de Amigos de la Ciudad Católica y de la revista Verbo, es autor, además de este Cataluña hispana (2013) que se presenta, de obras como Ruptura demográfica: un análisis de los cambios demográficos (1998); El trabajador inútil: reinventando el proletariado (1999); Tradicionalismo y espiritualidad en Antonio Gaudí (2002, con César Alcalá); Sobre el poder, en la modernidad y la posmodernidad (2003); Tiempo muerto: tribalismo, civilización y neotribalismo en la construcción cultural del tiempo (2005); Fundamentos sociológicos de la corrección política (2008); Los mitos actuales al descubierto (2009); Historias ocultadas del nacionalismo catalán (2011); y coautor de otras, como A los 175 años del Carlismo. Una revisión de la tradición política hispánica (2008-2011), en la que contribuye con El carlismo catalán.
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