martes, 9 de agosto de 2011

El Montseny estrena una moneda local


El Montseny estrena una moneda local
La experimentación de una nueva economía ecoregional
El deseo de potenciar una economía colaborativa, justa y ecológica es el motivo que ha comenzado a unir a los habitantes del Montseny con el propósito de restablecer lazos sociales de confianza que faciliten la comunicación y el intercambio. Estos son los principios que han dado lugar al nacimiento de la Eco Xarxa Montseny, una asociación de ciudadanos y ciudadanas que ha apostado por la creación de una moneda local: el ecoseny.
El origen de la iniciativa es bien reciente. Todo comenzó cuando, el pasado 4 de enero, veinticinco vecinos del macizo montañoso se reunieron en Can Bancell - una masía cercana a la población de Montseny- para establecer sinergias y fortalecer su conciencia ecoregional. Durante la reunión, presidida simbólicamente por una cocina solar, va a surgir la idea de comenzar a tejer una red que, por un lado, sirva de nexo de las iniciativas que ya funcionaban en la zona y, por otro, propicie la puesta en marcha de cinco proyectos interrelacionados.
Esta red emergente se define como un “movimiento social para el intercambio de productos y servicios y para la potenciación de la ecología y la creatividad de las personas”. Y sus cinco proyectos son estos: la creación de una cooperativa de consumo  que potencie los productos locales; la comercialización de estos productos a través de una red exterior de distribución que incluye la venta on-line; la creación de una red de Internet libre y sin hilos; la creación de una red de ecología y educación que colabore en la defensa del espacio natural del Montseny y, finalmente, la creación del ecoseny, una moneda social que propicie el funcionamiento de una red local de intercambio.
La energía siempre circula
El ecoseny comenzó a circular en forma de billete en la primera Feria de Intercambio que se celebró en la Costa del Montseny, una de las poblaciones más pequeñas de la zona, el pasado domingo 22 de marzo. La idea de introducir una moneda alternativa se debe a Dídac Sánchez-Costa, un sociólogo con una experiencia dilatada, adquirida en Chile, la Argentina y el Brasil: tres países en los que el fenómeno de las monedas paralelas adquirió un gran relieve a partir de 1995.
Actualmente, en muchos los lugares del mundo se han iniciado experiencias similares basadas en el intercambio multirecíproco. Y es que, a diferencia del trueque clásico, el uso de monedas locales permite establecer intercambios simultáneos entre distintas personas y con distintas escalas de valor. La diferencia esencial entre las monedas alternativas y el dinero oficial es que con las primeras no se puede especular y, por tanto, no tiene sentido acumularlas.
Por eso -como observa Dídac Sánchez-Costa- las monedas paralelas se convierten en una buena manera de conseguir que la energía positiva siempre circule en el espacio social. Y es que, en primer lugar, contribuyen a restablecer el sentimiento de comunidad al mismo tiempo que cuestionan la cruda mercantilización de las relaciones sociales desde su ámbito más genuino, que no es otro que el de la vida cotidiana.
La vinculación directa con la ecología y el principio de sostenibilidad de este proyecto comunitario, que tratará de extenderse a toda la ecoregión del Montseny a través de la labor pedagógica de la xarxa y la celebración de eventos locales, toma fuerza y actualidad por su relación con los propósitos de movimientos como el Decrecimiento o Transition Towns.
“Transition Towns”
Éste último movimiento ha tomado fuerza en los últimos años en el Reino Unido  a través de   pueblos y ciudades que, desde la iniciativa ciudadana e incluso municipal, han comenzado un proceso de transición hacia formas de vida más sostenibles que, entre otros propósitos, incluyen: la disminución de la huella ecológica, el descenso energético y el uso de energías alternativas o la relocalización  fomentando una economía de proximidad. Pequeñas ciudades como Totnes, Lewes o Brixton ya tienen su moneda local. Quién sabe, pues, si la nueva red ecoregional y el recién estrenado ecoseny son el inicio de un movimiento similar en Catalunya.
Alfonso López Rojo
Artículo publicado en el semanario Directa, nº 132, marzo de 2009, pág. 25

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