7 de jul. a las 21:01
Hola
Piedra a piedra, paso a paso y sentencia a sentencia. Así es como estamos logrando detener al separatismo.
Hace poco te comentamos la estupenda sentencia por la que la “mossa” Inma Alcolea no tendría que mudarse y ahora, los tribunales españoles han ordenado al ayuntamiento de Capellades, en Barcelona, que le devuelva su puesto y todas las nóminas atrasadas a su jefe de policía, Miguel Ángel Hernández.
Y te preguntarás, ¿qué había hecho Miguel Ángel? Pues negarse a retirar la denuncia contra una concejal del partido independentista CUP que, completamente borracha, estampó su coche contra un árbol de la localidad.
Imagínate, Rafael, una concejal independentista que quintuplicaba la tasa de alcohol permitida, se metió en el pueblo a toda velocidad con su coche y se estrelló ¡en medio de la plaza del pueblo! ¡Menos mal que no atropelló a nadie!
Rafael, en un país normal, la reacción del ayuntamiento (de la CUP y ERC) habría sido ordenar a su jefe de policía, Miguel Ángel, que se asegurara de que dicha concejal nunca volviera a conducir y poner en peligro a los habitantes de Capellades. Pero, como a los independentistas la gente les importa un bledo, lo que le ordenaron fue que retirara la denuncia contra ella, a lo que Miguel Ángel se negó en redondo.
Desde entonces, siguiendo el típico estilo independentista, el ayuntamiento le hizo la vida imposible para obligarle a ceder o a marcharse del pueblo. Le presionaron, le amenazaron y le expedientaron con acusaciones ridículas, desde quedarse dinero de la grúa municipal a robar gasolina. Y, aunque la Justicia le dio la razón, el alcalde de la CUP le suspendió de empleo y sueldo y le puso catorce denuncias falsas. De esto hace ya cuatro largos años, en los que Miguel Ángel no ha cobrado, ha perdido su casa y ha tenido que mendigar para poder sacar adelante a sus tres hijos. Pero él se ha mantenido firme en la adversidad, como hacen los hombres íntegros, como explican sus propias palabras:
«Siempre me preguntan por qué no me fui a otro pueblo. Es sencillo. No me podía ir sin tener mi expediente limpio, eso no es una opción. Hasta que no esté todo aclarado me quedaré aquí, por complicado que sea.»
Por fin, gracias a la Justicia española, Miguel Ángel recuperará la dignidad que le robaron, su puesto de trabajo y todos los sueldos hurtados por los independentistas.
¡Enhorabuena, Miguel Ángel! ¡Todos los españoles de bien estamos contigo!
Carlos
Españoles de a pie
www.espanolesdeapie.es
Síguenos en Facebook y twitter @edeapie
Piedra a piedra, paso a paso y sentencia a sentencia. Así es como estamos logrando detener al separatismo.
Hace poco te comentamos la estupenda sentencia por la que la “mossa” Inma Alcolea no tendría que mudarse y ahora, los tribunales españoles han ordenado al ayuntamiento de Capellades, en Barcelona, que le devuelva su puesto y todas las nóminas atrasadas a su jefe de policía, Miguel Ángel Hernández.
Y te preguntarás, ¿qué había hecho Miguel Ángel? Pues negarse a retirar la denuncia contra una concejal del partido independentista CUP que, completamente borracha, estampó su coche contra un árbol de la localidad.Imagínate, Rafael, una concejal independentista que quintuplicaba la tasa de alcohol permitida, se metió en el pueblo a toda velocidad con su coche y se estrelló ¡en medio de la plaza del pueblo! ¡Menos mal que no atropelló a nadie!
Rafael, en un país normal, la reacción del ayuntamiento (de la CUP y ERC) habría sido ordenar a su jefe de policía, Miguel Ángel, que se asegurara de que dicha concejal nunca volviera a conducir y poner en peligro a los habitantes de Capellades. Pero, como a los independentistas la gente les importa un bledo, lo que le ordenaron fue que retirara la denuncia contra ella, a lo que Miguel Ángel se negó en redondo.
Desde entonces, siguiendo el típico estilo independentista, el ayuntamiento le hizo la vida imposible para obligarle a ceder o a marcharse del pueblo. Le presionaron, le amenazaron y le expedientaron con acusaciones ridículas, desde quedarse dinero de la grúa municipal a robar gasolina. Y, aunque la Justicia le dio la razón, el alcalde de la CUP le suspendió de empleo y sueldo y le puso catorce denuncias falsas. De esto hace ya cuatro largos años, en los que Miguel Ángel no ha cobrado, ha perdido su casa y ha tenido que mendigar para poder sacar adelante a sus tres hijos. Pero él se ha mantenido firme en la adversidad, como hacen los hombres íntegros, como explican sus propias palabras:
«Siempre me preguntan por qué no me fui a otro pueblo. Es sencillo. No me podía ir sin tener mi expediente limpio, eso no es una opción. Hasta que no esté todo aclarado me quedaré aquí, por complicado que sea.»
Por fin, gracias a la Justicia española, Miguel Ángel recuperará la dignidad que le robaron, su puesto de trabajo y todos los sueldos hurtados por los independentistas.
¡Enhorabuena, Miguel Ángel! ¡Todos los españoles de bien estamos contigo!
Carlos
Españoles de a pie
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