¿Qué hemos enseñado a nuestros adolescentes? ¿el juego de la muerte?
En Pinto, en las afueras de Madrid, una niña de 13 años era hospitalizada después de que alguien, se supone que sus compañeros, le ahogaran hasta la pérdida del conocimiento.
Nuestros jóvenes viven entre la impotencia y la desesperación: ¿Qué les hemos enseñado?
Esto también es la España de 2018, la España de hoy, una España descristianizada. ¿Qué tiene que ver la expulsión de Cristo de la vida española con el estúpido juego de la muerte? Todo, porque la fe otorga, además, una razón para vivir… que es lo que busca, a veces desesperadamente, todo adolescente. Y es lógico: para la primera juventud solo hay dos posibilidades de existencia. Vivir en la esperanza o vivir en la desesperación. El punto medio, que puede ser mero aborregamiento, sólo llega con la vida adulta.
Vivimos la descristianización de España. Sí, porque la fe otorga una razón para vivir, justo lo que le falta a nuestra juventud
La pregunta es: ¿qué infancia han vivido estos chavales para llegar a la adolescencia y sentirse impelidos a entrar en el vértigo de la muerte, para jugar a 'ahorcar' al amigo o a dejarse ahorcar por el compañero? Para llegar a ese punto sólo hay un camino: la única creencia consiste en el sinsentido de la vida. Buena parte del España de hoy vive en ese sinsentido.
Nuestros jóvenes viven entre la impotencia y la desesperación: ¿Qué les hemos enseñado?
Son las tragedias propias de una sociedad ahíta, a la que no le falta de nada y no sabe qué hacer con lo que tiene
¿Qué hemos enseñado a nuestros adolescentes? ¿El juego de la muerte?
Lo que debería preocuparnos no es la formación de Gobierno, que, sea cual sea, no va a solucionar los dramas de Granada o de Pinto. Y estos dramas, sí resultan relevantes. Son las tragedias propias de una sociedad ahíta, a la que no le falta de nada y no sabe qué hacer con lo que tiene. Sólo queda una solución: volver a Cristo. Y con urgencia.
¡España es un peligro mortal para la victoria del mundialismo!
Por Carlos Arturo Calderón Muñoz (R).-
Las masas son emocionales, actúan en base a estímulos que aunque son invencibles mientras están presentes, duran muy poco tiempo. Los globalistas trabajan a larguísimo plazo, milenios enteros. En múltiples ocasiones a lo largo de su ascenso han tenido retrocesos que han sabido neutralizar para luego recuperar lo perdido de forma progresiva. El Brexit, el plebiscito en Colombia y Trump fueron triunfos de colectivos que logran hacer retroceder a los amos del mundo, pero esas victorias pueden convertirse rápidamente en válvulas de escape con las que se alivie la presión acumulada y se retome el trayecto definido.
Ahora bien, España no tiene una fuerza identitaria con la potencia suficiente como para ser tomada en serio. Nadie ha logrado unificar al mundo español, nada que decir del hispano. Primo de Rivera abogaba por un destino común y esa afirmación, independientemente de los motivos que tuviera el líder falangista, tiene demasiado poder. En España la gente no es consciente de la fuerza tan tremenda que tienen.
Si yo lo digo suena a fantasía de jovenzuelo idealista, pero es claro que los pragmáticos líderes de la finanza internacional que manejan la sede de Londres, están convencidos de lo mismo que yo: ¡España es un peligro mortal para la victoria del mundialismo! Los hispanos están tan distraídos con Telecinco y La Sexta en ese lado del atlántico y con payasadas semejantes en el mío, que no notan que de forma consecutiva por varios siglos se ha atacado la unidad de España. Los intentos por separar Cataluña y sublevar a los vascos no son más que la continuación del desmembramiento del imperio. Hay decenas de millones de individuos con reservas sanguíneas hispanas apostados en toda América, incluida la anglosajona.
Trump ha sido un éxito porque despertó el instinto de supervivencia de los blancos anglosajones. Todavía nadie despierta ese fuego en la amalgama de pueblos blancos que componen a Hispania, Gothia, Iberia o como le quieran llamar. Eso se debe a que se habla de España como un pequeño país europeo cuando en realidad sigue siendo, al menos en potencia, un imperio intercontinental. El sionismo lo sabe y por eso divide con tanta sevicia a la hispanidad, sabe que si aparece el líder correcto no contaría con unos treinta y tantos millones de españoles, sino con al menos unos 100 millones de blancos que tienen como lengua común la que hablara el Quijote y que se extienden desde las Montañas Rocosas hasta el último pico de los Andes.
Si estos fueran movidos por un furor quijotesco puro podrían con facilidad hacer lo que siempre ha hecho España, establecer bienestar social sin que eso implique caer en la mentira de la igualdad. Ese progreso material atraería rápidamente a otros 300 millones de habitantes de la América hispana entre mestizos, indios y demás, que como en el pasado jugarían su vida por la causa del Rey. Todo sin la necesidad de decir que la diversidad es nuestra fuerza o demás basura progresista que sólo busca camuflar el genocidio de los blancos y posteriormente de las razas que queden. España pudo establecer un sistema de castas en las Américas que respetaba las particularidades de cada pueblo a la vez que les daba progreso material a todos.
El mundialismo no promueve las particularidades de los catalanes, vascos o gallegos, simplemente les inculca odio hacia su hispanidad a la vez que los diluyen en un mar multicultural. El objetivo es diluirnos en tantos Estados como sea posible. Sólo miren a los grupos de izquierda de las Américas, desde los bolivarianos hasta los comunistas más descarados existe la idea de una “Latinoamérica” unificada. La sangre se abre paso a través de cualquier mentira y muchos de esos hispanos que trabajan para la causa mundialista, por convicción o por engaño, anhelan lo mismo que los que aman su hispanidad, la reconstrucción de su hogar. Es un deseo que pertenece a nuestro inconsciente colectivo y que sin importar en qué lado del espectro nos encontremos queremos lograr. El sionismo lo sabe y por eso frustra la victoria absoluta de cualquier ideología en el continente, porque ya fuera una Hispanoamérica comunista o capitalista, esta se uniría bajo la verdad incontestable de su sangre común y eso es algo que ellos no se pueden permitir.
No debemos tomar los triunfos de otras latitudes como propios, es obvio que debemos apoyar y celebrar las avanzadas de los estadounidenses con Trump, como la de los húngaros con su presidente, pero nuestro mayor espaldarazo a esos procesos sería el de catalizar una revolución semejante en nuestro suelo. Le guste o no admitirlo a los demás, Europa existe porque España contuvo al Islam, porque lo derrotó en Lepanto, porque llevó a escalas colosales la exploración de América, porque derrotó antes que nadie al comunismo de Stalin, porque llevó a una transmutación a los romanos, para que pasaran de conquistadores de Hispania a ser regidos por emperadores Hispanos. España ha sido fundamental en muchos de los periodos históricos de la supervivencia Europea. Es un deber que volvamos a levantarnos para proteger no sólo al español, sino al francés, al alemán, al sueco, al noruego, al inglés, al austriaco, al italiano, al griego a… nuestro destino común.
Para la supervivencia y el mantenimiento de un pueblo a largo plazo es indispensable la existencia de un tejido social, de unos vínculos y lazos comunes que creen arraigo, sentimiento de pertenencia y, como consecuencia, estabilidad y fortaleza. Que mantengan una población unida, con creencias y con causas compartidas. Pensar en “pueblo” y no pensar en “comunidad” es, utilizando las célebres palabras de Allende en su discurso de Guadalajara sobre juventud y revolución, una contradicción “hasta biológica”.
No obstante, el camino que, desde los últimos años, nuestras sociedades están tomando, y que no parece exista intención de cambiar, se dirige hacia una situación profundamente contraria a lo anteriormente expuesto. Nos encontramos cara a cara con un fenómeno de progresiva pérdida de tejido o capital social, fenómeno que ha sido analizado por el prestigioso politólogo y sociólogo Robert Putnam. En uno de sus estudios conocido como “Bowling Alone” (1995) concluye que, en las sociedades norteamericanas -como representación de la sociedad occidental-, se estaba produciendo un grave y progresivo declive en la actividad asociativa, familiar, vecinal y comunitaria en general, afectando profundamente a las clases medias. Una tendencia que se mantiene y se acrecienta en nuestros días.
Del mismo modo, señala la extremadamente necesaria presencia de estos vínculos para la estabilidad de la sociedad frente a aquellas amenazas que puedan hacer tambalear su integridad. Paralelamente, expone que se constituye como motor principal de creación de este tejido social una sociedad edificada sobre la estructura familiar.
Nos dirigimos a pasos agigantados hacia un modelo de ciudadano moderno, individualista, descomprometido con su sociedad, sin arraigo ni creencia alguna. Fácilmente manipulable a través de las lógicas del consumismo y la mundialización. Esto es teorizado a la perfección por Herbert Marcuse en su “Teoría del Hombre Unidimensional”. En ésta, Marcuse afirma que la sociedad moderna crea falsas necesidades que integran al individuo en el existente sistema de producción y consumo, focalizado a través de los medios de comunicación masiva y la publicidad. La modernidad supone un control cosificador de la conciencia y la mente humana y afirma que la suprema manifestación de este control es el apogeo del individualismo.
Este fenómeno, señala Putnam, es consecuencia de lo que nosotros consideramos la aplicación de la moral y los valores modernos/progresistas. La asimilación de esta nueva “cultura occidental” está resultando en profundas transformaciones sociológicas y demográficas, el drástico descenso de la natalidad, la reducción del número de matrimonios –institución que se vislumbra como un compromiso que restringe al individuo-, el aumento exponencial de rupturas conyugales, todo lo cual ha supuesto un grave daño a la estructura familiar y a los lazos de unión de nuestras sociedades. Especialmente a las familias de clase media, aquellas históricamente más vinculadas a las comunidad.
Del mismo modo, la transformación tecnológica del ocio produce como resultado la individualización y privatización del tiempo libre. La televisión fue claramente ejemplificante en su momento: existen múltiples estudios que revelan la cantidad de tiempo que el ciudadano occidental medio pasaba delante de la televisión, que más allá de mermar su espíritu crítico, resulta en el deterioro de su relación con la comunidad. Hoy, en un paso más, el ocio se ha trasladado a los dispositivos electrónicos, mucho más individuales en su uso y mucho más absorbentes en el tiempo consumido en ellos. Las redes sociales no han venido a complementar, para enriquecerlas, nuestras relaciones humanas con otras personas de nuestro entorno; han venido en muchos casos a sustituirlas y desplazarlas.
Es éste el perfil ideal de ciudadano que ansían crear las grandes potencias y élites financieras. Ciudadanos individualistas, sin arraigos ni creencias y fácilmente manipulables a través de la lógica de consumo. Naciones desestabilizadas, desestructuradas sociológicamente, carentes de soberanía al igual que de identidad para reconocerse a sí mismas, saber cuál es su lugar en el mundo y cuál es su cometido. Naciones conformadas por ciudadanos-consumidores al servicio de los intereses de dichas potencias. Este fenómeno, no quepa duda, es fomentado desde altas esferas de las finanzas internacionales.
Entre muchos otros, el más claro ejemplo es el de George Soros. Día sí y día también encontramos titulares en los periódicos sobre nuevos casos de financiación de todos aquellos fenómenos que puedan contribuir a su causa. Harán todo lo posible por potenciar aquellos acontecimientos que puedan destruir los lazos sociales existentes, desestabilizar nuestras sociedades y hacerlas más apropiadas a sus intereses. Contra esto, la mejor arma es la unión de la comunidad.
Frente al individualismo, la colectividad. Frente al materialismo, la espiritualidad. Frente a la falta de compromiso, la coherencia y la lealtad. Frente a la vida moderna, la vida familiar y de valores. Frente al mal llamado “progresismo”, las raíces. Sociedades unidas, fuertes y de firmes convicciones. La unidad de acción es la verdadera arma que temen los mundialistas.
A quienes promueven la legalización de la eutanasia no les interesa revelar la perspectiva materialista ni los intereses económicos que hay detrás. Eso mejor ni tocarlo
El 25 de enero de 2012, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, constituida por representantes
de 47 países, aprobó una resolución por la que recomendaba prohibir la muerte asistida. En ella se
decía que “la eutanasia, en el sentido de la muerte intencional, por acción u omisión, de un ser
humano en función de su presunto beneficio, siempre debe estar prohibida”. Los países que implantaron
la eutanasia o la muerte asistida –con el caso paradigmático de Holanda-, conocen bien las consecuencias
de tal decisión, saben el desasosiego que produce en las personas mayores caer enfermas y
ue alguien juzgue, con criterios puramente técnicos, que su vida ya no vale y que supone un
alto coste para el sistema público de salud. ¿Es esto lo que queremos que pase en España?
Sin embargo, a quienes promueven la legalización de la eutanasia no les interesa revelar la perspectiva
materialista ni los intereses económicos que hay detrás. Eso mejor ni tocarlo. Se dedican a capturar
conciencias y a manipular los sentimientos, mediante una campaña de creación de un estado de
opinión favorable a la opción de la muerte inducida por activa o por pasiva, pero, eso sí, por compasión.
La avalancha de mensajes a favor de lo que ha pasado con María José Carrasco, con los antecedentes
de Ramón Sampedro en 1988, Ramona Estévez en 2011, etc. forma parte de una campaña política,
sostenida y creciente desde hace años, atendiendo a la demanda de la “Asociación Derecho a
Morir Dignamente”, legalizada en España en diciembre de 1984. Desde entonces, esta asociación
y sus seguidores, promueven el discutible derecho de toda persona a disponer con libertad de su
cuerpo y de su vida, y a elegir libre y legalmente el momento y los medios para finalizarla, incluido
el derecho de los enfermos terminales e irreversibles a, llegado el momento, morir pacíficamente y
sin sufrimientos, si éste es su deseo expreso (alusión al llamado testamento vital). Lo que pasa es
que esto último, que podría entenderse como el deseo de la aplicación de una sedación paliativa y
proporcionada para evitar el dolor, se deja como una alternativa al asesinato compasivo o al
suicidio asistido, que para el caso es lo mismo.
Es exactamente la misma técnica, el mismo proceso, la misma astuta estrategia que se utilizó con el aborto, primero su despenalización, luego la legalización y finalmente la conversión en un derecho
La idea es convertir la eutanasia en algo demandado por la sociedad. Quienes la defienden se
atribuyen la representación de toda la sociedad e incluso esgrimen encuestas de que nueve de cada
diez españoles están a favor de la eutanasia. Supongo que querrán decir que nueve de cada diez españoles
están en contra del encarnizamiento terapéutico, como si no hubiera otras posibilidades. Pero eso les
da igual. El fin justifica los medios y como lo que se quiere es inducir un estado de opinión, todo vale,
con tal de contribuir a la campaña favorable a la eutanasia. Se trata de crear, sutilmente, suavemente…,
un estado de opinión a favor de la eutanasia. Es exactamente la misma técnica, el mismo proceso, la
misma astuta estrategia que se utilizó con el aborto, primero su despenalización, luego la legalización
y finalmente la conversión en un derecho.
En esta campaña, se oculta la dignidad y el valor irreductible de toda vida humana, independientemente
de su condición de salud, y, según convenga, se presentan casos y se manipulan los términos. Por ejemplo,
se presenta como equivalente la eutanasia pasiva con la renuncia al encarnizamiento terapéutico., como
si no existieran más alternativas. Como si, para evitar la aplicación de unos medios desproporcionados,
solo fuese posible renunciar a cualquier tipo de cuidados y acelerar la muerte.
En realidad, renunciar a unos medios desproporcionados significa solo no alargar artificialmente la vida,
cosa con la que todos podemos estar de acuerdo. Sin embargo, ante la certeza de que ya no es posible
atajar el proceso de la muerte ni devolver la salud a un paciente terminal y partiendo de la base del
carácter finito de la vida humana, hay una alternativa a la eutanasia y a la obstinación terapéutica,
que se llama Medicina Paliativa.
Paradójicamente se señala que la eutanasia es una necesidad social y que además es progresista,
como si el progreso tuviese algo que ver con la eliminación de la vida. En absoluto, ni es progresista
el aborto ni lo es la eutanasia… Como bien decía Miguel Delibes en uno de sus magistrales artículos
escrito en diciembre de 1997: “Antaño, el progresismo respondía a un esquema muy simple: apoyar
al débil, pacifismo y no violencia […] El ideario progresista estaba claro y resultaba bastante sugestivo
“¿Se habrán percatado de que, hoy por hoy, la enseña azul de las estrellas [la bandera de la UE] a muchísimos europeos –sospecho que inmensa mayoría– nos suscita menos emoción que los gallardetes de El Corte Inglés y si nos recuerda algo es la mangancia de la burocracia de Bruselas?”
La capital se convierte en una pasarela para la DOP Cebreros
I.Camarero Jiménez
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Reyes Católicos, Los Verdugo, Los Tres Caracoles, Fontecruz, La Bruja, Soul Kitchen, Alavirulé, The Ha'penny y Sofraga han elaborado una tapa cada uno para maridar con 9 vinos de Cebreros
Una parte representativa de la hostelería abulense ha abierto sus puertas de par en par a la DOP Cebreros para que sus vinos se vuelvan durante tres días grandes protagonistas de nuestro tradicional tapeo. Casi a modo de pasarela para este producto, las barras de nueve bares les han hecho hueco y, desde sus cocinas, han buscado los mejores productos para maridarlos, para completar esos vinos y ofrecérselos a sus clientes. Este fin de semana ha sido el elegido, desde ayer y hasta mañana, para ese pacto a dos bandas que se ha convertido en la mejor excusa para conocer un producto con Denominación de Origen y sobre todo con mucho futuro por delante puesto que por detrás hay muchas ganas de hacerlo bien. La oferta es amplia y aquí la relatamos para que los abulenses elijan y tengan la oportunidad de conocer lo que la DOP está haciendo. Los socios son Los tres caracoles que aúna fuerzas con Kpi Rosé 2016, de bodega Daniel Ramos y su tapa de orejita de cochinillo crujiente con salsa de callos; en Reyes Católicos se sirve el vino rosado Bendita frescura de bodega Huellas del Tiétar y brocheta de avileño con mayonesa de membrillo; en Fontecruz Ávila la apuesta es 7 Navas Roble 2014, de bodega 7 Navas y crocante de cochinillo en flor con rocío de naranja amarga y espuma de garnacha; para la taberna de Los Verdugo la mejor manera de combinar las Naranjas azules de Soto y Manri es con un redondo de ternera avileña con teja de parmesano. Siguiendo la ruta, el restaurante La Bruja propone el Paso de Cebra de Viñadores de Gredos y solomillo al Paso de Cebra; llegamos a Soul Kitchen y allí nos espera Hoyanko 2016, de Bodega Vinos y Viñedos Hoyanko y Sashimi de vaca avileña, boletus, ajo blanco de maracuyá y polvo de quicos. Para Alavirulé la mejor opción es Carmen, de Bodegas Ausín y su costilla de avileño a la miel del Tiétar sobre parmentier. Y terminamos con dos propuestas irrechazables: The Ha’penny con Avaviento de Bodega Nietos de Señora María y unas buenas carrilleras de ternera estofadas con cacao, naranja y vino tinto y Sofraga Palacio que en copa pondrá el Gaznata Gredos Viñas Viejas, de Bodega Juan del Águila y como aperitivo albóndigas Sofraga al vino blanco. Tres euros es el precio cerrado de la propuesta en todos los bares. Si algún aficionado al aperitivo completa los nueve locales y los sella podrá optar a tres premios, noches de hotel o cenas y además visitar, eso de entrada, alguna de las bodegas de la DOP. Tienen derecho a votar por la mejor tapa y además habrá un jurado profesional que calificará todas las propuestas y elegirá la mejor. En definitiva es un plan más para este fin de semana electoral y como decíamos todavía se puede disfrutar hoy y mañana en la capital.
El islam, ¿reserva moral de Occidente? Escuelas británicas eliminan los talleres LGTB por las quejas de padres musulmanes
Escuelas británicas están dejando de impartir cursos y clases sobre la comunidad LGTB ante la creciente queja de padres musulmanes. En Birmingham ya son más de cuatro los centros educativos que se han negado a seguir con estos talleres. Las escuelas que han dado el paso son la Escuela de Primaria Leigh, la Escuela de Primaria Alston, el centro Marlborough y la Escuela Primaria Wyndcliff, tal y como informa la BBC.
Los padres que han presentado quejas, en su mayoría musulmanes, consideran que las clases que reciben sus hijos son inapropiadas y que los mensajes LGTB contravienen el Islam. Estos talleres forman parte de un proyecto denominado ‘No outsiders’, puesto en marcha en 2014 por el profesor Andrew Moffat para introducir la ideología de género en la Educación.
El citado medio ha recabado la opinión de algunas de las personas que han presentado quejas, como el activista Amir Ahmed. Ha tildado de ”indignante” el programa que se iba a impartir en algunas escuelas como estrategia de prevención. ”Es bastante desagradable que la escuela haya presentado a nuestros hijos como potenciales radicales”, ha zanjado.
Desde la asociación promotora del programa han defendido que ‘No Outsiders’ versa ”sobre la tolerancia, aceptar las diferencias y el respeto, las cuales son todas claves de la cohesión comunitaria y de nuestros valores británicos”.
Ahmed ha respondido que la comunidad musulmana siempre ha sido ”respetuosa y tolerante” de esos valores y que ahora se siente víctimas, ya que, según su testimonio, se ha presentado a los padres que se han quejado como ”homófobos”.
A pesar de su queja, Ahmed remata diciendo que ‘‘moralmente nosotros nos aceptamos la homosexualidad como una relación sexual válida. No es cuestión de ser homófobo… es como decir que si no crees en el Islam eres islamófobo”.
El principal problema laboral en España viene derivado de nuestro modelo de Estado autonómico y, por tanto, tiene un origen político. Esta es la conclusión resultante del XIX Congreso Nacional de la Empresa Familiar.
La falta de unidad de mercado a nivel nacional, la anticompetitiva complejidad administrativa interregional, la inexistencia de un modelo educativo estatal, etc., frenan de forma considerable el crecimiento económico, el desarrollo empresarial y en consecuencia disminuyen las oportunidades de creación de nuevos puesto de trabajo.
El gasto de las 17 autonomías y referente a las nóminas (y cotizaciones a la Seguridad Social) de los empleados públicos ascendió en 2016 a 72.000 millones de euros. Es relevante tener en cuenta que en los dos últimos años el endeudamiento de las comunidades autónomas ha aumentando en 45.000 millones de euros.
El gasto salarial del sector público autonómico no solo está concentrado en los funcionarios, que han ganado legalmente su oposición, también cobran un sueldo los cientos de miles de empleados públicos sin oposición y enchufados por los partidos políticos, que se encuentran acomodados laboralmente en administraciones, universidades, empresas públicas, fundaciones y todo tipo de organismos regionales deficitarios y subvencionados.
En este sentido, Cataluña y Andalucía son las dos autonomías que más han disparado el gasto en personal. De hecho, la Generalitat y la Junta son las dos administraciones responsables de la mitad del crecimiento del gasto autonómico en salarios durante el último trienio del 2016. Aunque, todas las comunidades autónomas han aumentado en mayor o menor medida sus costes salariales.
La Administración autonómica incrementa año a año el gasto en salarios públicos, aumentando la deuda y disimulando el déficit a base de pedir dinero prestado. Olvidando que cada empleado público contratado de manera innecesaria e improductiva destruye dos puestos de trabajo necesarios y productivos en el sector privado.
Las autonomías cada vez reciben más dinero del FLA (Fondo de Liquidez Autonómico). En 2016, el citado fondo ha repartido cerca de 25.000 millones de euros entre las autonomías, siendo Cataluña la región que más fondos ha recibido.
Las descuadradas cuentas de las comunidades autónomas solo podrán equilibrarse reduciendo de manera ostensible el entramado administrativo político y público empresarial de nuestras 17 Comunidades Autónomas.