confirma la famosa frase del presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt: “En política nada es casual. Si algo sucede, estad seguros de que se planeó así”.
Nadie más indicado para decirlo que quien ocupaba la Casa Blanca, el 7 de diciembre de 1941, cuando las escuadrillas japonesas bombardearon Pearl Harbour. Como se ha sabido posteriormente fue EEUU quien exhibió el trapo rojo para que el toro nipón embistiera, y conseguir una bonita guerra con la que hacer despegar la economía norteamericana. Tanto despegó, que la posguerra fue el periodo más próspero del Imperio de las barras y estrellas.
Significativamente, el magnate John Rockefeller había comprado ingentes cantidades de acciones en el mercado de armamentos antes de declararse la guerra. Verde y con asas.
Otro Rockefeller, su hijo David, es uno de los “globócratas” que Cristina Martín menciona en la interesante entrevista de Actuall, en la que dibuja un inquietante panorama en la que tampoco nada es casual.
La periodista lleva trece años investigando los secretos más recónditos del Club Bilderberg donde se reúnen, desde 1954, financieros, gobernantes y reyes, en una cúpula opaca a los medios de comunicación, en la que se deciden estrategias globales, que influyen en los gobiernos, en las leyes y, a la postre, en la vida del ciudadano medio.
Sostiene Cristina Martín que ya estamos en la III Guerra Mundial, una guerra en la que no hay blindados ni bombarderos, y en la que los generales no visten cota de mallas y yelmos, sino trajes a medida de la Quinta Avenida de Nueva York o de la londinense New Bond Street.
Se trata de una guerra psicológica contra el antiguo orden mundial de Estados nacionales históricos y contra el poder de decisión de los individuos. Superestructuras antidemocráticas -en la medida en que nadie las ha elegido- como la ONU, la OMS, el FMI, o la Unión Europea dictan las leyes de todos los ciudadanos del planeta.
Una forma de imponer ese Nuevo Orden es cargarse la soberanía de los Estados-nación en favor de instancias supranacionales. Eso explica, por ejemplo, el golpe secesionista de Cataluña que -según Cristina Martín- es un escenario más de esa III Guerra Mundial.
Todo eso lo ha investigado la autora en una tesis doctoral, cum laude, sobre las interrelaciones entre el Club Bilderberg y los medios de comunicación globales, aportando pruebas después de años de rastrear pistas.
Y de todo eso habla en la entrevista de Villamor, en la que aparecen algunos de los invitados de Bilderberg -desde Ana Patricia Botín hasta Soraya Sáenz de Santamaría, pasando por la reina Sofía-, así como los grandes ‘globócratas’, como Soros, Henry Kissinger o los esposos Clinton. Sin olvidar al propio Rajoy y sus conexiones con la masonería.
El panorama que deja entrever la autora de libros como ‘Los amos del mundo están al acecho’ o ‘Los planes del Club Bildeberg para España’ resulta orwelliano. Aunque no debería extrañarnos, ya que en este mundo globalizado, donde la vida privada está más controlada que nunca, cobra todo su sentido la frase de Balzac: “Todo poder es una conspiración permanente”.
Como ves, no hace falta leer a Dostoyevski con “Los endemoniados” o Chesterton con “El hombre que fue jueves” que escribieron sobre conspiraciones y planes secretos para controlar al ciudadano medio…
Basta seguir la actualidad y leer entre líneas. Espero que la entrevista con Cristina Martín te ayude a “leer” la partitura.
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