BASES PSEUDOINTELECTUALES DEL MITO DE LAS TRES CULTURAS I
Iremos presentando por entregas un texto que consideramos
fundamental. Su autor es D. José Luis Martínez Sanz y fue publicado en la
revista HESPÉRIDES allá por el año 1997. Merece la pena para hacer una primera
aproximación a las bases que sostienen el falaz MITO DE LAS TRES CULTURAS.
Siguiendo la consigna de Barataria Tradicionalista, queremos contribuir a la tarea propuesta de combatir sin tregua la mentira histórica
forjada contra España desde parámetros triculturalistas.
En nuestros drías
están apareciendo por doquier publicaciones, artículos, lugares públicos,
conferencias, citas, etcétera, en los que se va imponiendo un neologismo o
expresión aparecida recientemente en nuestro país: la "España de las tres
culturas". Quienes crearon y mantienen este mito, parten de la idea de que
España, como tal e incluso su mismo nombre, surge en la Edad Media y viene a
ser el producto o consecuencia de la fecunda unión de tres culturas: la
musulmana, la judía y la cristiana. Eso habría creado al pueblo español, que
entre sus antepasados tendría necesariamente a judíos y árabes, lo que haría
que España fuese el ejemplo internacional de un mestizaje cultural
supuestamente modélico.
¿DONDE NACE EL MITO DE LAS "TRES CULTURAS"?
Para basar en la
Historia este hipotético esquema sociocultural, se cita como hecho objetivo y
real la presunta existencia de un tiempo idílico en que se habría dado esa
convivencia y cuyo mejor exponente era la supuesta Escuela de Traductores de
Toledo: sabios y eruditos de las tres culturas se habrían juntado en ella y
aportado sus conocimientos y, como fruto de eso y de las traducciones de libros
en los que se contenían sus tres culturas, se formó en lengua romance (la del
pueblo español) un saber y una cultura que es la base de la cultura actual de
España.
El mejor ejemplo de
esta fecunda convivencia sería Maimónides, el judío andalusí cuyo saber -se
dice- iluminó a las culturas musulmana y cristiana de España... e incluso de
toda Europa. En su ciudad, la Córdoba de los sirios califa Omeya (refugiados o
exiliados heterodoxos que subsistían en el extremo occidental de un mundo
musulmán dirigido por el califato iraquí de los Abasíes), existía un centro de
estudio similar a una universidad actual, que difundía los saberes de Asia y de
Grecia por todo Al-Andalus, por los reinos cristianos de España y por el resto
de Europa. Por eso, en reconocimiento de esta supuesta labor de mestizaje
cultural, los agradecidos ciudadanos cordobeses habrían erigido un monumento a
Maimónides.
De los anteriores
argumentos se deduce que España y su cultura serían el producto de esa
convivencia entre miembros de las tres culturas, que deberían ser consideradas
en paridad e igualdad: las tres habrían formado España, y ésta sería patrimonio
de las tres. Tan curiosa idea se basa en los escritos de Américo Castro, en
cuyos libros parece fundarse esa formulación sincretista de España como
resultado del mestizaje cultural de judíos, moros y cristianos; más en
concreto, hay que precisar que tal idea se basa en su obra España en su
historia. Cristianos, moros y judíos, escrita por Castro en 1946, durante su
estancia en la universidad norteamericana de Princeton. Esta obra, rehecha tras
su desafortunada polémica con el gran maestro Claudio Sánchez-Albornoz, se
editó en 1954 con el título La realidad histórica de España, que algunos toman
como el catecismo del sincretismo cultural de España... Con el mismo fervor con
que utilizaban el de Marta Harnecker como catecismo del marxismo.
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