OCTAVA OLA DE ARRIACA II
No te olvides de esta tierra
si tú te marchas de Arriaca,
la belleza y alharaca
de su llano y de su sierra.
Su lindeza desempaca,
cuanta ella en ti ya la encierra,
porque en corazón se entierra
y sale luego en resaca.
Si te acosa una tormenta,
recuerda entonces Arriaca.
Los días de entonces saca
que este terruño en ti alienta.
Si melancolía ataca,
y nostalgia la alimenta,
no penes en tal tormenta.
¡Vuelve tus pasos a Arriaca!
JPMañueco
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