SALVE REGINA
Un canto bien universal en el orbe católico, en este caso
una versión clásica de la abadía de Notre-Dame de Fontgombault del SALVE REGINA,
obviamente en latín. Qué recuerdos de aquellos tiempos en que el dudoso sentido
del latín obligatorio –hoy ya no se estudia- encontraba aplicada ilustración en el latín litúrgico de la Iglesia donde
hallaban confirmación la conjugación de los verbos y las declinaciones; si no
los ablativos absolutos si los genitivos, los dativos, los nominativos plurales.
Hoy parece que el latín es una lengua lejana, para ilustrados elitistas y
parece que la Iglesia tiene preferencia por el caló y el cheli, ¡qué pérdida
más lamentable de la hermosa lengua del Lacio!
Raramente escuchado en la Iglesia, tal vez lo sea aún menos en el futuro, donde el latín será considerado un gori-gori más extraño que el quechua o el swajili. Los últimos recuerdos personales se remontan a alguna boda de personal de mi quinta hoy día ya abuelos.
Salve regina
mater misericordiæ
vita dulcedo
et spes nostra salve.
Ad te clamamus, exsules filii Hevæ.
Ad te suspiramus, gementes et flentes
in hac
lacrimarum valle.
Eia ergo,
Advocata nostra,
illos tuos
misericordes oculos ad nos converte.
Et Jesum,
benedictum fructum ventris tui,
nobis post
hoc exilium ostende.
O clemens, o
pia,
o dulcis
Virgo Maria.
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