Castellano para extranjeros
El auge del castellano trae cada año a España a 240.000
personas para aprender el idioma
La enseñanza del castellano genera 462 millones de euros y
5.500 empleos
La enseñanza del castellano es una actividad que genera al
año en España un volumen de negocio de 462 millones de euros y da empleo
estable a 5.500 personas. Industria que ya atrae a 240.000 extranjeros y con
enorme potencial de crecimiento por la creciente difusión que el castellano
experimenta en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos y Brasil. El reto
para lograr el salto definitivo es generalizar su utilización en los negocios,
la ciencia e Internet. El Instituto Cervantes recibe al año 60.000 alumnos en
sus centros distribuidos por todo el mundo y estima que 14 millones de personas
aprenden castellano como segunda lengua. Lo estudian más de 7 millones en
Estados Unidos y Canadá, 3,5 millones en Europa, 1 millón en Brasil, medio
millón en África y 175.000 en Asia. En Francia, con 2,2 millones de estudiantes,
el castellano ha desbancado al alemán como segunda lengua más estudiada.
La lengua, un producto de exportación
El castellano tiene un precio: 150.000 millones de euros, el
15% del PIB español. Es la cifra manejada por el Instituto Cervantes para
cuantificar el "valor añadido" del castellano en forma de turismo
idiomático, cine, edición, moda y música.
La lengua cotiza al alza y cada vez atrae a más personas.
Como muestra, un botón: 823.000 universitarios norteamericanos lo estudiaron en
2006, frente a los 534.000 de 1990. El francés, con 206.000 estudiantes, ha
perdido 66.000 seguidores en EE. UU. Brasil es otro importante foco de auge,
que irá en aumento por la inclusión del castellano como lengua optativa en la
enseñanza secundaria.
Los hijos de muchos españoles estudian en Irlanda, mientras
que los hogares españoles empiezan a acoger a estudiantes extranjeros. El
castellano es un buen negocio para miles de familias que comparten sus casas
con jóvenes alemanes, norteamericanos, franceses o japoneses. También lo es
para quienes les alquilan pisos. El tiempo de estancia media de los alumnos
varía según el país origen y oscila entre las dos semanas de los franceses e
italianos, a las 30 semanas de los rusos. Suecia ofrece becas a sus jóvenes con
13 semanas en España (con frecuencia prorrogadas otras 13 más), mientras que
los norteamericanos suelen permanecer cuatro semanas, según explica Francisco
Pérez, presidente de la Federación de Escuelas de Español como Lengua
Extranjera.
El auge del español es un negocio para los 627 centros
educativos, que mueven cada año 176 millones de euros por ofrecer sus cursos.
Cada alumno gasta una media de 1.950 euros, que en su mayor parte van a pagar
la matrícula. Además, los estudiantes se gastan al año 66 millones en
alojamiento, 82 millones en manutención, 68 millones en ocio y 69 millones en
otros capítulos menores, según el estudio El turismo idiomático 2008,realizado
por Turespaña, del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
El número de alumnos que viaja a España - atraídos por el
ocio y la cultura-crece paulatinamente. El crecimiento desde 2002 ha sido del9%
anual. El año 2000 vinieron un total de 130.000 turistas idiomáticos,que se
matricularon en las 518 academias privadas repartidas por cinco comunidades.
Los últimos datos apuntan a que casi 240.000 personas viajan cada año a España
para aprender la lengua de Cervantes. Los centros educativos emplean de forma
estable a unos 5.500 trabajadores, que aumentan hasta los 9.500 durante los
meses de verano. Además, hay 56 escuelas oficiales de idiomas y 53
universidades con cursos de castellano para extranjeros.
La mayoría de los alumnos procede de los países de Europa
(174.600) y de América (51.750), y el principal mercado de futuro es Estados
Unidos aunque el alto coste de viajar a España hace que muchos prefieran
México, Argentina o Costa Rica, los tres grandes competidores de España. Las
condiciones necesarias para que los estudiantes viajen a perfeccionar el idioma
son su capacidad económica, la situación políticosocial de su país, la
disponibilidad de transportes, conexiones, visados y los tipos de cambios de
moneda. El 71% de los alumnos son mujeres de entre 20 y 29 año, y eligen
preferentemente Andalucía, Salamanca, Madrid y Barcelona. Málaga, Sevilla,
Granada y Cádiz acaparan la mayoría de los estudiantes, 62.500 (el 26% del
total) debido a que se asocia España con Andalucía. Sólo en la provincia de
Málaga hay 33.000 plazas para estudiar castellano en 50 centros, mientras que
Catalunya cuenta con 6.600 plazas en 93 centros docentes.
Turespaña estima que el número de estudiantes irá en aumento
en los próximos años y calcula que la demanda potencial alcanzará en diez años
los 745.000 alumnos, de los que 240.000 serán europeos, 486.000 americanos,
11.000 asiáticos y 8.000 africanos. Francisco Pérez destaca el fuerte auge del
castellano en Alemania, Suecia o Dinamarca, cuyas empresas pujan por hacerse
con los mercados latinoamericanos. "El boom del estudio del castellano en
el mundo llegará cuando Latinoamérica se convierta en un mercado goloso para
Europa y Asia", apunta.
Pero si el castellano quiere soñar algún día con acercarse,
aunque sea de lejos, al todopoderoso inglés tendría que hacerse necesario para
el trabajo o los negocios. Sólo un 2 por ciento de los que estudian castellano
en Europa y América lo hacen por motivos laborales. No ocurre lo mismo en Asia,
donde el porcentaje se eleva hasta el 10 por ciento, probablemente pensando en
el mercado americano. Que el castellano atraiga a los de fuera principalmente
por la cultura y el ocio refleja el escaso peso de la economía española en el
pasado y las políticas desarrolladas por el Instituto Cervantes, claramente
decantado a promocionar la cultura y no el idioma como negocio, opina Luis
Cubría, de la consultora CA& A, que ha elaborado el plan de español para
extranjeros de Castilla y León.
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