Podemos: ¿la izquierda que salvó al PP?
Pablo Iglesias asesoró a
Alternativa Galega de Esquerda (AGE) en la campaña electoral gallega de 2012.
Esta nueva formación de ultraizquierda amenazaba con fragmentar aún más el voto
de la izquierda.
elentir -
En 21 de
octubre de 2012 se celebraron las últimas elecciones gallegas. Se trataba de la
primera prueba electoral a la que se sometía el PP de Núñez Feijóo tras su
frontal traición al compromiso electoral de libertad lingüística que había lanzado
en las elecciones gallegas de 2009. La medida prometida habría permitido a
los padres gallegos haber elegido la lengua de escolarización de sus hijos.
En un primer momento la Xunta de Galicia incluso hizo una encuesta, que mostró
que la mayoría de las familias preferían una educación bilingüe o en gallego,
pero entonces el nacionalismo se movilizó y Núñez Feijóo decidió pasar por su
aro, sustituyendo su compromiso de libertad lingüística por un “trilingüismo”
escolar en español, gallego e inglés.
AGE, el
nuevo partido de ultraizquierda que salvó al PP gallego
El
descontento de una parte del electorado gallego con el PP, que les había dado
gato por liebre, amenazaba con poner en peligro la mayoría absoluta obtenida
por ese partido en Galicia en 2009: se había quedado a sólo un escaño de que
la pinza PSOE-BNG no le dejase gobernar. En los tres años posteriores se
produjo una escisión en el BNG, con la salida del fundador del Bloque, Xosé
Manuel Beiras, que formó un nuevo partido nacionalista, Anova, que a su vez se
alió con Esquerda Unida, la hasta entonces extraparlamentaria federación
gallega de Izquierda Unida, bajo la denominación de Alternativa Galega de
Esquerda (AGE).
Recibe el
Brief de Actuall en tu email
En las
elecciones gallegas de 2012 el PP perdió 128.000 votos, pero logró tres escaños
más que en 2009
La nueva
formación de ultraizquierda amenazaba con fragmentar aún más el voto de la
izquierda gallega, que se repartía ya entre tres opciones
mayoritarias: PSOE, BNG y AGE. Las elecciones gallegas de 2012 confirmaron el
mal resultado de una izquierda fragmentada: con una menor participación que
tres años antes, el PP perdió 128.000 votos, incluso perdió casi un
punto en el porcentaje de votos, pero logró tres escaños más que en 2009, mientras
que AGE se repartía los despojos de un PSOE y un BNG considerablemente
mermados. En el PP gallego debieron estar encantados con la irrupción de AGE,
que había recuperado para la arena política a un ya anciano Beiras que
entusiasma a los suyos mucho menos de lo que asusta al electorado conservador. El
PP no habría obtenido un resultado mejor ni poniendo a un infiltrado entre la
ultraizquierda gallega.
Pablo Iglesias (Podemos), Xosé Manuel Beiras (Anova) y Yolanda Díaz (EU).
Una figura
hoy muy conocida asesoró a AGE en su campaña de 2012
La sorpresa
que se llevará más de uno es que entre los artífices de la campaña electoral de
AGE estuvo un profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad
Complutense de Madrid, un hombre que llegó a Galicia en 2012 como asesor de
Esquerda Unida y cuyo nombre les resultará familiar a los lectores de este
artículo: Pablo Iglesias Turrión, el hoy líder de Podemos. El “éxito”
alcanzado de Galicia fue una de las razones que le animó a dar el salto un año
y pico después y crear Podemos. Pero… ¿de quién fue el “éxito”, teniendo en
cuenta que el PP afrontaba esa cita electoral con una mayoría amenazada, y
la superó con menos votos pero más escaños gracias a la fragmentación de la
izquierda?
Rajoy, aún
más tocado que Feijóo en 2012
Si recuerdo
ahora aquellos hechos es por las similitudes que guarda esa campaña electoral
con la de las elecciones generales del 20 de diciembre. Una vez más tenemos al
PP afrontando una cita electoral muy desgastado por sus propios
incumplimientos, con la diferencia de que esta vez los compromisos traicionados
son mayores y más numerosos que las promesas rotas en 2009 por Núñez Feijóo.
Rajoy ha malgastado de la peor forma una mayoría absoluta muy holgada y que
consiguió prometiendo un “cambio” que no se ha producido: ha mantenido todas
las leyes ideológicas de Zapatero, desde la Ley del Aborto a la de Memoria
Histórica, pasando por las impregnadas de ideología de género; ha
excarcelado a terroristas con tanta o más ligereza que el PSOE, incomodando
a las víctimas; ha permitido con pasmosa indolencia que Artur Mas llevase a
cabo un desafío separatista, mostrándose pusilánime ante la abierta
desobediencia del gobierno catalán a la legalidad vigente; incluso en materia
económica, que era la baza en la que insistía Rajoy como si nada más importase,
los resultados del PP no son para tirar cohetes, y ni siquiera son capaces de
transmitir a los españoles la certeza de que haya comenzado la recuperación
económica.
El PP llega a
estas elecciones con las manos manchadas con sangre de los inocentes
Así pues,
Rajoy y el PP llegan a estas elecciones generales con las manos vacías. O mejor
dicho, llegan con las manos manchadas con sangre de inocentes (más de 100.000
niños y niñas por nacer abortados cada año bajo su mandato), y tras haber purgado de las listas electorales a todos los parlamentarios
del PP que se negaron a consolidar con su voto la Ley del Aborto de
2010.
Y entonces
apareció Podemos
Pero cuando
el PP ya estaba enfilando esta cita electoral, cuando acometía el paso previo de
las elecciones europeas de 2014, aparece Podemos de la mano del mismo Pablo
Iglesias cuya colaboración había sido tan valiosa a la hora de fragmentar a
la izquierda gallega, dos años antes. En septiembre del año pasado escribí lo siguiente al respecto en mi blog (disculpen la
autocita): “Podemos empieza a parecer una perfecta operación de marketing no
tanto de la ultraizquierda como de la dirección pepera, que tiene en el
coletas a un aliado perfecto, aunque sea a modo de revulsivo, para
fragmentar el voto de izquierdas y seguir chupando el voto liberal-conservador
para hacer con él políticas como las del PSOE.”
El papel de
Ciudadanos
Desconozco si
en el PP trazaron una estrategia que contaba con la aparición de una formación
de ultraizquierda que minase todavía más al PSOE, el principal rival
electoral del partido de Rajoy hasta la fecha. Si la hubo, que no lo sé, es
posible que en el PP sintiesen que la cosa se les había ido de las manos cuando
Podemos empezó a aparecer en las encuestas como el primer partido en intención
de voto, incluso restándole votos al PP. Cuando escribí el anterior
entrecomillado no contaba con la irrupción de Ciudadanos, que si bien puede
restar votos al PP, aún más votos puede restar al PSOE y a Podemos, pues ha
sustituido al partido de Pablo Iglesias como la opción de “voto indignado” para
muchos votantes de centro-izquierda y centro-derecha, a los que les inspira
más confianza un tipo amable y moderado como Albert Rivera que un insultón
radical como Pablo Iglesias. C’s tiene la ventaja para el PP, además, de
que es un partido que no participa del “cordón sanitario” que viene imponiendo
la izquierda al PP, como demuestra el apoyo del partido naranja a la
investidura de la popular Cristina Cifuentes como presidenta de la Comunidad de
Madrid.
Podemos y C’s
no son marionetas del PP, pero su irrupción sí le beneficia
En esto, como
en otras cosas, podríamos aplicar la famosa navaja de Ockham: en igualdad de
condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable. No creo
que C’s y Podemos sean creaciones del PP, ni que Albert Rivera o Pablo Iglesias
sean manejados como marionetas desde Génova 13. Seamos realistas: no creo
que Rivera e Iglesias sean marionetas del PP, ni remotamente. De hecho,
Ciudadanos ya existía desde hace muchos años, aunque no levantaba cabeza fuera
de Cataluña. Siendo un partido nuevo, la escalada de Podemos ha sido
espectacular, pero eso no significa que la campaña se la haya montado ni se la
haya pagado el PP. Lo que sí es evidente es que su auge ha beneficiado
enormemente al PP y es muy posible que éste lo haya propiciado en cierta
medida. ¿Cabe imaginar que ambos partidos hubiesen llegado a su momento actual
sin la enorme cobertura mediática que han recibido? Y no me refiero a la
cobertura de diarios digitales como éste, o de emisoras de radio, sino de los
medios que siguen moviendo una audiencia colosal y que siguen siendo los
principales conformadores de la opinión pública: las televisiones.
Cara a cara entre Albert Rivera y Pablo Iglesias en ‘Salvados’.
Resulta muy
curioso que las mismas televisiones a las que han tenido acceso Pablo
Iglesias y Albert Rivera hayan cerrado sistemáticamente las puertas a Vox,
el principal partido que puede amenazar el caladero del PP por la derecha. A
estas alturas, y teniendo en cuenta el alto grado de control que tiene el
gobierno de Rajoy –como ya lo tenía el de Zapatero- sobre los medios de
comunicación, resulta impensable que nuevas opciones políticas se beneficien de
tanta cancha mediática sin el consentimiento expreso o tácito del ejecutivo
central. ¿Estamos viviendo otra campaña como la de las elecciones gallegas de
2012, pero esta vez con dos nuevos partidos no creados pero sí beneficiados, en
cierto modo, por el PP para fragmentar aún más el voto de izquierdas y
conseguir que Rajoy siga gobernando? El próximo domingo veremos si el resultado
arroja aún más luz sobre lo ocurrido. Entre tanto, yo haré esta vez lo mismo
que hice en las elecciones gallegas de 2012: negar mi voto a políticos que
incumplen sus promesas.
- Nacido y residente en Vigo. Diseñador web y gráfico con 18 años de experiencia, aficionado a la fotografía y bloguero. Publica desde 2004 el blog "Contando Estrelas", en el que ha escrito más de 9.000 artículos sobre temas de actualidad, cultura, defensa y nuevas tecnologías. Participa desde hace muchos años en el movimiento cívico: es socio de HazteOir.org desde 2003, socio de Galicia Bilingüe desde sus inicios en 2007, miembro de la Red Liberal desde 2008 y colaborador de CitizenGO desde 2013. Admirador de J.R.R. Tolkien, su pseudónimo es una palabra en idioma quenya (la lengua élfica creada por el escritor británico) que significa "observador de estrellas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario