Enviado por José Antonio Sierra |
"La buena noticia es que en España hay madres y padres corresponsables, a pesar de las trabas culturales, políticas y sociales"
Teresa Jurado Guerrero, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED, presenta los resultados de una investigación que analiza cómo influye la llegada del primer hijo en las relaciones de género
Teresa Jurado
|
Un equipo de investigadores encabezado por la profesora de la UNED Teresa Jurado Guerrero se planteó en 2009 analizar cómo influye la llegada del primer hijo en las relaciones de género. Lo hicieron en el marco de una investigación europea que permitiera después comparar los resultados entre los distintos países participantes y en la que han participado, además de la UNED, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Consejo Europeo de Investigación, La Universitat Pompeu Fabra, la UDIMA, la Universidad Pública de Navarra, la Universitat de Girona y la Universidad Pablo Olavide.
Para ello, realizaron diversas entrevistas a lo largo de este tiempo –método cualitativo- con la novedad de que siguieron una metodología longitudinal –varias oleadas de entrevistas- gracias a un tesón que permitió acceder a 68 parejas que esperaban su primer hijo en dos momentos de este periodo: en el último trimestre del embarazo y entre 18 y 24 meses después del nacimiento del bebé. Las conclusiones, a primera vista, pueden parecer algo obvias, pues no hacen sino mostrar una realidad que no por conocida es menos problemática: la corresponsabilidad, a día de hoy, no es más que una utopía. Sin embargo, el título del libro en el que se han recogido los resultados del trabajo, Padres y madres corresponsables: una utopía real, arroja algo de esperanza sobre el tema. “En España hay madres y padres corresponsables… a pesar de las trabas culturales, políticas y sociales a las que se enfrentan”, señala la investigadora. Es decir, que si se eliminaran esas cuestiones, o al menos algunas de ellas, la utopía se volvería realidad porque así está en el ánimo y en la voluntad de muchas parejas actuales.
Dos ingresos y dos cuidadores
Esta paradoja entre lo utópico y lo real fue precisamente lo que inspiró el trabajo. Para analizar en qué momento los ideales de igualdad se tornan en desequilibrio real se seleccionaron 68 parejas que pertenecieran al grupo “dos ingresos, dos cuidadores” en función de diversos criterios: parejas de clase trabajadora con bajo nivel educativo, parejas en las que las mujeres tuvieran un nivel económico más alto que el del hombre y parejas en las que el hombre tuviese un trabajo que, a priori, permitiera la corresponsabilidad.
Para generar el contenido necesario para la investigación se realizaron cinco entrevistas. Una individual a cada miembro de la pareja y otra conjunta durante el embarazo (primera ola), y otras dos individuales tras el nacimiento (segunda ola) durante las cuales se abordaron cuestiones sobre la trayectoria educativa y laboral de ambos, condiciones de trabajo, reparto de tareas rutinarias, expectativas profesionales y de corresponsabilidad y, finalmente, asignación de tareas y cambios laborales reales. Cabe destacar que, como punto de partida, los investigadores establecieron que era suficiente que el hombre asumiera el 40 por ciento de la carga de las tareas para considerar el reparto igualitario, ya que, en opinión de la experta, “es imposible cambiar tanto en tan poco tiempo”.
La valoración inicial de los resultados para Teresa Jurado es que “el primer hijo es el desencadenante de algo que ya está ahí. En la mayoría de los casos ya se podía ver qué parejas iban a adoptar modelos más tradicionales de reparto de tareas domésticas y de cuidados del hijo. Una de las cosas que más nos ha llamado la atención es que ya existen muchas diferencias antes de la llegada del niño”. En cuanto a los que sí asumen un reparto igualitario antes de la llegada del niño, existen dos posibilidades tras la misma: “pueden seguir haciéndolo o no. Entre ellos, es más fácil que se tradicionalicen los que tienen ayuda doméstica o los que asumen el reparto por imposición, sin convicción”.
Cambios necesarios
A pesar de esta primera reflexión, hay resultados esperanzadores. Teresa Jurado afirma rotunda que “la conclusión principal es que sí hay padres corresponsables” y que los hay a pesar de que “es muy difícil serlo”. “Es un resultado estupendo”, continúa la experta. “Tenemos unas políticas totalmente en contra de la corresponsabilidad y trabas sociales y culturales. La primera es el permiso de paternidad/maternidad, que ya está indicando claramente a quién le toca cuidar: 16 semanas para la madre frente a 2 para el padre. Además, todas las medidas de conciliación están pensadas para las mujeres, por mucho que se intenten vender en género neutro”. Pero, por encima de estas políticas sociales, la profesora señala los estereotipos de género que todos tenemos asumidos: “las propias madres de tu entorno, cuando te quedas embarazada, te los refuerzan con afirmaciones del tipo ya verás como el niño va a ser tuyo, los niños son de las madres… etc.”.
A partir de estos resultados, la experta tiene claros los cambios que serían necesarios para convertir la utopía de la corresponsabilidad en realidad: “en primer lugar, cambiar el sistema de permisos por maternidad/paternidad, que deberían ser iguales, remunerados e intransferibles para los dos cónyuges. En segundo lugar, las jornadas laborales, que deberían fijarse en 35 horas semanales, pues las reducciones de jornada acaban marcando a las personas. Cuando una pareja debe elegir quién reduce su jornada y su sueldo suele decantarse por el miembro que gana menos, que en líneas generales es la mujer. En este sentido, habría que eliminar también los turnos rotatorios y hacerlos fijos y continuados. Finalmente, habría que universalizar la Educación Infantil de 0 a 3 años, aunque lo ideal sería establecer permisos de 6 meses para cada progenitor, de forma que el niño pudiese estar en casa el primer año de vida”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario